jueves, 6 de septiembre de 2012

la mochila emocional

Alguna vez he dicho que no podría haberme quedado con mi primer novio. Aunque hubiera sido el mejor hombre del mundo, que no era el caso, no habría podido quedarme con él. Necesitaba imperiosamente vivir. Y vivir, para mí implicaba conocer a otra gente, besar otras bocas, bajar otras braguetas. Implicaba amar y odiar a otros, reír y llorar con otros. Implicaba ir llenando una mochila de cargas emocionales que sin saberlo, un día me pasarían factura. Aunque fuera en forma de contractura en la espalda por cargar con tanto peso. Metafóricamente el asunto, pero pesan tantos hombres a las espaldas.
Con el tiempo descubres que el resto de la gente con la que te vas encontrando lleva su propia mochila. Su propio bagaje, su propia carga emocional. Y de pronto la tuya pasa a sus manos y la suya a las tuyas. Curioso intercambio. Y aunque la tuya, la mía en este caso, sea casi insoportable, a mí no me gustan las cargas de los demás. No me gustan las exnovias. Son molestas y odiosas. Siempre. Todas ellas. Como supongo que yo lo seré para las actuales novias de mis ex. Maldito entramado de relaciones, de amores, odios, risas, llantos y braguetas bajadas.
A veces pienso que hay relaciones que funcionan mejor porque la pareja empezó antes de tener esa mochila llena a las espaldas. No conocieron otras parejas, no compararon, no cogieron malos hábitos. No hay celos de lo que se sintió en el pasado. No se plantea la duda de si le importaré más o menos que su ex. Si seré mejor o peor. Si estaré a la altura. Si seré capaz de llenar el hueco que otra socavó. Esto es lo que hay, y nunca hubo o habrá otra cosa. Y puede sonar bien. Pero me intriga si les queda la duda. Si se preguntarán a veces cómo habría sido con otro. Si habrá dentro de ellos un angelito malo que les haga dudar, cuestionarse a qué saben otros labios, cómo queman otras pieles, cómo suenan otras voces, otras risas, otros llantos. Qué hay detrás de otras ropas, qué se siente al bajar otras braguetas.
Quizás sea yo, que tengo un problema y siempre hago demasiadas preguntas de esas que no tienen respuestas. Quizás sea que en la vida, hagas lo que hagas, te planea la sombra del “y si”. Quizás sea que mi carga es demasiada y me he roto por la mitad. Quizás sea que me preocupa que nadie pueda o quiera cargar con ella. Quizás sea que aún no he encontrado el botón de reset. O quizás sólo sea que a veces, aunque le cierres la puerta al pasado, él se empeña en colarse por las rendijas.

6 comentarios:

  1. No se por qué tenemos la curiosa tendencia a la comparación... y siempre que comparamos salimos perdiendo.
    Yo, en realidad, no tengo ningún problema con las ex. Procuro no conocerlas, procuro obviarlas, pero no por miedo a la comparación o a hacerme preguntas que no me hago, sino porque me da igual. No me pregunto a qué saben sus bocas ni cuántos huecos llenaron o dejaron de llenar... lo que importa es que hoy, en este momento, ese hombre esté conmigo. Lo que hizo antes, como lo que haga después de mí, es su problema. Igual que con quién lo haga.
    (Pero es que ya sabes que yo soy muy rarita... y si esto es con las ex, con "las otras" ni te cuento).
    Tú eres tú, eres especial, eres única. No hay comparación posible. Y además, el punto de vista fácil: si ya no está con ella y sí que está contigo, por algo será. No preguntes por qué. Es y punto.

    Te quierooooooo.

    ResponderEliminar
  2. Hay gente superfeliz con sus parejas, las primeras, y no necesitan esa comparación, otros la necesitan, otros han preferido vivir, a otros les ha tocado vivir, sea como sea, como se dice "yo soy yo y mis circunstancias", a mí me gusta como soy y no cambiaría nada de lo que me ha pasado para llegar hasta aquí, intuyo que tú también estás contenta contigo misma, y eso es lo que importa. Biquiños!

    ResponderEliminar
  3. Pues yo tampoco me hubiese quedado con mi primer novio, qué horror, qué aburrimiento!!!
    Pensar en lo que me hubiese perdido, con lo emocionante que es el segundo antes de besar por primera vez otra boca..., cuántos segundos me hubiese perdido.

    ResponderEliminar
  4. Yo sí hubiera podido quedarme para siempre con mi primer novio... de hecho pienso en él muy a menudo, y no sé si quiera, si es que aún estoy enamorada de él, que es lo que me dicen todos los demás con los que he estado.
    Yo odio mi mochila.
    Y no me gusta ser una ex odiosa...

    Saludos!
    yapagalaluz.blogspot.com

    ResponderEliminar
  5. Yo conozco bien a un par de ex de mi marido y me llevo super bien con ellas. Me sé su historia y comprendo, más o menos, por qué no siguió algo adelante. Si después de 12 años mi marido no solo sigue estando conmigo,sino que se ve que apuesta por futuro (compromisos, proyectos...) y sé que no entiende la vida sin mí, ni se me pasa por la cabeza pensar en qué pudo pasar. Además, siempre tengo la sensación de que 'las otras' salieron perdiendo al no tenerle, así que siento más orgullosa aún. Eso no quita que en esta vida puede pasar de todo, pero...

    ResponderEliminar
  6. Yo creo que sí hubiese sido capaz de continuar con mi primer amor. Lo que no tengo tan claro es si eso hubiese sido beneficioso para mi salud mental... Besotes!!!

    ResponderEliminar

Estás aquí, has leído... así que comenta hombre ya!!