miércoles, 28 de diciembre de 2011

terminando el año

Llevo unos días de locos. Y no han terminado, noooooo, qué va. Aún queda. Además parece que hay veces que los astros se alinean en mi contra y los elementos me odian.
El día de Navidad yo estaba bastante machacada por el desgaste de la noche anterior, me sentía en fase inicial de catarro y con mi síndrome postmenstrual, así que me quedé en casa calentita y tranquila. O ese era mi plan. Cuando me quise duchar por la noche, la manguera de la ducha decidió romperse y una especie de tsunami de agua helada me cayó por encima al abrir el grifo, salpicando de paso a todo el baño. Genial. Sin embargo, el susto pareció curarme el incipiente catarro.
Después de ducharme como en mis años adolescentes de campamentos con un chorro a presión (no hubo forma de volver a enroscar la alcachofa de la ducha a la manguera), cené y me quedé medio grogui en el sofá. Hasta que decidí prepararme una infusión con miel e irme a la cama. Pero, oh desgracia, al coger la miel, se me cayó un tarro de cristal lleno de harina. Así que mi cocina se convirtió en un rebozado gigante, todo lleno de harina y cristales. Por supuesto, mi incómoda ducha, había sido inútil, puesto que me convertí en una croqueta humana, enharinada de pies a cabeza. Geeeeeenial, de nuevo.  Total, que recogí lo gordo y me fui a la cama, sin infusión ni nada.
El resto de los días, he estado haciendo un trabajo para el máster, que manda huevos, lo tengo que entregar el día 2. A quién se le ocurre. Pedir un trabajo el día 2 de enero. Qué cabrones, oiga. Pero bueno, ya está encauzado. 
Ahora me queda el cumpleaños de Pa, a la que felicito de nuevo por aquí. Mi niña se hace mayor. 25 añazos, que cumple la muy. Jo. 25. Eso significa que yo me hago vieja que te cagas.
Y la nochevieja, claro, que siempre es una historia. No puedo evitar acordarme de aquellas en el sur. De la que celebramos todos los jóvenes en la discoteca antigua. De las (sí, en plural) que me besó F. De la que terminamos de barbacoa el día siguiente aún con los vestidos largos y apestando a chusca. De la que Hermanachica no era capaz de subir las escaleras de tanto que se reía. De la que… ains, que me da la morriña. Pero ahora me lo tomo con calma, en casa de mis abuelos, con mi familia y poco más. Y este año me pienso vestir de rojo de arriba abajo (bragas y sujetador incluídos), ponerme lacito rojo en la muñeca, comer las uvas, poner el pie derecho delante, meter anillo en la copa y no sé cuantas paridas más. Este año las hago todas. Por si acaso.
Y como siempre, al año nuevo no le pido más que salud. Para mí y los míos. El resto, lucharemos por ello. Pelearemos cada día. Yo sólo pido salud. Salud para seguir buscando trabajo. Salud para salir de fiesta. Salud para ligarme maromos buenorros. Salud para escribir mis paridas. Salud para seguir caminando.

3 comentarios:

  1. Pues yo pido para tí muuuucha salud (porque es eso lo que quieres), pero también pido el trabajo, el buenorro, la fiesta, las paridas y el camino. Yo pido para ti lo mismo (y todo bueno) que pediría para mi. Que seas muy feliz, que aprendas, que sonrías a la vida.
    Te quierooo!!!

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  2. Bravo por tí, salud y feliz año.

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  3. Salud!!muuuchas salud para que puedas alcanzar todo aquello que te propongas!!!

    Mx

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Estás aquí, has leído... así que comenta hombre ya!!