miércoles, 18 de enero de 2012

Corazón de barro

Estoy un poco chunga estos días. Mis problemas hormonales y mis ovarios cada vez están más furiosos conmigo y me tratan peor. Así que estoy dolorida, revuelta y tristona. En días calimeros de los míos, vaya.
Anoche hablé con alguien a quien adoro, pero por petición expresa, de momento guardo su identidad. El caso es que me dijo, con cierta mezcla entre resentimiento y consuelo: “al menos, cada vez que te rompen el corazón, duele menos.” Y yo, calimera total, añadí: “hasta el día que sabes que debería habérsete roto, pero apenas sientes nada.”
Hicimos un silencio cómplice de esos que a veces valen más que las palabras. Y esta persona, que posee la inteligencia más audaz que conozco, me dijo: “yo siempre lo imagino de esta forma, a ver qué piensas tú. Es como si el corazón fuese una pieza de barro cocido. Y tú la llevaras en el pecho. La primera vez que alguien te hace daño de esta forma tan peculiar que lo hace el amor, te coge ese corazón de barro, y lo tira al suelo. Se rompe en muchos cachos, y pierde su forma. Pero tú, no puedes hacer otra cosa que coger el pedazo más grande que haya quedado, colocártelo más o menos donde estaba antes… y seguir adelante. La siguiente vez que te lo rompen no es tan traumático, porque sabes lo que es. Así que de nuevo, cuando cae al suelo, te limitas a recoger el pedazo más grande que ha quedado y volver a ponerlo en tu pecho. Así una vez tras otra, cada vez con un pedazo de barro más pequeño y más amorfo en lugar de corazón. Hasta el día en que el trozo que te queda es tan pequeño, que aunque se caiga mil veces más, apenas se descascarilla y se le cae un poco de polvo.”
Me quedé pensando, cómo alguien tan puramente científico era capaz de hacer imágenes tan poéticas, tan preciosas y bien descritas. No sé si será mi parte calimera o qué, pero en el momento me pareció una definición bastante exacta. Cada vez que lo he pasado mal por temas sentimentales, me ha dolido menos que la anterior… pero más que la siguiente. Hasta el punto de ahora, que ni siento ni padezco. Que me da igual todo. Que sea lo que sea, apenas me altera el pulso. Y por un lado me alegra, porque evitarse dolor siempre es bueno y yo he acabado hasta las narices de sufrir. Pero por otro me da pena, porque echo de menos que los sentimientos me den cierto calorcillo en mi pecho de hojalata.  
En fin, mientras sigo en modo drama y compadeciéndome de mí misma, no recomiendo que nadie me tome demasiado en serio.
Por eso ayer, a pesar de decir todo el rollo de que apenas nos queda un burruño informe de barro en el pecho, esta persona me dijo al despedirse: “no te preocupes por nada, todo al final saldrá bien. Y yo te quiero mucho. Aunque algún día sólo me queden unos granitos de barro en lugar de corazón, los usaré para quererte.” Y juro que no mentía cuando, con mi media cáscara de huevo en la cabeza, mi hatillo al hombro y lagrimillas brillando en mis ojos de pollo, le dije: “y yo a ti también te quiero. Creo, que eres de las pocas personas a las que aún quiero de verdad y querré por muchas veces que el corazón se me rompa, por mucho que deje sentir... para ti siempre habrá hueco.”
Total, que ya se me pasará. Algún día, aunque sea tras la menopausia, las hormonas dejarán de controlar mi vida y podré comportarme como una persona normal. O no, pero entonces ya seré vieja y no importará que esté chiflada.

6 comentarios:

  1. He leído todo el post con cara de pena y al terminar he puesto ojitos de gatito abandonado... Cuanta razón tiene, a veces pienso que más vale ponerse una coraza y que no te rompan el corazón pero es tan difícil...

    Un saludo

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  2. Naar...es precioso...que bonita amistad.
    Que envidia. Que suerte tienes de tener a alguien que te quiera de ésta manera tan sincera y que te diga esas cosas tan bonitas y tan verdaderamente importantes.

    Me ha encantado tu entrada y jolines, si estás chiflada pues bienvenida al club!

    Una calimera chiflada con desequilibrios hormonales pero con un corazon con capacidad de amar.
    (gracias por hacerme sentir identificada) jejejejeeje

    Un besote, preciosa!!!

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  3. Pues me ha gustado ese punto de vista sobre el corazón de barro.
    Es importantísimo tener a alguien así a tu lado, seguro que te quiere sin condiciones, y si lo piensas, hay muy pocas ocasiones en que alguien no condiciona tus sentimientos.
    Yo tengo otras teorías, solo que para cuando encontré a mi mujer, me quedaba tan poquito trozo de barro, que todavía lo estamos restaurando, mis hijos aportan la mayor parte.

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  4. Y rodeada de gatos, no lo olvides ;)
    Esa gente es en la que tenemos que centrarnos y la que se merece todo nuestro amor, no la que se pasa el cariño de los demás por el arco del triunfo.

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  5. Creo que esa metáfora de pieza de barro sobre el corazón es bastante acertada. Me parece muy bonita imagen a pesar del inmenso dolor que supone que te rompan el corazón.

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  6. Pues la metáfora es buena, pero me da penita que sólo te quede un trocito pequeñito...

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