jueves, 12 de abril de 2012

me gustan los macarras

Una de las terapias que me aplico constantemente es la de reírme de mí misma. Creo que es fundamental para mantener cierta cordura. Y una de las cosas con las que más me cachondeo es de mi gusto respecto a los hombres. Sin embargo, y a pesar de ser más consciente que nadie de mi desastrosa vida emocional, cuando alguien te lo dice desde fuera suena aún peor.
Hace ya tiempo, me estuve riendo con Anita porque le dije que había estado con chicos de todos los pueblos de la zona sur de Madrid. Pueblos con mala fama… y peor realidad. Sin embargo, me tranquilizó descubrir que me faltaban un par de ellos, quizás los más… peores.
Esta tarde estaba hablando con mi amigo Jimmy y le contaba lo del toy-boy. Cuando le he dicho que era de Móstoles como él,  le ha dado la curiosidad y se ha puesto a fisgarle por facebook. Y de pronto me dice “tía, qué afán tienes con los macarras. Es de la peor zona e iba al peor instituto de todos.” Y que me lo diga él, el Jimmy, que es lo más macarra, quinqui y chungo que he visto en la vida, me traumatiza. Él, un bakala, un mascachapas. Un auténtico y genuino mostoliense.  Porque cuando yo le conocí, era un Jimmy que iba al Radikal, vestía con chándal y llevaba el pelo en modo cenicero con mechas decoloradas.  Y eso cuando no se hizo una cresta roja. Sin contar con sus piercing, sus aros en las orejas, su cordón de oro al cuello. Resumiendo, que visto por fuera, nadie jamás sabría, ni sospecharía siquiera, que es un tío súper culto (jamás juegues al trivial con él, gana siempre). Que es un tierno. Que vive con su Rubio desde hace años y llama “cari”. Que es un chico maravilloso y con mucho mundo interior. Pero no lo parece, porque va envuelto en un mostoliense barriobajero de libro. Y claro, que él, el macarra de mi vida por excelencia me diga eso, me deja tocada.
Voy a tener que hacérmelo ver, en serio.

8 comentarios:

  1. Estoooo... ¿y lo de no juzgar un libro por las tapas, dónde se queda? juasssss.
    Hay gente de todos los tipos en todas partes, nena. Y lo sabes, tú lo sabes. El peor pintas del mundo puede ser el hombre de tu vida, y el yerno perfecto, un coñazo inaguantable. Nunca se sabe!!! Te lo dice la de los 4 (pronto 5) tatuajes y las camisetas macarras...
    Besoteeeee.

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  2. Hombre, si juzgara los libros por las tapas, no sería amiga del Jimmy, te lo aseguro, jejejeje. Y sin embargo somos amigos desde hace diez años y le quiero con locura... pero que él me diga que me molan los macarras me traumatiza!! ;)

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  3. Yo tuve una época en que también me encantaban los macarras. Bueno, a lo mejor no era eso sino que hubo UN macarra en mi vida que me tenía loquita de amor. Me rompió el corazón como todos los macarras. Ahí decidí que era mejor buscarme un chico bien. Besotes!!!

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  4. los macarras tienen algo q atraen... pero mira mientras q se porten en condiciones q más da!
    besos!!

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  5. Como tú misma dices, hay que saber ver dentro ;-) Biquiños!

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  6. Yo pasé esa etapa tiempo ha xD Ahora sólo me gustan los hombres muy bien vestidos y arreglados, aunque en realidad ni éso, me gustan los gatos y punto.

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  7. "La belleza está en el interior", ¿no? Andaaa, que los macarras son para un "sitehevistonomeacuerdo", pero que te quiten lo bailao!

    Besitos

    Mar

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  8. Claro que las apariencias engañan, pero es casi inevitable juzgar por las apariencias. Se come con la vista y donde esté un buen pollo... jeje!
    Gracias por tus ánimos, estoy una gota mejor!
    Saluudos!

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