miércoles, 26 de noviembre de 2014

El excitante efecto templao

A ver, o yo soy un bicho raro o a la gente le van cosas sexuales de lo más absurdas. Que yo no me meto con nadie, ojo. Por mí como si en la intimidad de tu hogar te gusta poner velas aromáticas, darte un relajante baño de sales y meterte una enorme calabaza por el culo. Mientras no violes, no dañes y no fuerces a nadie, haz lo que te venga en gana.
Ahora bien, que a mí me la traiga floja todo lo que hace el resto del mundo no significa que siempre lo comprenda. Hay veces que no, que no, que no lo entiendo aunque me esfuerce.
Una de las cosas que me estresan bastante es esta moda de los lubricantes de “sabores”. Que no sé yo para qué sirven, porque en las zonas bajas no se tienen papilas gustativas en ninguno de los dos casos. Y está el listillo de turno “mujer, son para juegos y para hacer cosas con la lengua”. Mira, no. Si quieres hacer sexo oral, hazlo y no uses mejunjes. Que sobra ahí tanto pringue que además huela a piña. Y si no te gusta el sabor de algo, no lo chupes, así de fácil, no trates de enmascararlo con cochinadas químicas. Que es como echar ketchup a las judías verdes para ver si así pasan y te las puedes comer. Mira, no, no fuerces. Si te gusta te lo comes y si no, pues déjalo, pero no guarrees, joder.
Esto me recuerda a la vergonzosa historia de una amiga (cuya identidad mantendré oculta) que le echó medio bote de leche condensada en el pene a su novio. ¿Resultado? Se empachó, se pringó hasta las cejas y él terminó restregándose con fairy porque los pelos se hicieron un pegote y no había forma de quitarlo. Una odisea sin final feliz. (Igual un día debería hacer una recopilación de las aventuras sexuales patéticas de mis amigos. O escribir un libro, uno tamaño Ken Follet pero más entretenido. O algo. Tendría que pensar sobre ello, pero me resulta muy desagradable.)
En fin, volvamos al asunto. Que conste que aunque no soy partidaria personal de los lubricantes, puedo entender que haya casos en los que sean necesarios. Pero para eso los hay neutros, que no huelen y no saben y hacen la función que tienen que hacer y punto.
Últimamente mi paciencia se ha colmado con un par de anuncios que he visto de una conocida marca de preservativos que tiene una amplia gama de lubricantes de sabores y colores. Toda una psicodelia sexual para prácticas avanzadas que al parecer una humilde servidora desconoce. Y como guinda del pastel han sacado una nueva chorrada que es un dúo de lubricantes con efecto calor para ella y efecto frío para él.
Esto me confunde y me trastorna, os lo juro. Primero y principal porque si juntas frío con calor, queda tibio, que ni lo uno ni lo otro ni sí ni no ni todo lo contrario. Y lo anuncian tal cual, “efecto calor para ella, efecto frío para él”. O sea, que cuando los juntas se da el mágico y alucinante efectotemplao” para los dos. Suena apasionante de cojones.
Además se me generan dudas, porque no sé qué hará la gente, de verdad, pero ¿para qué quiero yo ese efecto calor? ¿Acaso voy a asar pimientos en el chumino? Oiga, que una tiene una temperatura corporal de lo más correcta, no me hace falta un volcán uterino capaz de convertirme en un microondas humano.
Y lo mejor de todo, el efecto frío para él. ¿Por qué? No, en serio, ¿¿POR QUÉ?? ¿Qué extraño morbo puede dar una picha fría como un témpano, al estilo del vampiro de la famosa saga? ¿Por qué voy a querer que alguien me meta una cosa refrescante que no sé si me recuerda a un calipo o a un artilugio pringado en vicks vaporub? ¿Es acaso para contrarrestar el ardoroso efecto de mi gel? En tal caso, ¿para qué me lo he untado y ahora tengo el chumi echando humo si viene el bombero, manguera fresca en ristre? No comprendo nada.
Y habrá quien diga que igual es para usarlos por separado, él con su frío y  yo con mi calor, pero es que no sé, igual llevo todos estos años haciéndolo todo mal, pero juraría que el plan es que mi parte supuestamente calentada entre en contacto con su parte supuestamente enfriada, logrando finalmente el mencionado efecto templado y pringoso que tan poco erotismo me sugiere.
Así que no sé, cuando veo estas cosas siempre me pregunto si es que yo soy una sosa en la cama y me creo que lo estoy haciendo bien cuando en realidad me estoy perdiendo un mundo de posibilidades fantásticas con cambios de temperatura y olor a frambuesa del desierto, pero joder, me sobra tanta pompa. Yo sólo necesito un hombre que me guste, unos besos, unas caricias, unas risas, un poco de jugueteo, unos mordiscos y quizás unas palabras susurradas al oído. No me hace falta untarme de potingues, con el asquito que me dan a mí los pringues. No me hace falta chupar parafinas con olores exóticos y sabores dulzones y artificiales. No me hace falta ponerme el chichi a punto de ebullición y desde luego, no me hace falta una minga que irradie frescor alpino.
Lo dicho, que debo ser muy rara, ahí disfrutando del sexo natural como un animal primitivo, que no entiendo de avances, ni de modas, ni de cosas sofisticadas y “cuquis” (como me da por el culo esa palabra, oye) ni de nada. Que parezco un primate o algo, que no me entretengo en artificios ni necesito gastar ingentes cantidades de dinero en absurdos y follo ahí, a lo loco, sin que ninguna gran empresa me explique qué productos necesito para disfrutar de verdad. Qué ignorante que soy, de verdad. Yo pensando que me gustaba el sexo y resulta que no.

