domingo, 19 de agosto de 2012

mi madre, sus poderes de adivinación y el sevillano

Me llevo muy bien con mi madre. Es fantástica y la quiero con locura. Sin embargo, no sé por qué, siempre me ha costado hablar con ella de un chico cuando empiezo a salir con él. Y no es que no tengamos confianza, tenemos muchísima. Hablamos de todo sin pudor, pero me cuesta llegar y decirle: “mamá, estoy saliendo con fulanito.” Me cuesta tanto, que al principio de cada relación, siempre me invento excusas absurdas y luego, poco a poco, voy dejando caer la existencia de esa persona hasta que todo es demasiado evidente. Mi madre, que no es estúpida, se da cuenta de las cosas posiblemente mucho antes de lo que yo creo. Puede que con mirarme la cara sepa que estoy ilusionada con alguien, pero respeta mis silencios y mis excusas hasta que yo quiero.
A pesar de este entendimiento mutuo con mínimas palabras, desde hace un tiempo empecé a valorar la posibilidad de hablarle del niño chico, que ha estado semioculto en la sombra todo el verano. Y no hablo precisamente de su fobia al sol. Pero paso mucho tiempo con él y mi madre no sabe que existe. O bueno, sabe cosas muy, muuuuuy vagas al respecto. Pero estoy empezando a cansarme de buscar excusas cada vez que viene, de mentir cuando me voy por ahí con él y de inventarme cosas raras. Soy fatídica mintiendo y luego nunca me acuerdo de lo que he dicho. Así que llevaba un tiempo dando vueltas al tema. ¿se lo digo? ¿no se lo digo? ¿le digo que el niño tiene unos cuantos años más de los reales? ¿se lo oculto hasta que nos casemos secretamente en Las Vegas? ¿hasta que nazca nuestro segundo hijo secreto? ¿hasta el tercero? ¿hasta el lecho de muerte? ¿hasta que abran mi testamento y extrañamente todo esté a nombre de un tipo de Sevilla con seis años menos que yo y padre de mis cuatro hijos ocultos?
No sé por qué, esta última opción empezaba a ser la mejor de todas cuando mis padres volvieron de vacaciones y mi madre vino a verme a casa una mañana. Empecé a tensarme por momentos cuando me clavó sus ojos verdes casi transparentes y me dijo con media sonrisa:

-         Bueno ¿y qué vas a hacer? ¿Vas a salir en lo que queda de mes?
-         Pues no sé… quizás… algún plan hay por ahí…

Al parecer mi madre tiene mejores poderes de adivinación de los que yo sospechaba, porque suspiró tranquila y me dijo con toda naturalidad:

-         ¿Te vas con el sevillano?
-         ¡¡WTF!! ¿el sevillano? ¿qué sevillano? ¡¡yo no conozco ningún sevillano!! ¡jamás he conocido ninguno!
-         Ya, sí, lo que quieras, pero te vas con él o no. Necesito saber…
-         ¡¡No me interrogues!!
-         Pero es que tengo que saber…
-         ¡¡Dios!! ¡Sí! hay un sevillano, ¿vale? ¡¡Ahora ya lo sabes!!
-         Ya, pero yo te iba a preguntar…
-         ¡Madre mía! ¿qué quieres saber? ¿eh? ¡¿qué?! ¡¡Tiene muchos años menos que yo, planeamos casarnos en las Vegas, pondré todos mis bienes a su nombre y tendremos un montón de hijos secretos porque frungimos como posesos!! Hala, ya está, ¿¿qué más quieres??
-         Saber qué días te vas para dar de comer al gato.
-         Mierda.

P.D. nunca tratéis de mentir u ocultar cosas a una madre. Siempre saben lo que estáis haciendo… sieeeeeempre. Y si no, tienen armas secretas para sonsacaros.

9 comentarios:

  1. Qué razón tienes!! aunque fueses una crack en el arte de mentir seguro que tu madre sabría la verdad jaja
    El interrogatorio me ha encantao! Deberías ir al juego de tu vida, seguro que ganas xDD

    ResponderEliminar
  2. ¿Eso ha ocurrido tal y como cuentas? jajajaja

    ResponderEliminar
  3. A una madre nunca se le puede ocultar nada. Hace mucho tiempo estuve trabajando unos meses en Chile, ya que me mandó allí la empresa en la que trabajaba por aquel entonces. El caso es que conocí a un chico. Le mandé un correo a mi madre contándole qué tal me iba todo y demás y le dije algo como "Ya te contaré con más calma". Cuando le conté la historia completa me dijo "No, si ya sabía yo que lo que me tenías que contar con más calma era algo de un chico...". Tienen un radar. Besotes!!!

    ResponderEliminar
  4. Yo lo que quiero saber es cómo puede estar tan moreno teniendo fobia al sol. Que no pué ser.

    Yo las mentiras me las llevo aprendidas de memoria, como tenga que improvisar se me nota en cuánto empiezo a tartamudear.

    ResponderEliminar
  5. Las madres tienen un radar para estas cosas, te lo aseguro. Por más que una intente ocultarles algo, nada... siempre irán un paso por delante. Supongo que es u logro que se desbloquea en cuanto tienes un hijo jajajaja
    Besos!!

    ResponderEliminar
  6. Una escena digna de ver, ¿por qué no la protagonizasteis en mitad de la calle, donde la gente os hubiese grabado y subido a internet??? serías una estrella de youtube. Mientras el diálogo se producía te imaginaba con los pelos (de la cabeza) poniendose de punta y royo afro, no se porque.... xD

    ResponderEliminar
  7. Yo es que os imagino, a ti y a tu madre, con la escenita y me parto!!! :D
    La mía tiene los mismos superpoderes... y como ya sabes mi historia imagina lo que flipo con sus insinuaciones y lo muchíiiiiiiiisimo que ando con pies de plomo con ella... miedito.

    ResponderEliminar
  8. Hola Que tal?

    que risa con los poderes adivinatorios de tu madre

    yo tampoco sé mentir y lo confieso todo a la mínima que me sienta interrogada, aunque realmente no me estén interrogando jajaja.

    Besicos.

    ResponderEliminar

Estás aquí, has leído... así que comenta hombre ya!!