lunes, 1 de agosto de 2011

cambiando la batería

Hay ratos tontos en los que pienso “me tengo que buscar un hombre.” Y no lo pienso en modo desesperado-sexuarrrl tipo quierounhombreeeee-ñam-ñaaaam. No. Es más un asunto práctico. Un hombre que cumpla las tres naar-condiciones básicas: abrir botes, llegar a estantes altos y matar arañas sin rechistar. Y que de paso, cumpla otras tantas.
Y es que desde la experiencia traumática de quedarme encerrada en el mercamoñas, lo he vuelto a pensar. Jo, yo quiero un chico que me venga a buscar al parking maldito, que me consuele, que me arregle el coche y que me diga “no te preocupes, que ahora vamos a casita, te preparo la cena y te doy un masaje de pies, que has debido pasarlo muy mal.” Y que, por supuesto, al día siguiente cambie la batería y, de paso, me lave el coche. Y que traiga el pan a la que vuelve a casa.
Pero como no lo tengo y chicososo (que quizás estaría dispuesto a hacer alguna de estas cosas) se ha ido a la playa, pues no me queda más remedio que ser una mujer moderna, liberada y jodida y hacerlo todo yo sola. Menudo fastidio.
Total, que hoy me he ido a comprar la batería del coche. Como soy rubia, menudita y con sonrisa angelical, los tíos de los talleres y otras cosas puramente masculinas tienden a tratarme como si fuese estúpida. Estoy harta de tener que demostrar que el hecho de ser rubia y mona no me convierte impepinablemente en subnormal profunda.

En la tienda de cosas para coches, me acerco al mostrador y el tipo me pregunta qué quiero.

-         Venía a por una batería.
-         ¿Sabes para qué coche?

No, da igual, para uno cualquiera. Qué importa. Debo ser tan tonta que no distingo mi coche de ningún otro, así que dame una que sea rosa y muy mona.

-         Sí, claro, un 206….

Antes de que me de tiempo a decirle el motor y eso, me corta diciéndome:

-         ¿Pero sabes qué motor tiene? ¿o al menos si es diesel o gasolina?

No, ni idea, yo le echo Chanel número cinco, no te jode.

-         Sí. Diesel. Un 2.0 HDi. 95 caballos.

El tipo rebusca entre unos papeles, mira el modelo exacto de batería y la trae.

-         El problema es que pesa mucho. – me dice.
-         Bueno, tengo el coche de mi madre ahí enfrente, creo que podré cruzar la calle.
-         No, no, yo te la llevo. Y si quieres te la instalo en un momento.
-         Pues hombre, está complicado, porque mi coche está en mi barrio y he venido con otro. Es que el mío no arranca, no tiene batería. – por si no lo habías captado.
-         ¿Ah, pero se te ha quedado sin nada, nada? ay, mujer, pero ¿cuándo se la cambiaste por última vez?
-         No lo sé. Hará al menos cinco años.
-         Ayyyyy – tono condescendiente – si es que hay que prestar atención a las cosas…
-         Ya, pero si no tengo novio por tal de no tener que prestarle atención, puedes imaginarte la que le presto al coche.

El tipo me mira completamente ojiplático. Pero aún así me lleva la batería al coche de mi madre para que no me hernie cruzando la calle. Que sí, que las baterías pesan, pero no eran ni cinco metros. En fin, se lo agradeceré pensando que es buena voluntad y que si en vez de yo hubiera ido mi abuelo, el tipo se habría comportado igual.
Total que llego al barrio y llamo a mi niño I, para que venga a echarme una mano a cambiar la maldita batería de los cojones. Que una es moderna y liberada, pero tampoco tanto. O al menos no lo bastante como para tener fuerza y conseguir aflojar las tuercas que la sujetan. Así que viene I, tan dispuesto como siempre. Qué haría sin él. Si es que es el hombre de mi casa, de verdad. Pues viene, muy dispuesto pero sin herramientas. Y las mías se las ha llevado mi madre. Joderrrrrr.

-         Pídeselas a un vecino. – propone.
-         Los vecinos me odian. Y no me hablo con ellos.
-         Pues igual es buen momento para empezar a hablarles.
-         Mierda.

Así que llamo al único vecino que me cae medio bien, chicodelprimero. Tras la confusión inicial de que alguien llame a tu puerta pidiéndote una llave inglesa, chicodelprimero ha venido a ayudarnos y ha traído un par de herramientas cuyo nombre desconozco y no tengo ningún interés en aprender. Así que I ha podido cambiar la batería y ahora mi coche arranca que da gusto. Dentro de otros cinco años, me volveré a quedar encerrada en el sitio y la situación más bizarra del mundo, pero eso es otra historia.
Cuando I se ha ido porque tenía que hacer cosas, me he quedado charlando con chicodelprimero, para sociabilizar un poco más que nada. Le he narrado mi historia terrorífica en el parking del mercamoñas y me ha contado un par de anécdotas parecidas. Luego hemos hablado de otros temas. Y al final me ha dado su teléfono y me ha dicho, que si me pasa cualquier cosa cuente con él, que para eso está y que total, ya que estamos solos y vivimos al lado, tenemos que echarnos una mano si se puede. Mola, otro hombre al que encasquetar tareas desagradables… o sea… un vecino majo. Ya no me odian todos los vecinos, ya sólo son cuatro de cinco.

7 comentarios:

  1. "Ya, pero si no tengo novio por tal de no tener que prestarle atención, puedes imaginarte la que le presto al coche".

    xDDD. Quiero hacerme fan de esa frase.
    Me alegro de que ahora te lleves bien al menos con un vecino, que es muy estresante eso de no tener a quién pedirle ayuda...

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  2. que cosas!! me gusta mucho como escribes.. opino y tan solo opino que deberías escribir columnas en algun periodico! :P un saludo!

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  3. KEY: jeje, según la dije pensé que debía haberme mordido la lengua, pero luego me hizo gracia a mí misma. y desde luego está bien llevarse bien con alguien que esté cerca... por si acaso!
    STRANGE ROSE: muchas gracias, ya quisiera yo dedicarme a escribir en un periódico!! ojalá alguien te oiga y me de trabajo!

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  4. Ha sido estupendo leerte después de volver de la playa. Has devuelto la sonrisa a esta cascarrabias.
    Algunos hombres no cambiarán nunca y siempre nos tendrán por 'estúpidas' que no sabemos nada de coches o de otras cosas típicas de los hombres. Por suerte los tiempos cambian: ellos se depilan y nosotras cambiamos baterías.

    Besos!

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  5. Yo tampoco miro desde cuándo le cambio la batería al coche. De hecho, no sé ni cómo se abre el capó. Es más, ni falta que hace. Para eso están los mecánicos no?

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  6. Desde que leí este post, no hago nada más que recordar lo de "da igual qué batería, deme una rosa y muy mona". Es que me hace más gracia después que mientras lo leía.

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  7. Gracias por tu comentario Goyo, alguien que no hace comentarios sexistas.... ah, "guapa", es lindo socializar un poco...te sientes menos sola y no tienes que tirar de galanes de alcoba.

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Estás aquí, has leído... así que comenta hombre ya!!