viernes, 22 de abril de 2016

Las conservas de melocotones

Hay dos tipos de personas, los que viven como si fueran a morir mañana y los que viven como si hubieran muerto ayer. Y sí, hay mil tipos de matices, personas, blablá. No me jodáis la frase con el bienquedismo.
El caso es que hace unas semanas, decidí que ya era hora de que alguna gente empezara a desvirtualizar al Ross, no vaya a ser que penséis que me lo invento todo. Así que quedamos con Alter y su churri para tomarnos unos algos y echar unas risas. El caso es que no sé cómo terminamos hablando de locos. Supongo que para sentirnos un poco mejor con nosotros mismos viendo que hay gente que está peor de lo suyo. Y salieron los preparacionistas, que son esos pirados (norteamericanos en su mayor parte, cómo no), que se pasan la vida preparándose, de ahí el nombre, por si llega algún tipo de apocalipsis. Decía Alter que vio un reportaje sobre esta buena y para nada desequilibrada gente y salía una mujer que se pasaba el día haciendo conservas de melocotones para guardarlas en el búnker. O sea, que si realmente llega el catacroc y por lo que sea tu plan no funciona y palmas, te has pasado los años en los que podías disfrutar del mundo envasando melocotones. Diversión a tope. Y en el caso de que sobrevivas, te has pasado los años buenos haciendo las puñeteras conservas y ahora tienes unos cuantos más por delante para comértelos mientras observas un paisaje postapocalíptico de lo más alentador. Todo bien.
La verdad es que esa gente que vive como si hubiera muerto ayer me saca de quicio. Hay tanta gente enferma, con los días contados o desgraciadamente muerta que tenía ganas de vivir y estos mustios de la vida por ahí amargados la mayor parte de las veces sin razón alguna. Me parece egoísta y absurdo. Que todos pasamos malas rachas o días de sentirse calimero, pero coño, luego ya a seguir adelante. Me recuerdan a esas viejas del pueblo de mi padre que se vestían de negro, se ponían el pañuelo en la cabeza y se quedaban en casa pochas como pothos sin regar desde los 50 años o antes, repitiendo que para ellas se había acabado ya todo. Mira, hay formas más rápidas e indoloras de morir. Y de paso, dejas oxígeno para los demás.
De la gente que vive como si fuera a morir mañana se puede decir mucho más. Reconozco que la idea de “vas a morir mañana” me sugiere más el sentarme en una esquina a acunarme repitiendo “no quiero morir, no quiero morir” que salir de fiesta a darlo todo. Pero ya me entendéis. Hay quien vive la vida sin pensar en los riesgos, con el carpe diem por bandera para hacer toda clase de gilipolleces. Mi ex el desequilibrado era un poco así. La fiesta, el alcohol, las drogas y toda retaila de irresponsabilidades eran su modus operandi porque “la vida había que vivirla”. Pues que te cunda, chavalote. Sigue cruzando sin mirar a los lados y verás que bien te atropella la vida en forma de trailer.
Por otro lado están los envasadores de melocotones, que por aquello de si el mundo mañana hace chof, se dedican a intentar salvarse el culo de las formas más peregrinas. Y mira, qué queréis que os diga, para vivir después de un desastre nuclear o una tormenta solar o alguna mierda de estas, casi mejor que me muero. Que los zombis me dan mal rollo y paso de vivir estresada en un paisaje chungo sin más finalidad que comerme los putos melocotones que he estado envasando. Que les estoy cogiendo tirria ya nada más que de pensarlo.

Supongo que como de costumbre, la virtud está en el punto medio y lo mejor es vivir, disfrutar de la vida y asumir que hay ciertos riesgos y que las cosas pueden pasar, pero tomando precauciones. Es decir, ser consciente de que la muerte es la única seguridad que tenemos y que va a llegar algún día, nos ayuda a poner los pies en la tierra, a relativizar los problemas y a exprimir los buenos ratos al máximo. Y a veces, tenemos que plantearnos cómo de graves son las consecuencias de lo que realmente queremos. Si nos apetece decir a alguien que le queremos, por qué no vamos a hacerlo. Y si por el contrario, alguien no nos aporta nada bueno y es tóxico para nosotros, por qué seguir aguantando en lugar de mandarlo al carajo. Por qué esperar y esperar para ser quien queremos ser o para hacer lo que nos gusta. Por qué castigarnos con dietas, problemas, complejos y absurdeces si mañana lo mismo nos cae una teja y nos deja tontos. Por qué envasar melocotones en lugar de echar un polvo, comerte un pastel de chocolate o comprarte esos zapatos tan monos que has visto. Por qué arrepentirte mañana de no haber hecho ese viaje o haberle dicho a esa persona lo mucho que significa para ti. Supongo que el truco puede ir por ahí, por, ante una duda o una tribulación, preguntarse de qué me arrepentiría más si muriera mañana, si de hacerlo o de quedarme quieta.

Y yo ahora lo que me pregunto es si alguien en su lecho de muerte se arrepentirá de no haber envasado muchos más melocotones.

8 comentarios:

  1. Jajajajaja. Vaya que ha dado de sí el tema de los melocotones, pero es que yo cuando la vi aluciné. Vaya forma de pasar la vida...
    Como dices, lo suyo creo que es el término medio. No tenemos por qué privarnos de todo pensando en un catastrófico futuro que tal vez no llegue nunca pero tampoco se puede ir como un inconsciente por la vida. En el equilibrio está la virtud. Voy a envasar un par de latitas, por si acaso.

    Besotes!!!!

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    1. A ver, si por si acaso está muy bien guardar alguna lata (caso de apocalipsis o de domingo resacoso que no apetece hacer ná) pero pasar toda la vida con lo mismo... :D

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  2. En serio se dedicaba a envasar melocotón? Pues ya puestos podía variar de fruta, que como haya alguien alérgico la palma de inanición jajajajaja.

    Yo creo que soy de las tuyas y en un caso así prefiero palmarla a estar comiendo toda la vida melocotón en un agujero. Pero en esta vida hay gente para todo, gente que antes de los 50 se entierra en vida porque han enterrado a un hijo o marido y gente que vive tan al límite que al final pasa factura y muere joven jajajajaja.

    Lo mejor como tu dices, es un término medio y ale a tratar de disfrutar.

    Besitos

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    1. Yo creo que es obvio, pero la gente hace cosas muy raras. Yo le he cogido manía a los melocotones sólo de pensarlo, mira tú. :D

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  3. Lo mejor es como tu dices,
    el punto medio:
    melocotones y frambuesas.

    Besos

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  4. yo soy de guardar latas de mejillones, y como hombre precavido que soy tengo un planazo en caso de que un ataque zombi. Un beso Naar

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    1. En caso de apocalipsis podrás hacerte un buen bocata de mejillones, me parece estupendo el plan, jajajaja

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