domingo, 19 de febrero de 2012

disfraces confusos

Hace muchos años que no me disfrazo. Creo que desde que era adolescente.
Además no me ha gustado mucho nunca. Mi madre dice que tengo un sentido del ridículo demasiado elevado. Pero tampoco me lo dice muy alto, porque sabe de sobra que lo he heredado de ella. Y es que de pequeña me repateaba disfrazarme. Me sentía ridícula. Y además, ¿de qué te disfrazas sin gastarte una pasta? pues de cosas cutres. De mierdas que tienes por casa y ya no usas. De trapos que te cose la abuela. Y luego te pintas un poco como un payaso y hala, ya estás disfrazado. Pues no.
Y vamos a ver si me explico, que a mí me encantan los trajes de época. Así en plan medieval, los barrocos, los románticos. Me muero por todos ellos. Pero los buenos, los de las pelis. No los que venden en los chinos, claro. Pero para eso no hay quien tenga presupuesto. Así que cuando yo era pequeña (y ni siquiera existían las tiendas de chinos) mi madre era del plan de ¿quieres ir de medieval? No hay problema, con un trozo viejo de colcha se hace un apaño. Y yo me sentía muy patética.
Además, puede que yo sea muy rigurosa para casi todo en la vida, pero coño, es que hay cosas que no. Una no puede ir vestida de princesa y con los zapatos azul marino horrendos del colegio. ¿Qué clase de princesa se permitiría ir con ese adefesio de zapatones que parecen los de Frankenstein? O de griega, pero con el jersey de cuello vuelto debajo de la túnica que se ha hecho del retal de unas cortinas. ¿Qué griegos has visto tú en las películas que fueran con jersey debajo? Y es más, con el jersey beige del colegio. Porque como yo llevaba uniforme, todo se tenía que arreglar con los zapatones azul marino o los jerseys y polos beiges.
Total, que así no hay quien se disfrace. Lo único bueno, es que cuando llegaba al colegio, toda cabreada con mi disfraz cutre y veía a mis compañeros, me consolaba como una tonta con lo del mal de muchos.  Porque allí íbamos todos con lo mismo: retales, cosas viejas, el jersey beige debajo y los zapatos azul marino feos.
Total, que salvo excepciones que igual un día cuento, no he sido nunca partidaria del disfraz. Pero por alguna razón, este año los días raros me persiguen. Mira que salgo poco, y aún así, todas las noches que tienen algo peculiar y gente disfrazada, allá voy yo a meterme en harina.
La primera fue el día de la marcha zombi. Por casualidades de la vida, terminé en un pub heavy donde se hacía muy complicado distinguir a los que iban disfrazados y a los que simplemente eran así. Un amigo de A. y yo nos pasamos media noche haciendo apuestas tipo “Ese es gótico.” “No, ni de coña, es disfraz, ese mañana se pone traje y corbata.” El colmo llegó cuando A, con su chupa de cuero y su melena rubia al viento,  nos dijo sonriente que un tipo ensangrentado, un vampiro y una muerte estaban repartiendo chupitos de gelatina con sabor a mojito.
La segunda fue la noche de Halloween, que extrañamente, terminé con la misma gente que cuando la marcha zombi, pero esta vez en un bar normal. Y de nuevo la duda, ¿esas medias rotas enseñando todos los muslámenes son disfraz o moda? ¿esa tía se pintará los ojos así siempre o es por ser hoy?
Y para colmo, salí anoche, que era carnaval. Traté de vestirme lo más discreta que pude, porque nunca se sabe. Que igual una se ve monísima y alguien va y te dice, “oye, qué divertido tu disfraz de puta”. Porque ayer de nuevo había muchas dudas. Muchas tías que te preguntabas si el fin de semana que viene se pondrán cosas tan raras o si era un intento de disfraz. Si era maquillaje de fiesta o sólo se le había ido un poco la mano. Si tienen mal gusto o es que iban de algo. Muy confuso todo, oyes.

7 comentarios:

  1. jajajajajaja, nena, me he reído a carcajada limpia!
    Y esque a mi tambien me pasaban esas cosas de pequeña!
    Ya de adolescente solucioné el tema disfrazándome de: "dormilona" (o sea ir al colegio en pijama) o de "secretaria" con falda y traje jaqueta, etc....cosas de casa, incluso una vez me disfrazé de enferma. Fuí tal cual, con el termómetro en la boca quizá sea ridícula, pero esque si nos "obligan" a disfrazarnos, prefiero disfrazarme de todo ésto que el año que mi madre me disfrazó de "carta" (un as de tréboles) patético e incómodo...pffff...

    Besotes!

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  2. Bueno, al menos no somos de las que van disfrazadas todo el año, ocultando su cara tras la máscara de cada día... algo es algo!!
    Buenos días, nena!!!

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  3. No me he disfrazado nunca y lo que veo por ahí que parecen espanta pájaros, haciendo el fantoche.Perdón por ser tan dura ,pero la verdad es que no me gusta nada esa fiesta .Un beso

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  4. Yo tampoco soy muy de disfrazarme. La última vez creo que fue estudiando en Salamanca. Como no teníamos mucha pasta, nos pusimos los pijamas y nos pintamos los pelos con sprays de colores. Fue divertido. Decíamos que íbamos de dormilones, de frikis, más bien.

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  5. Yo nunca me quiero disfrazar y siempre me arrastran. Este año fui de pollo.

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  6. Desde luego, lo de griega con el polo beige debajo me ha matao... xDDD

    Yo soy de las que siempre se disfraza, lo que resulta curioso para mi forma de ser (tenía que escribir un post sobre eso, y fobias sociales xD), me he disfrazado de Bob Esponja (yo sola), de maruja (con otra amiga, en este sí que no importa el polo beige, cuanto más hortera, mejor) y este año, no digo de qué voy (encima celebramos dos veces el Carnaval xD) que se me fastidia la sorpresa...

    Al principio me muero de vergüenza y me autofustigo por dejarme a mí misma tener ideas tan gilipollas. Pero luego te lo pasas bien xD

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  7. Yo me disfrazo pocas veces, es lo que dices tú, si es para ponerse cualquier trapo no. Pero si es algo elavorado la cosa ya es diferente!

    Un saludo,
    Silvia

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