martes, 18 de diciembre de 2012

armas, pastillas y situaciones a evitar

Ha vuelto a ocurrir. Ha vuelto a haber un tiroteo en Estados Unidos que deja a la gente conmocionada. Entre otras cosas, porque han muerto 20 niños. Que cada día mueran muchos más en otros países, no importa tanto. Todo el mundo sabe que los muertos americanos son más valiosos.
Pero no voy a hablar de eso, ya lo han hecho más y mejor de lo que yo lo haría y además siempre he creído en el dicho ese de que cada uno llora por donde le duele. A los yankis les duelen sus muertos y como ellos gobiernan el mundo, pues a dar la noticia cada cinco minutos.
El caso es que una vez más se abre el debate sobre las armas. Sobre el hecho de que puedan comprarse como chupa-chups. Sobre el hecho de que más de la mitad de los americanos tienen al menos un arma de fuego en su casa. Y es muy difícil que nada de eso cambie puesto que forma parte de su segunda enmienda, como un derecho primordial, por encima de la sanidad o la vivienda. Así son los yankis. Así son los que tanto admiramos. Así son los que gobiernan y lideran el mundo.
Yo estoy muy en contra de las armas, así en general, pero tengo una escopeta de plomos en el pueblo. Me lo paso bomba haciendo diana y juegos de puntería, pero puedo decir llena de orgullo que esa pequeña escopetilla jamás ha sido disparada hacia ningún ser vivo… Exceptuando la vez que mi padre quiso matar una cucaracha que había en la pared. Por supuesto no le dio y sólo consiguió asustarla y que saliera corriendo como una loca ante los gritos aterrados de mi progenitor. La cucaracha huyó al patio de los vecinos y mi padre llegó a la conclusión de que lo suyo era disparar a las latas de cerveza y alguna que otra nuez o porquería que encontraba tirada por el suelo.
Tras este inciso absurdo, yo estoy en contra de las armas. Porque además, hay armas y armas. Que la mía es una escopetilla de plomos y los americanos se compran rifles de asalto, pistolas y armas automáticas, con un sinfín de municiones variadas y destructivas. Y las armas, las carga el diablo. Porque si no tienes un arma, no la disparas, así de sencillo. Y si la tienes, no sabes cómo vas a reaccionar. Puede que bien, puede que la uses para disuadir a algún malo maloso que entre en tu casa. O puede que te pongas nervioso y le vueles la cabeza al vecino mientras va a tirar la basura porque crees que va a atracarte.
Porque la cruda realidad es que al año mueren 30.000 americanos por disparos de armas de fuego, de los cuales unos 2.000 son por accidente. Eso es mucha gente. Demasiada gente.
Yo siempre he dicho que quien evita la tentación evita el pecado. Porque pienso en mí misma. Si yo hubiera tenido una pistola en mi casa, lo mismo, en algún caso de desesperación me había pegado un tiro y había puesto la pared perdida de sesos. O lo mismo había descerrajado un disparo a alguno. Quién sabe. Ahora mismo lo pienso en frío y juraría que no, pero en caliente quién sabe cómo va a reaccionar. Yo me autoimpongo muchos límites porque no me fío de mí misma. En estado de crisis soy totalmente impredecible. Por eso, por ejemplo, no tengo ansiolíticos ni antidepresivos en casa. Nunca los he tomado y aunque a veces los haya necesitado, siempre he peferido hacer el bruto y comerme los problemas con patatas. Porque sé, que si tuviera un bote de ciertas pastillas en casa, lo mismo una noche tonta me lo empujaba entero con una botella de whisky para pasarlo. Por eso no tengo ni armas ni pastillas. Porque puede que esté como una cabra, pero no quiero comprobar mis límites, poner a prueba mis fuerzas.
Y quizás mucha gente debería hacer esta reflexión. Debería saber que igual está un poco loco, como yo, como cualquiera. Debería pensar que la enajenación mental puede llevar a cosas muy feas. Y que un segundo de locura, se puede lamentar toda la vida.  Porque pensemos de verdad y seamos honestos ¿Para qué quiero yo un arma? ¿Para qué quiero algo con lo que puedo matar a otra persona? ¿Quiero ver qué ocurre si se diera el caso? ¿Merece la pena comprobarlo?
Puede que yo tenga una manía irracional a los americanos, pero este vídeo, extracto de “Bowling for Columbine” de Michael Moore, explica muchas cosas. Os recomiendo que lo veáis, son apenas tres o cuatro minutos y explican muchas cosas…

9 comentarios:

  1. Matar a alguien con una bala es demasiado limpio y fácil. Demasiada distancia entre tú y el otro, demasiado rápido. Por eso se usan sin pensar, o a la ligera. Quizás ese chico no hubiera matado a nadie si tuviese que hacerlo a golpes o a cuchillazos.

    Las armas deberían estar mucho más controladas.

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  2. Y no es solo que se maten entre ellos, lo peor es que son los primeros proveedores de armas en el mundo, con lo que contribuyen a muchos miles de muertes más, eso con las que se venden legalmente, ya ni hablemos de las que se introducen ilegalmente a otros países, como en el caso de México y muchas veces auspiciados por el mismo gobierno. Saludos.

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  3. Exactamente, las carga el diablo y se terminan utilizando. Al igual que solucionar un conflicto a golpes no sirve de nada, las armas sólo sirven para que termines el resto de tus días entre rejas. ¿Merece éso la pena? En ese país tienen un serísimo problema. De sesera, sobre todo.

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  4. YO lo que pienso es que tanto hablar de armas en EEUU y nosotros con una ley que no te deja llevar un cuchillo para cortarte el bocadillo... Ni tanto ni tan calvo, oiga.

    Yo he pasado mis límites y los conozco. A día de hoy he hehco muchísimas cosas de las que no estoy orgullosa, pero bueno... He aprendido a ser quien soy de esa manera X_X

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  5. Lo había visto. Lo cierto es que los americanos tienen un problema con eso de las armas. Biquiños!

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  6. la escenita de tu padre con la cucaracha fue exactamente igual a una que dio mi padre pero con una salamanquesa, donde evidentemente no le dio y sólo provocó que el bicho corriese y nosotros de él... que bochorno! xD
    Las armas caca!

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  7. Las armas sólo están cargadas por el Diablo cuando es él quién las usa. Nada más. Puedes matar a alguien con un boli bic, si quieres... pero requiere más trabajo. Es mucho más simple cargar la escopeta y apretar el gatillo; rápido y, encima, puedes culpar al arma, que no tiene delito alguno.

    Bueno, así van en EEUU: a tiros. Ellos mismos, no voy a ser yo quién se meta de por medio. Si quieren aniquilarse los unos a los otros, allá ellos.

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  8. Es muy curioso. Los americanos defienden el ir armados por que es un derecho constitucional para defenderse, pero nunca hay nadie armado que impida que un chiflado haga una matanza. Es un derecho de lo más inútil.

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    Respuestas
    1. ya he oído ese argumento a los de la NRA, que si los profesores o el director hubieran estado armados esto no habría pasado. y me parece un tanto pobre. las armas no se combaten con más armas y la violencia con más violencia. así sólo desencadenamos más masacres. la solución está en la educación y en la raiz de los problemas sociales y mentales de la gente, no en más y más armas en todas partes.

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