jueves, 31 de marzo de 2011

¿valiente o acojonada?

A veces las ostias vienen y no se sabe ni de dónde. Y no hay otra que aguantarlas, que sacar las espinas como el erizo, que  esperar a que pase la tormenta como una hormiga cobijada bajo una hoja.
Vuelvo a tener problemas con el casero de la casa de alquiler que compartí con el desequilibrado. Más de un año después de haberla abandonado, reclama un dinero que, por cierto, ya se le pagó. Y puede que no haya que pagárselo de nuevo, pero hay que batallar, que volver a la carga con abogados, procuradores, juicios y líos de esos que me revuelven las tripas. Y como soy una buena persona hasta he avisado al desequilibrado por si a él no le ha llegado la notificación. Pero es tan tonto que ni contesta. Él verá, si todo sale mal, yo soy insolvente, quien tiene nómina es él. Vamos que es la primera vez desde que salió de casa que me pongo en contacto con él. Y que no quiero ningún tipo de relación, que sólo lo hago por querer ser buena gente. Que a mí me la pela él y su vida, así que no sé a qué viene esta rabieta de no contestar a algo que le interesa casi más a él que a mí. Bueno, que le zurzan.
Total, que son cosas que me ponen un poco al revés. Tanto, que ya estoy otra vez sin comer nada, con el estómago hecho trizas y los nervios de punta.

Peeeeeeero, hay algo que me hace sentir remotamente mejor antes de hacerme sentir peor. Y es que cuando se lo he contado antes por feisbuc a amigopijo (el de la entrada anterior) me ha dicho que si necesitaba hablar que le llamara. Y luego ha añadido, “bueno, no, mejor voy para tu casa a verte y te doy un abrazo, que te va a venir bien”. Y yo casi acepto. Luego lo he pensado mejor. ¿Venir? Eso es lo que haría un novio. Y lo que es peor, si lo haces, voy a abrazarte y a besarte. Voy a aprender a necesitarte, a compartir, a apoyarme en ti. Voy a querer que me quieras. Y voy a quererte. Y no, no, no, nooooooooo puedo hacer eso.  Así que le he dicho (que por otro lado es cierto) que estoy en pijama de pelotillas, desmaquillada y despeinada y no quiero que me vea así. Así de fea. Así de vulnerable. Ha aceptado a regañadientes. Que quería verme, dice. Pues yo a ti también no.

No quiero, no puedo, no debo. Tengo que seguir caminando sola. Como sea. Sin un hombre al lado que me quiera, que me apoye, que me diga todo eso que si oigo, caeré rendida irremediablemente. Porque hace tanto, pero tanto tiempo que nadie me quiere por como soy, que me entiende y que me acepta que me acojona que alguien lo haga. Y el miedo me impide exponerme. Me impide esconder las espinas. Me impide salir de debajo de mi hoja y mojarme con la lluvia. Irónicamente, lo combato haciéndome la valiente, caminando sola y no permitiéndome ser débil y refugiándome en los brazos de alguien que sólo quiere protegerme. Me empeño en poder con todo solita y en no dejar que alguien se haga lo bastante importante en mi vida. Me han herido tan dentro que me resisto a que vuelva a pasar.
¿Soy súper valiente y súper dura o una pringada asustada que no quiere que le toquen el corazoncillo? Mmmmmmmmmm, es más bien una pregunta retórica, no sé si quiero respuestas.

9 comentarios:

  1. Yo creo que, mientras no se quede a dormir no hay peligro de enganche emocional, pero igual es una teoría tonta de las mías.

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  2. es una teoría, Abisal, pero no la comparto. hay quien se queda a dormir y me trae al fresco y quien no se queda y me deja el corazón encogido. el miedo está en ese "enganche" como tú dices. y temo engancharme por afinidad, por apoyo, por mil razones...

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  3. Difícil situación, sí. En algún momento tendrás que quitarse ese miedo a esconder las espinas, aunque si crees que es demasiado pronto, has hecho bien. Pero en vez de quedar en tu casa te podías haber quitado el pijama, maquillarte rápidamente y haberte plantado en algún lugar a tomar un café rápido para recibir los mismos suficientes y, antes de que vaya a más 'el enganche', largarte corriendo a casa.

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  4. Naar, quizás aún no te veas preparada para bajar la guardia. Eso sólo tú puedes decidirlo.
    Lo que me transmiten tus palabras es que quisieras que alguien te quisiera, pero que tienes tanto miedo (a mi también me pasa) a que te vuelvan a hacer daño, que prefieres estar sola que arriesgarte. Lo entiendo perfectamente. Llegará el día que la persona adecuada vencerá tu miedo. Seguro.

    Un abrazo!

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  5. Estoy de acuerdo con Naar. Te darás cuenta de la presencia de una persona que romperá con ese muro que ahora todavía ves imposible de saltar o de derribar. Pero ya es un paso lo que te está sucediendo para seguir adelante.

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  6. Hace unos días leí un trozo de poesía que decía así.
    La tierra esta cansada de dar flores
    necesita algún tiempo de reposo.
    Cuídate,un beso.LUZ.

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  7. sólo tú sabes si estas preparada o no... y... si no sabes si lo estás o no, lo q yo haría sería "tirarme a la piscina".

    Puedes ganar muchííííísimo más de lo q puedes perder.
    y quien no arriesga no gana, no?

    besos


    alma

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  8. Que estés asustada es normal. A veces hay que dejar pasar el tiempo. Pero lo que está claro es que cuando sea el momento, simplemente, lo sabrás. Sin más.
    He vuelto, nena. Pero solo a trozos...
    Mil besos.

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  9. Sal y mójate, no seas membrilla. A veces no hay que pensar tanto.

    Suerte!

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