lunes, 23 de mayo de 2011

paranoia

Tengo que reconocer que tengo ciertas tendencias paranoides. Sí. Y conspiratorias. A veces creo que todo el mundo confabula contra mí. Incluso los que leéis ahora mismo. Sé quienes sois, yo también os vigilo a vosotros. Por si acaso.
Me paso el día controlando a los que me rodean como quien no quiere la cosa, bajo a comprar el pan y me da por pensar que la vecina que limpia el poyete de la ventana, lo hace siempre que paso por debajo. Igual me espía, la del trapo. Igual en vez de una inocente marujona es una pieza clave del entramado que me persigue. A partir de ahora la tendré controlada. Y antes de salir de casa me cercioraré de si está fregoteando la ventana o no antes de que yo salga.
Y sigo caminando calle abajo. Y al final de ella hay una tienda de productos morunos. Y hablan, como podría parecer lógico, en árabe. Pues oye, paso yo y pienso que seguro que hablan de mí. Fijo, me están criticando. Y si hay uno hablando por el móvil, asocio ideas. Este está hablando con la compinche del trapo. Le ha dicho que yo estaba de camino, claro.
Supongo que todo esto es un tema genético. El difunto hermano de mi abuela paterna era paranoico. Diagnosticado, pero no medicado. Por suerte, tenía sus movidas mentales pero nunca fue agresivo ni peligroso para los demás. Durante los años 70 estuvo viviendo en casa de mis abuelos paternos. Mi padre y tíopaterno, que en aquel entonces eran unos jovencillos le querían mucho y siempre cuentan historias de él. Al parecer en familia era un tío divertido y simpático, aunque luego tenía sus cosas, como que si llegaban visitas se escondía debajo de la cama, en el baño o en cualquier rincón que él consideraba seguro. Así que yo me lo tomo con humor. Si me río de mí misma, lo siento pero no me voy a tomar en serio al tío paranoico. El caso es que, por aquel entonces, él tenía la teoría de que Alfonso Guerra le tenía mucha manía y le perseguía. Tíoparanoico debía ser alguien mucho más importante que yo, dado que a mí me vigila la del trapo y a él un político en auge. El caso es que la obsesión de Alfonso Guerra llegó a tal punto que pidió a Perales que escribiera la canción de “y quien es él” a tíoparanoico, para que supiera que estaba vigilado. O eso aseguraba él.
Lo preocupante es que la ciencia aplicada ha mejorado mucho desde los 70 en que mi tío se sentía vigilado a través de la radio en la que mi abuela escuchaba coplas en la cocina mientras rebozaba boquerones. Ahora hay mini cámaras y cosas raras. Por ejemplo, llevo dos días convencida de que hay un infiltrado de refinada tecnología en mi casa. Un mosquito cojonero a simple vista, pero miles de posibilidades de espionaje. Y es para desconfiar. Se pone delante de la pantalla del ordenador. Juraría que trata de leer lo que escribo. Igual tiene minicamaritas en los ojos y está grabando todo esto ahora mismo, revoloteando delante de mis narices. Vete a saber con qué intrincados fines.  Y no veas cómo esquiva las ostias. Nada que ver con los mosquitos normales de toda la vida. Este está perfeccionado genéticamente para no sucumbir a los manotazos que doy al aire y los guantazos que me pego a mí misma cuando me zumba en el oído. Y me sigue. Anoche estaba empeñado mantenerme despierta, silbándome en la oreja cada vez que trataba de dormir. Y esta mañana ha venido a inspeccionar mi desayuno. Y ahora aquí, cotilleando mi post. Y es el mismo. El mismo mosquito-espía esbirro de la del trapo, seguro.  
Creo que todos nos hemos sentido en el show de Truman alguna vez. Igual hay un pequeño paranoico dentro de cada uno de nosotros. Y está ahí para espiarnos y conspirar contra nosotros mismos. Fijo.


ACTUALIZACIÓN: el espía-mosquito cabrón al verse descubierto se ha vengado picándome en la cara.

5 comentarios:

  1. La tronca del trapo... es la peor. Ten cuidado con ésas que parece que no hacen nada y luego... son las que tienen todo el poder.

    Siento lo del picotazo en la cara, por cierto, tu mismo mosquito-espía-cabrón o un primo suyo también me ha picado en toda la jeta. Esto es una conspiración.

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  2. Como no nos vamos a sentir vigilados si hay cámaras en todas partes... en los bancos, en los centros comerciales, en los garajes, en las urbanizaciones, en la calle, en los peajes...
    Esto es peor que gran hermano. Así que ya sabes... sonrie y saluda, para quedar bien en la foto.
    Besos.

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  3. No era un mosquito. Era yo.


    Siempre suyo
    Un completo gilipollas

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  4. En el bloque en el que vivo, hay tres cámaras de seguridad, por que esta una sucursal de banco,la emisora de Onda cero,el periódico local y algunas oficinas mas,así que ya te puedes dar una idea de lo vigilada y espiada que estoy,pero no me importa por que me siento mas segura,
    Un beso.

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  5. Te estoy vigilando, por aquí y por el caralibro también... ja, ja, por si tengo poco tiempo sólo me falta conspirar contra tí. Un besote, paranoica.

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Estás aquí, has leído... así que comenta hombre ya!!