viernes, 12 de septiembre de 2014

Odio la melancolía

Anoche volvía conduciendo por Madrid. Había quedado con Gordito y Pelirroja en Casapaco y habíamos estado hablando de cosas, de gente, de sitios que ya no están. O están, pero son muy distintos. Y la melancolía se apoderó de mí. No me gusta recordar, no me gusta echar de menos, no me gusta el vacío que se me crea en el pecho al contar décadas. El centro, luces, recuerdos pegados a cada esquina, bares que he cerrado, demasiados años que hace de casi todo aquello. Nombres de calles que para mí son más que una localización. Sitios a los que puedo volver sólo con cerrar los ojos.
Subí la música del coche. Últimamente los pensamientos negativos me atacan con frecuencia y no sé cómo hacerlos callar. Aun cuando estoy con gente sé disimular. Sé ponerme la ropa y los tacones, el maquillaje de “aquí nunca pasa nada”. Pero luego se van cada uno a su casa y yo conduzco sola, en una cuidad que a veces me engulle y otras me abraza, sin que pueda distinguir muy bien las unas de las otras.
Tuve la tentación de poner a Extremoduro, pero el disco que me gusta está rayado. Y me iba a dar pena, porque recuerdo cuando lo grabé, cuando tenía que pasar la pista 6 para no sentir una quemazón en el pecho. Ahora ya no, ya da igual, ya no quema. Diez años después ya puedo pensar en todo aquello con una sonrisa. Y me repito, quizás dentro de otros diez años también me ría de esto. Si es que aguanto, porque joder, otros diez años. No sé si me quedan tantas fuerzas. No sé si antes no lo mandaré todo al carajo y me iré lejos, lejos de mí misma.
Así que puse a Loquillo. La otra noche él y su banda de rock and roll me salvaron de un naufragio. Eso y un montón de risas con un desconocido. Igual soy un poco Blanche DuBois y en las malas rachas dependo de la amabilidad de los desconocidos. Con ellos empiezo de cero y no tengo que ocultar mis desgarros ni mis triunfos. Ellos no leen en mis gestos, no saben si me duele o me resbala. Y puedo saltar y cantar a Loquillo con lo de que tu madre le mira mal y hacer como que no me importa que mi vida esté resquebrajándose. Anoche elegí otra, estaba sola, mis terrores, mis dolores, mis heridas más profundas, mis pesadillas recurrentes… todo pasaba ante mis ojos mientras frenaba en cada puñetero semáforo. Y dejé que el Cadillac solitario me pasara por encima. El miedo tan atroz que siento cuando escucho lo de “pensé que podría olvidarte sin más y aún a ratos ya ves” me partió en dos del todo. Llevaba tiempo tratando de sujetar mis propios pedazos inútilmente. Y por fin saltaron por los aires. A la mierda todo de una puta vez. Igual cuanto antes me rompa por completo, antes me recompongo.
Que lo que escuece cura, dicen. Y vaya si esto escuece, joder.

No me gusta el mes de septiembre. Y no me gusta el otoño y el invierno que quedan por delante.  

17 comentarios:

  1. Que gran cancion la de Loquillo, Narr no creo que haya mal que 100 años dure y la vida esta para pasarlo bien y reir todo lo demas "me da igual" o me "importa una mierda".Discrepo contigo ya que me encanta el Otoño, es mi espoca preferida del año con direferencia, Y riete con desconocidos que como dicen por alli todos fuimos desconocidos hasta ayer. Un abrazo molon

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    1. Qué grande Loquillo en general, verdad?
      Tienes razón, al fin y al cabo tú ya no eres un desconocido :)
      Sé que todo se pasa, sólo son días malos.
      Un beso.

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  2. Pues qué casualidad, me gusta mucho su música y llevo días queriendo escribir sobre un concierto de Loquillo al que fuí hace poco (es un crack, posiblemente sea un gilipollas en persona, pero como artista un crack).

    Se me hace muy conocido lo que dices. Lo de ir poniendo parches y tiritas y saber que tarde o temprano vas a explotar. Y cuando sucede se rompe algo dentro, y ya piensas "Coño, ¿me quedaba aún algo intacto?" mientras te tiras en el suelo, pataleas y cuando se te pasa empiezas a juntar los pedazos de nuevo, ¿qué vas a hacer sino?

    A mí sí me gusta el otoño y el invierno. Es como estar a salvo. Como las tardes de sofá, manta y buena compañía.

    Espero que pronto resurjas de nuevo y que quede atrás la melancolía.

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    1. No sé cómo será en persona, no tengo el gusto de tomar cañas con él, jeje. Pero me gusta su música, que es básicamente lo que le pido a un músico :D
      Al final hay cierto alivio en dejar que todo salte por los aires, es como hala, ya está, ahora a recomponer.
      Sé que el otoño y el invierno tienen mucho público y yo lo entiendo y trato de disfrutarlo, pero no me gustan, qué le voy a hacer.

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  3. Déjate de melancolías que no eres Camila Sesta :D

    En otoño se caen las hojas y los pelos del c***

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  4. No es bueno fingir que se está bien si no se está. Creo que en realidad nunca estamos mal del todo ni bien del todo. Es cuestión de porcentajes. A veces, cuando el 90% está mal, cuesta fijarse en ese 10 que nos mira sonriendo amistoso desde una esquinita.
    Un abrazo Naar

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    1. Nunca nada es blanco o negro, yo no estoy mal y desde luego lo que no tengo ganas es de contar problemas, prefiero pasarlo bien ignorando por un rato las cosas feas. :)

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  5. Has descrito tan bien todas las sensaciones, que podría firmarlo y decir que es mío. Cuantas veces paso por todo ese remolino de sentimientos, la melancolia, el no querer recordar, los pensamientos negativos, entrar en espiral hasta que sí, al final salto en pedazos por el aire.
    Para sentirme identificada sólo ha faltado que nombraras a Extremoduro y a Loquillo, dos de mis referentes en mis momentos melancólicos, no porque me recuerden nada especial, sino porque me transportan a ese lugar sólo mío, donde paladeo mi fracaso y todo lo perdido por el camino.

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    1. Bueno, me alegro de que te identifiques aunque sea en algo un poco regular... Pero me hace sentir menos sola :)

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  6. A mí tampoco me gustan, tesoro. Pero quedan muchos veranos por delante. Un besote.

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  7. Nena, ya me estás preocupando, ¿eh? Llevas una cuantas entradas bastante mohína. Hay que levantar ese ánimo, corazón, la vida es dura a veces para todos, pero siempre puedes encontrar el lado positivo. Si necesitas hablar, escríbeme, ¿vale? Un besazo fuerte, fuerte.

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    1. Estoy un poco apagada, pero no me pasa nada importante, aunque muchísimas gracias!!

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  8. Ánimo... Es todo lo que puedo decirte. Esto también pasará :)

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Estás aquí, has leído... así que comenta hombre ya!!