Querida Mery,
hace casi dos años que dejaste de
hablarnos. No sé aún muy bien por qué. O sí lo sé, pero no me lo
quiero creer. Hay algo dentro de mí que me impide creer que por
culpa de un novio idiota y manipulador nos hayas querido dejar de
lado. Que no le caigamos bien porque se siente inferior no es una
buena razón. Que te quiera tener bajo su mando y que sea un
controlador no justifica esto. Porque ya nos hemos acostumbrado a
estar sin ti, a juntarnos y no llamarte, a vernos y que no estés.
Pero me duele. Los demás dicen que les da igual, que ya no les
importa. Yo te echo de menos. Echo de menos tu risa y tu dulzura,
echo de menos tus historias, tu voz y tus abrazos. Echo de menos a mi
amiga.
Y me da pena, porque sé que nos
querías y te estás perdiendo un montón de cosas.
Bombita se casa en un mes y no conoces
apenas a su novia, que es de esas personas que valen la pena. Es
adorable y simpática, cercana y cariñosa. Es buena conversadora, es
inteligente y tranquila. Da gusto pasar el tiempo con ella. Bombi la
quiere un montón y está como loco con la boda. Están ilusionados y
felices, nos hacen partícipes de sus planes y nos reímos un montón
juntos. Y te lo estás perdiendo.
Reichel acaba de tener un bebé. Ha
tenido un embarazo fantástico, los primeros meses estuvo molesta
pero luego lo ha disfrutado. Ya sabes cómo es la jodía, de todo se
ríe. Nos dejaba tocarle la barriga y nos la enseñaba a todas horas.
La hemos sobado a base de bien para notar las patadas y hemos pegado
la oreja a su ombligo para ver si nos decía algo desde ahí dentro.
Y ahora ha nacido. Era un bichito feo y arrugado, aunque después de
un par de días está muy bonito y sonrosado. Dice Reich que se porta
muy bien, que come mucho y duerme y que ella está feliz. Rulas la
ayuda mucho, es un padrazo y no sabes cómo la cuida. Tú no le has
llegado ni a conocer, pero el holandés es un tío grande. Es
simpático, gracioso, trata de comunicarse por todos los medios, es
entrañable y afectuoso, es un tío estupendo. Y se quieren mucho.
Están desbordantes de felicidad y no sé cómo, te la contagian. Y
te lo estás perdiendo.
Gordito y su señora están buscando
también un niño, pero la cosa no está fácil. Gordi nos lo cuenta
a veces, medio por desahogarse, medio por quitarle importancia. Ella
es más reservada, pero cada día va cogiendo más confianza y hay
días que quedamos y vamos descubriendo cosas de ella, como que tiene
más sentido del humor del que parece. Nos invitaron a su nueva casa,
el Gordi hizo un arroz estupendo y nos lo pasamos genial, nos
hicieron sentir parte de su hogar. Y te lo estás perdiendo.
Flumi sigue como siempre, está
trabajando mucho porque es un tío más que válido. Y a la vez
investiga, hace sus progresos y maneja su mente con proyectos y
resultados brillantes. Y sigue siendo un golfo y teniendo rolletes
con chicas jóvenes, no sé si algún día le veremos sentar la
cabeza. Pero qué risas nos echamos con sus historias. Y te lo estás
perdiendo.
La Pelirroja está en el mar, con su
trabajo soñado y haciendo una vida que le hace sonreír aún más de
lo normal. Está preciosa, morena y llena de vitalidad. Hace un
montón de deporte, baja a la playa a diario, come montones de
paellas y se mete en el agua y se reboza en la arena. A veces creo
que todo lo que ha hecho en la vida ha sido para llegar aquí, porque
está radiante. Y te lo estás perdiendo.
El Ross y yo estamos juntos de nuevo,
como muchas veces vaticinaste. Vivimos juntos y nos llevamos muy
bien, tenemos planes y futuro para llevarlos a cabo. Estamos
contentos y creo que se nos nota. Y te lo estás perdiendo.
Y no sé, nena. No sé si te merecerá
la pena. Si una sola persona podrá darte tanto como para que
renuncies al resto. Si será bastante como para quedarte sin amigos,
como para perderte los progresos en nuestras vidas. Si compensará
como para no compartir tanta felicidad y tantos buenos ratos que
echamos. No sé. Espero que tú lo sepas. Y siento que nos bloquearas
de facebook y no pueda mandarte esto. Siento tener que escribirlo en
el blog para desahogarme. Siento no poderte decir que te echamos de
menos aún. Y siento, de verdad que siento, que te lo estés
perdiendo.
Ay que pena corazón. Me ha dado mucha pena porque sé lo que es querer así a una amiga, y no me gustaría tener que dejar de ver a ninguna de las mías.
ResponderEliminarQue bonita manera de contarle. Creo que si leyera esto, no podría dejar de llamarte.
Me ha encantado la entrada aunque tenga un fondo triste.
Un besazo enorme
la historia que cuentas es triste, pero me gusta y dice mucho de ti que no le guardes rencor a esa persona, y que de algún modo le tiendas la mano para que vuelva a unirse a vuestro grupo de amigos. muy mal, por otro lado, por eso novio que la ha alejado de vosotros.
ResponderEliminarquizá un día vuelva a ser como antes, y pueda ponerse al día de las cosas buenas que se ha perdido.
besos
No eres la única que ha pasado por esa situación. Yo no la he vivido una sola vez, sino varias...me da pena por ellas, mis amigas, porque al final las que pierden son ellas y lo peor es que no son ellas mismas, sino que actúan y son lo que otro/a les dice, están totalmente anuladas.
ResponderEliminarKiss
un placer enorme es leerte
ResponderEliminarQué rabia da cuando se pierde a un buen amigo por una gilipollez...
ResponderEliminarLo de que os haya bloqueado ya es muy fuerte. Creí que simplemente se había alejado pero con ese final, me temo que no es algo circunstancial sino muy decidido por su parte. Ya te había leído alguna vez de ella, de los problemas que ponía para no ir a una cena si él no iba. Pero veo que tristemente la cosa ha evolucionado fatal.
ResponderEliminarUna pena.
Un beso