La otra tarde estábamos echando la
siesta los tres en el sofá. Montamos una especie de tetris entre el
Ross, mis trescientos cojines, el gato y yo y curiosamente estamos
cómodos y caemos en los brazos de morfeo en cuanto termina el
telediario. De todas maneras, mi pobre sofá que es el más barato
del ikea, debe tener algo porque a todo el mundo le encanta.
Decía que la otra tarde estábamos los
tres fritos cuando de pronto se empieza a escuchar un ruido
estridente que parecía venir del baño. El Ross fue a mirar y me
dijo que era el grifo. Yo, que tardo un poco en poner el cerebro en
marcha, le dije que igual habían cortado el agua. El ruido se
parecía remotamente a cuando las tuberías cogen aire. Pero no. El
Ross en plan Homer Simpson empezó “grifo abierto, grifo cerrado,
grifo abierto, grifo cerrado...” como eso no parecía arreglarlo,
hizo una de esas cosas típicas suyas y decidió que era buen momento
para irse al otro baño porque sintió la llamada de la naturaleza. O
sea, que me dejó sola ante el peligro.
Y el ruido ese cada vez era peor. Yo
empecé a acojonarme porque de verdad parecía que fuese a explotar
algo y tenemos malas experiencias con tuberías de las que sale agua
a presión. Me levanté y cerré la puerta. Mira, si explota que sea
ahí dentro y luego ya si eso lo pensamos.
Pero no, el ruido subía y subía de
intensidad y estridencia, Ron estaba empezando a ponerse nervioso y
yo veía la explosión inminente. Estaba a punto de meter al gato en
el transportín y echarme a la calle en pijama cuando el Ross volvió
y entró de nuevo en busca del ruido maldito. De repente, suelta una
risita y me dice:
- Nena, no es el grifo, es el altavoz.
- WTF??
- Tu altavoz pequeñito, que lo dejaste aquí.
Y aparece con esto en la mano. Esta simpleza que tiene una pinta tan inocente emitiendo
el sonido del infierno.
Curiosamente, estaba apagado. Lo cojo,
lo enciendo, y se calla. Lo apago y vuelve a sonar. Lo enciendo y
suena. Lo apago y se calla. Miré al Ross en busca de respuesta, el
señor físico sabelotodo siempre tiene respuestas a este tipo de
cosas. Y por suerte había sido testigo de todo el proceso, porque si
se lo cuento sin haberlo visto, no me hubiera creído y me hubiera
dicho que seguro que yo había tocado algo. Él se encogió de
hombros y se fue a jugar al ordenador. Pues vaya con el obseso del
empirismo, oye.
Total, que viendo que el asunto era un
misterio, me puse a merendar un donuts. Y de repente, el Ross se gira
hacia mí y me dice todo serio:
- He estado pensando sobre lo del altavoz. Podría ser una especie de campo magnético. Una bomba atómica sonaría así.
- … - el donuts se me quedó a mitad de a garganta. Dios mío, íbamos a morir todos y yo con estos pelos y los cacharros sin fregar.
- Sí, o una tormenta solar de alta intensidad.
- Ah, pues ya me quedo más tranquila, oye.
Y es que así es el Ross. El que lo
reduce todo a la lógica y a los datos, el que pretende explicarlo
todo desde el plano de lo racional, el que ve más factible que un
altavoz de cinco euros suene por culpa del campo magnético de una
tormenta solar que por un cable pelado. Y mira, puestos a dar
explicaciones absurdas, casi hubiera preferido que fueran los alien
tratando de comunicarse.
Por si os sirve de algo, no era una
bomba atómica ni una tormenta solar. O sí y hemos muerto y el más
allá se parece al más acá y menuda mierda de otra dimensión que
es igual que la primera. Y si eran los alien no les entendí una
mierda. ¿Qué era? Pues yo qué sé. Un cable pelado, una conexión
extraña, una de esas cosas que pasan porque sí.
jajajaja, pues me has dejado con la intriga. Aunque es cierto que a veces hacen cosas raras los aparatos y con esas te quedas. Me ha recordado lo del ruido a cuando a nosotros nos petó el calentador eléctrico. Empezamos a oír un ruido y los dos como locos, eso qué es eso qué es, hasta que identificamos que estaba estallando por dentro y los cristales que imagino lleva por dentro al ser un termo, se estaban descuajaringando por momentos. La verdad es que cuando suena un ruido y no sabes qué coño lo produce te entra un desasosiego interno importante, pero nunca se me ocurriría pensar en bombas atómicas o lluvias de esas jajaja. Estos físicos y sus cosas
ResponderEliminarBesotes
Jajsjaja me han encantado el Ross y su empirismo...
ResponderEliminarainsss vaya con el Ross!, yo voy a mirar que creo que tengo un altavoz de eso, lo tiraré, "paporsi", no sea que le de por hacer cosas raras
ResponderEliminarcada vez estoy más convencido de que me habría gustado estudiar la carrera de ciencias físicas. en industriales se daba electromagnetismo, pero con un enfoque muy abstracto, realmente no aprendías nada...
ResponderEliminarbesos, y cuidado con los campos magnéticos! ;)