domingo, 19 de noviembre de 2017

Doble o nada.

Los que me llevan leyendo desde hace tiempo saben que he pasado unos años en el paro. Lo he pasado mal, he tenido que pedir ayuda a mis padres, dar clases particulares y demás artimañas para intentar sobrevivir sin tener nunca ni un duro.
De repente, sin que yo hiciera nada diferente, este verano me empezaron a llover ofertas de trabajo. Yo estaba buscando, sí. Pero exactamente igual que hace tres años, así que no sé qué es lo que cambió. El caso es que me permití el lujo de rechazar algunos. Incluso de decir que no antes de la entrevista cuando lo que me ofrecían no me interesaba en absoluto.
Hice una entrevista para un trabajo que desde el primer momento me hizo una ilusión enorme. Digamos que es de lo mejorcito a lo que puedes acceder teniendo mi carrera y sin hacer oposiciones. El único problema es que en principio, no me llamaron. No me importó más de lo normal porque estaba en mi otro trabajo, yendo por las tardes y tan a gusto.
Y así he pasado los últimos seis meses. Trabajando por las tardes, con unas compañeras más que estupendas, con un trabajo agradable, un horario relativamente cómodo, un sueldo muy pequeño pero que me daba para cubrir gastos haciendo algún sacrificio y unas condiciones en general buenas. Incluso nos renovaron contrato por mucho más tiempo del que esperábamos.
Y entonces, cuando estaba casi conforme con tener este trabajo por mucho tiempo y con la única esperanza de algún día aumentar horas o ascender un poco, me llamaron de ese trabajo que yo quería. Ese de la entrevista en junio que no me llamaron. Me explicaron que la puesta en marcha del servicio se había retrasado por el verano, pero que ya se iba a empezar y que me querían a mí.
La verdad, fui a la entrevista con la idea de exigir tantas cosas que me mandaran a la mierda. Yo tenía mi trabajo y mi comodidad. Pero me dijeron que sí a todo. Y me ofrecieron más cosas. Me dijeron que me querían a mí y que qué tenían que hacer para conseguirme.
Y me vendí. Como una mercenaria. Y a mucha honra, oiga.
El caso es que entre mis condiciones, una de ellas fue que no iba a dejar mi otro trabajo de por las tardes hasta diciembre, así que empezaría trabajando pocas horas. Me dijeron que sí. Y con horario flexible. Sí. Y a veces desde casa. Sí. Y además me darían un ordenador. Sí. Y un móvil. Sí. Y una funda para el ordenador. Sí. Y un mono. Y un amiguito para el mono. Bueno, no, eso ya no.
Total, que después de años de mendigar por un trabajo de lo que fuera, ahora tengo dos de lo mío y lo que mendigo son horas de sueño, de descanso, de poder comer sentada, de poder ducharme sin mirar el reloj, de poder ver mis series y escribir mis mierdas. Por eso apenas paso por vuestros blog, ni comento, ni hago nada. Apenas escribo aquí. Porque literalmente, no tengo tiempo. Y lo siento, pero estoy contenta. Necesitaba este chute de emoción, de empezar de cero, de sentirme útil y valorada. De acordarme que soy una buena profesional, que soy resolutiva y decidida y que aprendo rápido y que lo hago bien. Necesitaba sentirme algo más que la que friega y cocina.


Total, que no dejo el blog, ni siquiera digo que me tomo un tiempo, porque trataré de publicar de vez en cuando y desde luego, el resumen del año y tal, que va a dar para bastante. Pero perdonadme las ausencias. Volveré. Como Terminator. O como lo que sea. Pero volveré a tener vida y tiempo y el blog volverá a ser una de las cosas en las que gastaré mi tiempo libre tan feliz. De verdad.

10 comentarios:

  1. enhorabuena!! me alegro mucho, te lo mereces. muy bien por ti al no dejar del todo el trabajo en el que estabas, porque ese tipo de trabajo entiendo que tiene su parte vocacional, no es como estar haciendo informes y listados excel de mierda en una oficina.
    a mí me llamaron de un trabajo que ya lo daba perdido, habían pasado meses desde el proceso de selección pero me contaron no sé qué de que habían tenido cambios en el departamento...
    besos y mucha suerte!! no dejes de pasarte por aquí de vez en cuando para contarnos tus cosas.

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  2. Te lo mereces, coño. No sabes lo mucho que me alegro de que te haya llegado esta oportunidad. ¡Demuestra lo que sabes, que eres muy buena! Abrazos.

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  3. Pues olé tú hija y muchísimas felicidades!!! Vuelve pronto, te esperamos.

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  4. Qué bien!!! Cómo me alegro!!
    Supongo que ahora tendrás que cambiar los momentos y la forma en la que sigues en este mundillo. Yo por ejemplo siempre leo desde el móvil mientras voy en el metro, espero en la puerta del cole o en tiempos muertos.
    Lo más difícil es encontrar tiempo para escribir. Porque ahí sí se necesita un rato tranquilo, ordenador, etc.
    Pero para seguir conectada al resto, ya verás como encuentras la forma fácilmente.

    Un beso y felicidades por los trabajos!!

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  5. ¡Enhorabuena, hermosa! Te lo has ganado a pulso, así que disfrútalo. Esto hay que celebrarlo. Ya me dirás cuándo, ahora que estás tan ocupada. Besotes!!!

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    1. anoche soñé que quedaba con vosotras, y con más gente que no sé quiénes eran, pero estabais vosotras dos. ^_^ la mini-quedada de septiembre me encantó.

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  6. No nos conocemos pero me alegro mucho por ti. A veces es necesario creer en que algo bueno debe llegar, aunque parezca que no viene nunca. Un saludo.

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  7. Ohh me alegro un montón por ti, parece que la vida te sonrie después de tanto sacrificio, disfruta a tope y date un capricho!

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Estás aquí, has leído... así que comenta hombre ya!!