viernes, 30 de junio de 2017

Hablar cantando

Creo que una de las mejores decisiones que he tomado en los últimos años ha sido apuntarme a la academia de inglés. Y cuando digo de las mejores, posiblemente sea la mejor. En parte porque no tomo demasiadas decisiones y en parte porque no las tomo muy bien. Pero ésta sí, ésta fue un acierto total.
Siendo honesta, ni siquiera se me ocurrió a mí. Quizás por eso fuera tan buena idea. Fue como un cúmulo de señales que me dijeron que era hora de ponerse las pilas y hacer algo que llevaba mucho tiempo ahí estancado. Primero fue mi amigo el poli. Me dijo que él iba a una escuela de inglés y que le estaba viniendo muy bien porque hablaba un english-macarrónico que para qué. Y se me encendió un poco la bombilla. Total, tenía las tardes libres y el inglés no se me da mal del todo. Y además es útil para los trabajos y siempre viene bien ir a otro país y poder preguntar por una calle o algo. Dejé ahí la idea, macerando.
Poco después, un amigo de aquí, arquitecto en paro y sin puñetera idea de inglés, se fue a Canadá con su exnovia, que por aquel entonces ya era su exnovia. Mis amigos, al parecer, tampoco con muy listos. Pensó, ingenuamente, que con ir a un país de habla inglesa aprendería en cosa de cuatro ratos. Luego se encontró en mitad de la nieve y los renos, sin entender nada, con su exnovia que se echó un novio indio de dos metros de altura y viendo la tele para ver si pillaba algo del idioma de Shakespeare por obra y gracia. Obviamente, a los pocos meses se volvió sin un duro, sin la exnovia y sin hablar ni poteito. Quedamos una tarde para tomar un café y me dijo que había estado mirando unas escuelas por el barrio para aprender algo de inglés antes de volver a aventurarse allende los mares. Y la idea volvió a mi cabeza.
Así que lo hice. El verano había acabado y el curso empezaba, así que miré varios sitios y elegí uno. Me gustaron muchas cosas de mi academia y a día de hoy sigo contenta. Mi profe australiano está loco, es divertido y hace las clases muy amenas. Yo he mejorado muchísimo, he cogido fluidez y oído y he subido de nivel en dos ocasiones. Estoy muy contenta, la verdad.
Así que ahora, cada vez que alguien me dice que no sabe muy bien qué hacer, o que tiene mucho tiempo o algo así, le recomiendo apuntarse a una academia a aprender inglés. Porque el rollo de me lo estudio en casa o de veo series en versión original, aceptémoslo, no sirve de mucho. Mi profe siempre dice que por muchas películas que alquiles en turco, no vas a aprender a hablar turco en la vida. Y si lo piensas, tiene razón. Ya puedes hacerte fan del cine de Bollywood, que no vas a ir a la india y comunicarte como un nativo. Los idiomas molan, pero requieren esfuerzo, sacrificio y aprendizaje. Que ver las series y las pelis en versión original está muy bien, os lo digo yo que no veo nada doblado, pero seamos realistas, no son el mejor método de aprender un idioma. Ni siquiera son un método. Necesitas una buena base para que sirvan de algo. Y sí, sirven para coger oído y para ir pillando expresiones, pero ya está.
El otro día le intentaba hacer entender esto a una amiga que me trataba de convencer de que otra amiga suya que vive en Barcelona y que le pedían un nivel bastante avanzado para el trabajo, estaba aprendiendo porque traducía canciones y luego las escuchaba. Eso está muy bien, pero no sirve para un carajo. Y menos si quieres hablar de verdad porque la chica en cuestión se dedica al tema del turismo. Y mira, yo soy de Madrid, pero si buscas un poco sobre métodos efectivos para aprender inglés, encuentras muchas cosas y además hay más de una academia en Barcelona. Que si lo piensas un poco, traduciendo canciones vas a terminar hablando muy raro. Imaginad alguien que trate de aprender español así y venga, vaya a un bar y diga “me gustan las mujeres, me gusta el vino y cuando tengo que olvidarlas me voy y olvido”. Igual al camarero le alegra el día echándose unas risas, pero poco más.

Total, que si no sabéis qué hacer, apuntaros a inglés. Yo me arrepiento de no haberlo hecho antes, la verdad. Y quería hacer un intensivo este verano, pero no sé si voy a poder con el tema del trabajo nuevo. Lo que es seguro es que en septiembre vuelvo. Que no quiero viajar algún día a Irlanda en busca de pelirrojos y decir “whack for my daddy, oh, there is whishkey in the jar”.

6 comentarios:

  1. sí, con las canciones hay que tener cuidado, porque para que las letras encajen con la música y rimen hay que retorcer un poco la gramática a veces...
    viajando a un país puedes perfeccionar un idioma si tienes una base, pero no irte a la aventura sin saber nada. porque, aparte de que lo vas a pasar mal, un país no es un escuela de idiomas. la gente dice "me voy a inglaterra a aprender inglés" muy alegremente.
    besos!

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  2. Pues sí, sin duda fue una magnífica idea. Yo lo intenté, pero por lo visto no era mi momento o que elegí mal la academia. De todos modos no descarto volver a apuntarme algún día,y por si acaso iré aprendiendome las canciones de Adele ;)

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  3. Yo siempre pienso en apuntarme para sacarme los certificados pero me da perezón, la verdad. Es cierto que sólo con la música y la tele no se aprende pero ayuda muchísimo (al menos en mi caso siempre me ha servido de mucho). Claro que a eso tengo que sumarle que tengo la suerte de tener familia angloparlante con la que, o me comunico en inglés o no me comunico. Jajajaja. Besotes!!!

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  4. ¡Me alegra que lo estés disfrutando, guapa! Un besazo

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  5. la musica me mueve por fuera y por dentro creando emociones en el intento un abrazo buen texto

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  6. Me apuntaré en algún momento... y es verdad que no viene todo solo, pero hacer hace...
    A mí con 14 años me soltaron una semana en Francia sin tener ni idea de francés (se suponía que llevábamos dos años dando francés... pero vamos...) y aprendí... vaya si aprendí. Una semana me sirvió por 5 años de clase. Creo que hace falta una mínima base de idioma. Pero nada como el hambre y el sueño para hacerte hablar. Me saqué un C1 francés en Bélgica y solo di dos cursos en mi vida, ambos en países francófonos, viviendo con familias francófonas.

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