Joder con la tontería, hombreyaaaaa.  

16 comentarios:

  1. Jajajajajajajajajajajajaja!!!! Yo también ODIO los lubricantes esos de olores dulzones... A ver, los lubricantes van bien, pero esos con olores finales, puaf.
    Y el de frío para él-calor para ella... se supone que es para los que acaban "rápido"... XD para ralentizar el tema y que no acaben un pispás. Pero no creo que la solución al problema pase por untarse en el nardo un mejunje con frescor mentolado. A mí también me parece que debe ser algo así como el Vicks Vaporub.
    Y por cierto, risas gordas con tu amiga, su novio y la leche condensada. Vaya trío! xD

    ResponderEliminar
  2. *olores finales no: olores frutales... -.-" (autocorrector)

    ResponderEliminar
  3. Jajajajajaja qué buena!! Cuando quiera durar más, donde esté el cubito de hielo que se quite tanta tontería. Hombre ya. Que estamos pobres pa tanta chuminá. Di que sí Naar.
    Qué despotrique más poco "cuqui" te ha quedao. Pero mira que me he podido reir. Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  4. Jajajajaja. Esperaba este post con ansia!!! La verdad es que ya no saben qué inventar y andan creándonos necesidades de lo más absurdas... Como dices, cada cual que haga lo que quiera pero a mí me cortaría el rollo tener que andar buscando mil artilugios para ponerme en faena.
    Por cierto, yo soy de las que dicen "cuqui". Lo mismo ya te caigo peor. Jajajaja. Besotes!!!

    ResponderEliminar
  5. Pues yo he probado el de sabor a fresa... Es muy empalagoso, demasiado dulce, pero no veas el juego que ha dado. Porque lo sacas del cajón y ya te ríes. Obviamente, no es necesario ningún lubricante, ni juguete, pero yo lo he pasado muy bien usándolos. Es una manera de romper la rutina, nada más. Respecto al de frío y calor, tampoco tengo ni idea de cómo va eso, pero reconozco que alguna vez viendo el anuncio me ha picado la curiosidad...

    Besos!

    ResponderEliminar
  6. Me parto con lo de la colega y la leche condensada. Además que no podía ser un poquico, no. Medio bote. Claro que sí, que sobre que no que falte.
    Y tienes razón, mucho pringue y al final, eso resbala de más y no hay quién se concentre en divertirse pensando en cómo van a quedar las sábanas, luego, con el olor a lenteja tropical, que pa gustos, colores.

    Lo del efecto frío y calor tampoco lo entiendo yo, igual es que si tiés tol potorro achicharrao, que te metan el pirulo tropical fresquito, da más gusto todavía que el folleteo de toda la vida de Dios...
    A saber.
    Como sea, gracias por las risas, eres mu grande.
    Y escribe ese Pilar de la Tierra fukin edition! que te forras!

