viernes, 5 de septiembre de 2014

Grandes remedios

Hace algunas semanas fui al ginecólogo para hacerme un poco de revisión. Que no es que me pase nada nuevo, es que de vez en cuando me gusta que un desconocido/a me meta mano y me sobe las tetas y me haga preguntas incómodas. El caso es que me tocó una mujer bastante maja para lo que suele ser mi suerte, pero pasó lo que pasa siempre, que no sé para qué sigo llendo si desde los 16 años siempre es la misma historia.

-         Huy, tienes un pezón invertido.
-         Sí, déjelo, es que es tímido.
-         Ya. – estirón. - ¿y no sale nunca? – estirón, estirón, pillizco.
-         No, no suele, es muy de quedarse en casa.
-         Bueno, volveremos a eso luego, hábleme de sus menstruaciones.

Y yo pues lo de siempre, muero de dolores, tengo problemas asociados que no vienen al caso, sofocos, mareos, sangrados a mitad del mes… todo una fiesta, oye.

-         Veo que no tiene hijos. Y que tiene 31 años. – me soltó a modo de condena.
-         Yaaaaa…
-         ¿Y no piensa tenerlos o qué? Porque no vaya usted a pensar que le queda tanta vida fértil. Que además con sus problemas no lo va a tener tan fácil. No es por nada, pero si no tiene hijos en uno o como mucho, dos años, yo no me hago responsable de que ya no pueda tenerlos nunca.
-         Yo… yo no quiero tener hijos.
-         ¿No? Porque eso podría solucionar sus problemas.
-         ¿Perdone?
-         Los pezones invertidos a veces salen durante la gestación o la lactancia. A veces no, claro, pero puede que sí. Y las molestias menstruales a veces se regulan con un parto. Que a veces tampoco, pero es posible que sí.
-         No me parece una solución muy buena, la verdad.
-         Pues entonces no puedo ayudarla.
-         Gracias doctora, ya me ha alegrado usted el día.

Total, que salí de allí sintiendo como mis ovarios se arrugaban y resecaban por segundos, como mis pezones se iban retrayendo más y más hasta crear un agujero negro y como me hacía vieja sola y triste, recogiendo basura de la calle.
Un par de días después fui al médico de cabecera porque me ha salido un bultito en la muñeca.

-         Ah, eso es un ganglión. – me dijo según me vio.
-         Y…
-         Y nada, no tiene solución. A no ser que se haga muy grande y muy molesto no se suele operar.
-         Estupendo.
-         Toma ibuprofeno. – debe haber un curso entero de medicina dedicado a recetar ibuprofeno para todo. – tómate… dos o tres al día. Durante… pues como veas. Igual te mejora algo, aunque a veces no hace nada, pero igual disminuye un poco.
-         Ajá.
-         Y date una crema antiinflamatoria, que no puedo recetarte porque no entra en la seguridad social, pero tú compra una y dátela, que igual también te ayuda… o no, pero mira a ver.
-         Sí, por supuesto.
-         Y ponte una muñequera… que a veces viene bien, otras no sirve de mucho pero…
-         Ya, comprendo. Muchas gracias, doctora, es usted de gran ayuda.

Y es que los médicos se contradicen ¿cómo se supone que voy a tener un hijo si me tengo que atiborrar de ibuprofeno mientras me unto potingue antiinflamatorio y me pongo una muñequera perdiendo toda mi sexidad? En fin, como me dieron pocas garantías, he pensado hacer pequeñas variaciones, cambiar hijo por gato, ibuprofeno por chocolate, pomada antiinflamatoria por nada y muñequera por pulsera mona de los hippys. Y tan ricamente con mejores resultados. Problemas a mí, ja.

12 comentarios:

  1. Eso es profesionalidad y lo demás tonterías. Y que luego muchos médicos no quieran saber nada de los psicólogos... No será porque no les hacemos falta, aunque sea para aprender algo de humanidad para hablar con los pacientes. Vaya tela.
    Yo con estas cosas me enervo. Toco madera que mi médico me ha enseñado hasta a cortarme mejor las uñas.
    Estoy contigo. No hay nada que no cure el chocolate. Un abrazo!

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    1. La verdad que yo tengo un poco de mala suerte, porque siempre me toca gente que me trata a patadas y ya lo tengo como asumido, pero la verdad es que no es normal si lo piensas. Sí se debería cuidar como se dicen ciertas cosas.
      En fin, chocolate y punto :)

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  2. Jajajajaja. Ay, me muero... Me has matado con lo de "es muy de quedarse en casa".

    Me encantan esas soluciones de "prueba a ver". Prueba a ver si con ibuprofeno, prueba a ver si pariendo como si no hubiera un mañana... Así yo también cuelgo un cartelito de Médico en mi puerta. Besotes, guapa!!!!

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    1. Eso digo yo!! es como, prueba todas las gilipolleces que haya a ver si alguna funciona y si no, pues oye, prueba otras. Además... un hijo?? eso es una solución a algo?? Pero si es un problema!! Aunque me arreglara los problemas de ovarios qué quieres que te diga, me suena a matar moscas a cañonazos.
      Un beso.

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  3. Menudos profesionales, no? Recomendarte tener un hijo para acabar con los dolores menstruales... O no... Me ha dejado muerta! jajajaja

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    1. Lo que le digo a Alter, matar moscas a cañonazos. Un hijo como remedio!! es como, si te pica un pie, córtate la pierna desde la rodilla. Buffff...

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  4. Qué sarta de tonterías, tres ibuprofenos al día por nada es una irresponsabilidad. Mucho mejor el chocolate.
    Es cierto que con un parto quizá cambiaran tus dolores menstruales. Pero tiene unos efectos secundarios llamados hijos que hace que te duelan otras cosas, así que remedio, remedio...

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    1. No hay por donde pillar nada. Desde luego no pienso tomarme el ibuprofeno a lo loco. Y lo de los hijos... Pues mira no he querido nunca, pero encima como "solución" me parece la peor de todas!
      Un beso!!

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  5. Jajajaja, me he sentido totalmente identificada con todo, incluido lo del ganglión, y no quiero ser agorera pero yo me lo tuve que acabar operando. Todo lo demás me parece bien de tus remedios, pero usa muñequera para dormir al menos!

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    1. Tú también tienes un pezón invertido?? Porque todo el mundo me mira como si fuera una extraterrestre... Si sólo compartimos lo del ganglión, pues es un rollo, pero si hay que operar, pues bueno, aunque de momento es muy pequeño. Y vaaaale, me pondré la muñequera para dormir....

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  6. Pobres los hijo de tu ginecóloga, si esas son sus grandes motivaciones para tenerlos...

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    1. Igual ella tenía buenas reglas y no le hizo falta tenerlos, porque para qué... ains, qué cosas tiene la gente.

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