miércoles, 11 de julio de 2012

problemas lingüísticos

Muchas veces he hablado sobre lo que me llaman la atención los acentos, las formas de hablar y demás. Yo soy de Madrid, muy de MadriZ, de un barrio de esos donde se dice “ejque” en vez de “es que”. Y aunque me he recriado en un pueblo del sur donde me enseñaron que hay otro mundo de palabras raras y de formas de decir las cosas, no puedo renunciar a mis orígenes.
Por eso, con frecuencia me veo en extrañas circunstancias con el niño chico, que no deja de ser de Sevilla y por muy bien que hable, tiene un acento andaluz cerrado. Y precioso, por cierto. Me encanta como habla. Sin embargo, él tiene una forma más original de verlo cuando me dice eso de “al final me he acostumbrado a tu voz y tu forma de hablar. Tanto, que ya no te escucho.”. Toma ya. Qué majo que es, oyes.
También tenemos conflictos con palabras concretas o con expresiones raras. A veces me pregunto cómo se las apaña su amigo Fanki con su novia que es de Zaragoza. Debe ser un espectáculo verles.
En todo caso, y a pesar de que dice no escucharme (su explicación es que al final se acostumbra a mi forma de hablar y no nota la diferencia… es listo el jodío, ¿eh?) dice que yo pronuncio las consonantes muy fuertes. Yo opino que cuando él se emociona, no se le entiende una mierda porque no vocaliza, se come los verbos y lo dice todo raro. Pero en general y sobre todo cuando me habla a mí, me hace mucha gracia porque aspira las J, cambia las L por R cuando están en mitad de las palabras y arrastra las CH de una forma muy suave. Me descojono cada vez que me dice que quiere comer “sarshishas”, por ejemplo.
Otra cosa graciosa que supe que me iba a traer problemas fue la primera vez que dije su nombre completo y él, frunció el ceño y me dijo muy serio “ofú, illa, qué mal suena cuando tú lo dices”. A tomar por culo. Ya no puedo llamarle por su nombre. No soy capaz. Así que recurro a la técnica del cari-churri como dice Anita, que se basa en llamarle por apelativos cariñosos chorras que me eviten el tener que decir su nombre. Y los uso todos: cariño, cari, tesoro, rey, amor, mi vida, nene, niño y los que haga falta. Lo sé, muy moñas todo, pero a ver qué hago si no.
Además, hay momentos en que no mola que nos digan nuestro nombre completo porque suena a enfado. A mí me pasa. Oigo mi nombre y tiemblo. Me acuerdo de cuando era pequeña y mis padres sólo me llamaban así para regañarme, así que lo escucho y me arrugo. Mierda, ya me van a gruñir. Por suerte, al niño chico mi nombre real también debe chirriarle y no lo usa jamás. A veces creo que si se lo preguntaran de improviso, diría que me llamo Naar.  
En cualquier caso, sé que en Madrid no hablamos tan bien como creemos. El niño se pasa la vida corrigiéndome los laísmos y ahora vivo obsesionada. Decimos unas jotas tan fuertes que nos salen del alma, que nos dejamos las gargantas, que parece que vamos a arrancarnos una flema. Por eso, ya le he advertido que un día se me cruzará el cable, me hará enfadar y le soltaré un “Joder José Manuel” que hará que le retumben los tímpanos. Lo bueno es que cuando se lo dije, me contestó: “ofú, cuando eso pase sabré que el fin está cerca, el Apocalipsis total. Así que saldré corriendo y me meteré debajo del sofá como hace Ron, escurriendo el culo para caber.” Y sólo por ver eso me echaré a reír y se me pasará el enfado. Porque luego saldrá de ahí, me llamará illa y me dirá alguna parida de las suyas. Jodido crío con buen humor, no hay manera de cabrearse con él.

6 comentarios:

  1. Yo los "cari-churri" y sucedáneos es que no los soporto xd! Te falta escuchar a los de la Galicia profunda, aunque con lo que salimos en los informativos últimamente y la de gallegos "ilustres" que exportamos a los Madriles raro es que no hayas oído todavía el acento más profundo. Biquiños!

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    1. yo reconozco que soy dada a ellos, pero en este caso es que no tengo opción... qué le digo si no?? oye, tú??
      a mí con los gallegos me pasa una cosa y es que el acento me hace gracia. me entero de la mitad, pero me hace gracia igualmente. tuve un amigo gallego y esque no podía hablar con él en serio, era terrible :P

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  2. Ya a la gente le digo tu nombre real, pero en el móvil te sigo teniendo como Naar :)

    ¿Y lo gracioso que es cuando dices una palabra "rara" de Madrid y yo me quedo con el culo doblao? Cada vez que me imagino ese delicioso menú de "pan duro y agua de vater" me echo a temblar.

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    1. a ver, si gracioso es un rato...
      véase "me quedo con el culo doblao" digo yo eso en la calle y me tiran piedras. y Anita se estuvo riendo de mí cuando dijiste que estaba "amamonada" y que me habían follado los mosquitos... el castellano es un misterio sin resolver!!
      y el pan duro y agua de váter es una forma de explicar que vuelves arrastrándote. "ya vendrás pidiendo pan duro y agua de váter", esa es la expresión correcta. no digas menú porque la gente va a creer que es lo que te doy de comer cuando vienes, jejejeje.

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  3. como el nene tiene nombre compuesto, pues forma de llamar compuesta: cari-churri y punto! jajajajaja

    Un besete


    Anita

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  4. Hay que reconocer que en Madrid hablamos de una forma bastante... tosca, por decirlo de alguna manera.

    ¿A que da mucha rabia cuando quieres enfadarte y te salen con algo que te hace reír? Así no hay manera!

    Besos.

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