miércoles, 25 de mayo de 2016

El altavoz del apocalipsis

La otra tarde estábamos echando la siesta los tres en el sofá. Montamos una especie de tetris entre el Ross, mis trescientos cojines, el gato y yo y curiosamente estamos cómodos y caemos en los brazos de morfeo en cuanto termina el telediario. De todas maneras, mi pobre sofá que es el más barato del ikea, debe tener algo porque a todo el mundo le encanta.
Decía que la otra tarde estábamos los tres fritos cuando de pronto se empieza a escuchar un ruido estridente que parecía venir del baño. El Ross fue a mirar y me dijo que era el grifo. Yo, que tardo un poco en poner el cerebro en marcha, le dije que igual habían cortado el agua. El ruido se parecía remotamente a cuando las tuberías cogen aire. Pero no. El Ross en plan Homer Simpson empezó “grifo abierto, grifo cerrado, grifo abierto, grifo cerrado...” como eso no parecía arreglarlo, hizo una de esas cosas típicas suyas y decidió que era buen momento para irse al otro baño porque sintió la llamada de la naturaleza. O sea, que me dejó sola ante el peligro.
Y el ruido ese cada vez era peor. Yo empecé a acojonarme porque de verdad parecía que fuese a explotar algo y tenemos malas experiencias con tuberías de las que sale agua a presión. Me levanté y cerré la puerta. Mira, si explota que sea ahí dentro y luego ya si eso lo pensamos.
Pero no, el ruido subía y subía de intensidad y estridencia, Ron estaba empezando a ponerse nervioso y yo veía la explosión inminente. Estaba a punto de meter al gato en el transportín y echarme a la calle en pijama cuando el Ross volvió y entró de nuevo en busca del ruido maldito. De repente, suelta una risita y me dice:

  • Nena, no es el grifo, es el altavoz.
  • WTF??
  • Tu altavoz pequeñito, que lo dejaste aquí.

Y aparece con esto en la mano. Esta simpleza que tiene una pinta tan inocente emitiendo el sonido del infierno.



Curiosamente, estaba apagado. Lo cojo, lo enciendo, y se calla. Lo apago y vuelve a sonar. Lo enciendo y suena. Lo apago y se calla. Miré al Ross en busca de respuesta, el señor físico sabelotodo siempre tiene respuestas a este tipo de cosas. Y por suerte había sido testigo de todo el proceso, porque si se lo cuento sin haberlo visto, no me hubiera creído y me hubiera dicho que seguro que yo había tocado algo. Él se encogió de hombros y se fue a jugar al ordenador. Pues vaya con el obseso del empirismo, oye.
Total, que viendo que el asunto era un misterio, me puse a merendar un donuts. Y de repente, el Ross se gira hacia mí y me dice todo serio:

  • He estado pensando sobre lo del altavoz. Podría ser una especie de campo magnético. Una bomba atómica sonaría así.
  • … - el donuts se me quedó a mitad de a garganta. Dios mío, íbamos a morir todos y yo con estos pelos y los cacharros sin fregar.
  • Sí, o una tormenta solar de alta intensidad.
  • Ah, pues ya me quedo más tranquila, oye.
Y es que así es el Ross. El que lo reduce todo a la lógica y a los datos, el que pretende explicarlo todo desde el plano de lo racional, el que ve más factible que un altavoz de cinco euros suene por culpa del campo magnético de una tormenta solar que por un cable pelado. Y mira, puestos a dar explicaciones absurdas, casi hubiera preferido que fueran los alien tratando de comunicarse.
Por si os sirve de algo, no era una bomba atómica ni una tormenta solar. O sí y hemos muerto y el más allá se parece al más acá y menuda mierda de otra dimensión que es igual que la primera. Y si eran los alien no les entendí una mierda. ¿Qué era? Pues yo qué sé. Un cable pelado, una conexión extraña, una de esas cosas que pasan porque sí.



4 comentarios:

  1. jajajaja, pues me has dejado con la intriga. Aunque es cierto que a veces hacen cosas raras los aparatos y con esas te quedas. Me ha recordado lo del ruido a cuando a nosotros nos petó el calentador eléctrico. Empezamos a oír un ruido y los dos como locos, eso qué es eso qué es, hasta que identificamos que estaba estallando por dentro y los cristales que imagino lleva por dentro al ser un termo, se estaban descuajaringando por momentos. La verdad es que cuando suena un ruido y no sabes qué coño lo produce te entra un desasosiego interno importante, pero nunca se me ocurriría pensar en bombas atómicas o lluvias de esas jajaja. Estos físicos y sus cosas
    Besotes

    ResponderEliminar
  2. Jajsjaja me han encantado el Ross y su empirismo...

    ResponderEliminar
  3. ainsss vaya con el Ross!, yo voy a mirar que creo que tengo un altavoz de eso, lo tiraré, "paporsi", no sea que le de por hacer cosas raras

    ResponderEliminar
  4. cada vez estoy más convencido de que me habría gustado estudiar la carrera de ciencias físicas. en industriales se daba electromagnetismo, pero con un enfoque muy abstracto, realmente no aprendías nada...
    besos, y cuidado con los campos magnéticos! ;)

    ResponderEliminar

Estás aquí, has leído... así que comenta hombre ya!!