jueves, 29 de noviembre de 2018

el viaje y el regreso


Hoy en día a todo el mundo le gusta viajar. Preguntas a cualquiera, o incluso sin preguntar y te dice lo mucho, muchísimo que le gusta viajar. Pues mira qué bien. Conozco la Patagonia y las islas de la Polinesia pero luego me preguntas por mi propia ciudad y no sé de nada que haya más allá del centro comercial de turno. Se creen cosmopolitas y son paletos de manual. Son los que yo denomino los cosmopaletos.
Yo reconozco que soy una viajera selectiva. Me gusta, pero con peros. No me merece la pena cualquier destino, hay sitios que no tengo el más mínimo interés en conocer y otros a los que no iría ni secuestrada. También hay otros que están en mi lista de cosas que hacer antes de morir sea como sea, claro. Pero a mí no se me ha perdido nada en Japón, por ejemplo, no voy a ir sólo para decir que he estado, soltar una ristra de tópicos, hacerme la foto y decir que la experiencia, blablablá. Pues no. No me merece la pena el dinero, ni las horas de avión ni las incomodidades que supone.
Porque seamos realistas, un viaje siempre es incómodo. Aunque viajes en plan bien con tu hotel y tus cosas... nunca es como tu casa. Tienes que cargar maletas, no puedes llevarte TODAS tus cosas y al final siempre te falta algo. No está tu sofá, ni tu tele, ni tu manta, ni tus cosas conocidas. Y en mi caso, algo totalmente fundamental, cuando viajo no están mis gatos. Sin mis gatos pocas cosas merecen la pena. Y sí, se quedan mis padres con ellos, sé que les cuidan súper bien y tal... pero ay. Mis mininos.
Ahora he estado tres días en Segovia con el Niño. Ha sido gracioso ver a un dorniense tan arriba del muro. Y lo hemos pasado bien, hemos comido cochinillo y judiones de la Granja, hemos visitado muchas cosas y nos ha venido genial despejarnos. Pero estábamos aquí al lado y han sido tres días. Que no los cambio yo por diez días en el culo del mundo. Porque siendo honesta, aunque han sido tres días maravillosos y los necesitaba, he sentido algo muy guay al llegar a casa, abrazar a mis peludillos, poner mi tele, mi netflix y sentarme en mi sofá a comerme mi comida.

No se de quién es la frase que leí hace tiempo por ahí y no tengo ganas de buscarla, pero los viajes tienen dos cosas buenas, lo que disfrutas por ahí y lo que agradeces llegar de nuevo a tu casa.

Y con esto y un paquete de roñidonetes, se han pasado la mitad de mis minúsculas vacaciones.


4 comentarios:

  1. una de las cosas buenas de madrid es estar cerca de ciudades antiguas y con encanto, como toledo, segovia, ávila...
    a mí tampoco me gustan los viajes horteras de postureo. además es gente que te hace sentir mal por comprar libros o discos o lo que sea, y luego ellos se gastan un pastón en sus viajes.
    besos!!

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  2. Pues yo este año me quedé sin vacaciones (tuve un accidente de moto dos días antes) y empiezo a estar mitad insoportable mitad desquiciada... me tendré que conformar con el puente de diciembre... :) beso grande

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  3. Yo me he pasado 3/4 partes de mi vida sin hacer nada de nada. y hará cosa de 6 años he empezado a salir y viajar. He ido a sitios más lejanos como Polonia y más cercanos como Segovia, y todos y cada uno de ellos me han encantado.
    Quizás es por el hecho de que como nunca había hecho nada ahora voy a los sitios como si hubiese estado metida en una burbuja, pero la verdad, me encanta.

    Solo espero seguir pudiendo hacerlo aunque sea una vez al año y sea al pueblo de al lado.

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  4. jaja, me encanta leerte después de ni sé la de tiempo.
    Comparto todo lo que dices... Y ahora tengo que decir: que he ido a Japón... jajajaja (sí... lo siento... surgió el viaje con compañeros. Yo no quería, pero mi hermano estaba viviendo ahí y aproveché para verlo) Mis expectativas sobre el viaje eran nulas. Y la verdad es que me encantó. No te aburriré... pero me encantó.
    Ahora... diré que para nada me atraen ni las Malasias, Indonesias y cosas por el estilo.
    Y añadiré... que soy de Segovia... jaja y he vivido ahí 16 años de mi vida.Y mi familia sigue viviendo allí... así que bueno. Tengo el listón alto.
    Y ya que lo nombran, de destinos más lejanos... sí que te recomiendo Polonia (Cracovia y alrededores fundamentalmente) y Alemania (Berlín de momento es mi capital preferida de Europa) La verdad es que he estado en sitios chulos, pero muchos de ellos no lo eran tanto, solo que me lo he pasado muy bien y me quedó un buen recuerdo. Pero de fuera... esos dos que cito, quizás de los sitios que más me han gustado.
    Yo normalmente en vacaciones necesito salir. Pero dónde sea... Irme unos días de casa, de la ciudad donde vivo para no tener nada relacionado con el trabajo a mi alrededor. Y luego disfrutar de la vuelta...
    (Vas a pensar que soy maligna... pero desde que tengo tablet... el problema de netflix se ha solucionado... ahora...el calor de los gatos no lo cambio por nada... jajajaja)

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