    ResponderEliminar
  7. Lo que me estoy riendo últimamente con tus entradas, estas sembrá.
    Buenísimo y además me identifico totalmente. Nunca he usado nada de esas movidas ni las echo en falta ni las comprendo. A mi me bajaría la líbido ipso facto. De ser algo natural, primario, básico, a meter pringues olorosos innecesarios!, no lo comprendo.
    Cuando ví el anuncio éste del frío calor ya terminé de flipar. Por qué un cambio de temperatura? Por qué???

    Besos

    ResponderEliminar
  8. Buenísima tu entrada Narr. Sobre todo la historia de tu amiga y la leche condensada (que mira tu, a quién se le va a ocurrir eso... pues si, ocurre), me ha hecho soltar una carcajada frente al ordenador.

    Yo he probado las cremas de efecto frío y calor y he de reconocer que tienen un puntillo. Me explico, el intercambio de temperaturas hace que se note más. No obstante, creo que para hacer una probatura de vez en cuando no está mal; pero en general, el sexo es natural (sin potingues ni azúcares añadidos).

    Postdata: Por favor, escribe ese libro digno de Ken Follet con historias de leches condensadas. Te lo agradeceremos. ;)

    ResponderEliminar
  9. jajajajajajajajajajajjajajajajajajajja "¿Acaso voy a asar pimientos en el chumino?" Ayss... que no puedo más... jajajajajajjja

    Te sales... jajajajaja

    ResponderEliminar
  10. 😂😂😂😂😂😂 llorando de la risa estoy naar, y lo mejor es q mi chico ha dejado el portátil para ver de que me reía y esta igual que yo. Q grande eres! Y eso q me picaba la curiosidad probarlo ehhh jijiji

    ResponderEliminar
  11. Jajaja joer, es que tienes toda la razón del mundo. Yo veía los anuncios esos de lubricantes de sabores y pensaba "pero a ver, si está para lubricar...¿por qué te lo comes?" Yo prefiero el sexo al natural, bien limpitos los dos y no hay nada mejor que chupar, lamer y morder piel al natural, sin potingues. No está mal cuando lo pruebas una vez, para echarte unas risas o probar algo nuevo, pero es cierto lo que dice un comentario ahí arriba que nos crean necesidades absurdas, que al final quieren que pensemos que para tener buen sexo hace falta algún producto de esos.
    Confesaré que una vez fuí con una amiga a una sex shop y se me ocurrió comprar un preservativo que brillaba en la oscuridad. Así que ya te imaginas, todo oscuro y aquello allí, brillando a tope. No pudimos seguir porque a mí me dio la risa loca y el otro perdió la... concentración. Después ya sí, pero con un preservativo de los de toda la vida.

    ResponderEliminar
  12. Cómo me puedo estar riendo tanto, jajaja. Este post es para enmarcar, jiji

    ResponderEliminar
  13. Jaaaaajajajajaja, ay, lo que me he podido de reí. Muchas gracias por este ratito, guapa. Por cierto, yo mejunjes no he usado, pero hay una anilla para meter la minga con un vibrador en la base que...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo probé en una ocasión el famoso anillo del Nibelungo ése... hace años ya, con otra pareja. Nah, la vibración esa a mí me hacía cosquillas, me ponía nerviosa y no me dejaba concentrarme. Pero lo peor es que cuando empezaba a surtir efecto, en el mejor momento, va y se le agota la batería!!! Una mierda pinchá en un palo!

      Eliminar
  14. Aunque coincido contigo en que los lubricantes azucarados pringosos y con olores dulzones son lo peor. Tengo que reconocer que hay otros que valen la pena. El efecto calor hace que tengas donde lo pongas muchas mas sensibilidad.
    Y lo de efecto templado nada, nunca te pasaron un cubito y luego una boca caliente? es... impactante.
    Que sepas que los hay estimuladores sin olor y te parecerán una parida pero cuando hacen que seas multiorgasmica se te olvida el resto...

    ResponderEliminar
  15. ¿ASAR PIMIENTOS CON EL CHUMINO?

    ¡QUÉ MARANARA! ¡GOCHA!

    SARPASO

    F

    ResponderEliminar

Estás aquí, has leído... así que comenta hombre ya!!