viernes, 18 de enero de 2013

os pongo al día...

Queridos míos:
Voy a tratar de poneros al día antes de caer desfallecida sobre el teclado.
El miércoles operaron a la yaya. Entró a quirófano a las 9:30 y salió a más de las seis de la tarde. Muchas, muchas horas son esas.
Lo que tenía era un bocio intratorácico. Sin meterme en tecnicismos porque no soy médico ni nada que se le parezca, os diré que es un problema de tiroides. Al parecer a casi todo el mundo cuando le sale un bocio es hacia fuera y lo que les pasa es que les sale una especie de papada como la de un sapo. Pero a mi yaya el bicho ese le creció hacia dentro. Y creció y creció. Los médicos pensaban, a través de las ecografías y las pruebas que hicieron que llegaba a los pulmones, pero no. Le llegaba al hígado. Eso, básicamente, significa que estaba comida por un alien.
La operación fue muy larga y muy compleja. Mucho más de lo que esperaban los propios cirujanos. Tuvo una hemorragia en el hígado y un desgarro en la tráquea. Muy feo todo.
Pero fue subsanado. Por la tarde pudimos verla cuando salió de quirófano, medio adormilada todavía y con muchos cables y máquinas alrededor. Por suerte, pudo respirar por sí misma y le quitaron el tubo y el respirador. Por la noche nos fuimos a casa, dejando el corazón allí metido en la UCI. A mi yayo había que llevarle de la mano porque no atinaba a dar dos pasos. A veces le miro y me pregunto cómo puede querer tanto alguien a otro alguien. Y muero de amor al verle besar a mi yaya y decirle lo mucho, muchísimo que la necesita viva.
Al día siguiente fuimos a verla por la mañana. Se suponía que iba a estar en UCI unos días y teníamos un horario muy reducido. Así que me pegué con medio mundo para aparcar y subir con mi yaya. Pero cuando llegué, yo que esperaba ver de nuevo a una abuelita desvalida en una cama, me encontré con la sorpresa. Mi yaya estaba sentada, totalmente consciente y hablando. Nos habían dicho que podía perder la voz, pero de eso nada. Mi yaya es la mejor. Y no hay quien pueda con ella. Es más dura de lo que parece. Dentro de su pequeño cuerpecito late la fuerza de mi bisabuela, que era la mujer más valiente que he conocido nunca.
Así que me sonrió, me cogió la mano y me dijo, un poquito ronca todavía: “nena, cuida de tu madre, que está muy cansada. Y del yayo, que sabes cómo se pone. Tú eres la fuerte, tú eres como la mamá (mi bisabuela). Yo estoy bien, díselo, que a ti todos te hacemos caso.” Y yo me reí y la llené de besos. Le prometí que estaba cuidando de todos. Le expliqué que había un puchero enorme de lentejas que ya había repartido para que comieran caliente. Y que no dejaba solo al yayo. Y que le hacía la cena a mi padre y que hacía todo lo posible por mi madre. Y ella asintió. Por  una vez, sé que está orgullosa de mí con motivo. Por una vez, sé que mi bisyaya también está contenta conmigo desde el cielo porque todos me dicen que soy tan fuerte y tan valiente como ella. Y yo sólo soy una aprendiz.
Por fin, por la tarde subieron a mi yaya a planta. Eso es muy buena señal. Está en una zona con cuidados un poco especiales, pero es un avance. Además está solita en la habitación, sin compañeros que la tosan. Y nosotros estamos ahí siempre. Esta noche está mi madre durmiendo con ella. Mañana voy yo a quedarme allí. El Clínico me da pánico, pero por mi abuela, me lo paso por el forro de las bragas. Allí me quedo con ella para que mi mamá descanse.
Y yo… pues estoy cansada y tengo ratos de bajón cuando llego sola a casa. Pero me siento muy arropada y estoy muy contenta. Las cosas han salido bien a pesar de la gravedad. Y todo el mundo está muy volcado con nosotros, familia, amigos, todos pendientes. Cuando mi yaya salió del quirófano yo tenía a Flumi dándome la mano y protegiéndome con sus enormes hombros de jugador de rugby. Ese “no estás sola, pequeña” me dio unas fuerzas sobrehumanas. Y ahí están todo el día Anita, Pa e I que siempre están pendientes y aún no han venido porque no les he dejado. Su mensajes, sus llamadas, sus “adelante, que estoy contigo”, sus “sé tan fuerte como siempre y si no, me avisas que voy yo contigo” y sus “te quiero” me hacen creer que podría volar si me lo propusiera.
Y mil gracias a todos vosotros, vuestra fuerza, vuestros buenos deseos y vuestra energía positiva me ha sujetado cuando me tambaleaba. Mil gracias por los mensajes, los mails, los twitter… por todo. No doy abasto a contestar porque apenas tengo tiempo, pero os lo digo desde aquí a todos, sin excepción: MIL GRACIAS, sois los mejores.

Y ahora, os repito que os iré contando y que aún hay un largo camino por delante, pero la peor parte está salvada. Pronto podré contaros nuevas aventuras y sobre todo, hablaros de un proyecto en el que estoy participando y me parece muy interesante y muy bonito. Me pondré con ello lo antes que pueda.

Ahhhh, ¿habéis visto que somos 100 caminantes oficiales? Más que los que me leen por ahí agazapados anónimamente. Nunca imaginé que mis paridas llegaran a tanta gente. Nunca imaginé que yo pudiera hacer cosas grandes. Nunca imaginé que pudiera sujetar a toda mi familia con una sonrisa. Nunca imaginé que este blog llegara tan lejos. Y nunca, nunca imaginé que pudiera ser tan feliz sólo por el mero hecho de valorar la vida y la capacidad de respirar de mis seres queridos.

12 comentarios:

  1. ¡Cómo me alegro de leerte!
    Te comento poco, poquísimo, pero te leo casi siempre.
    He pensado mucho en tu yaya y me daba cosica preguntarte incluso mandárte ánimos, ya ves que gilipollez con lo bien que los recibes...

    Me gusta como sigues p'alante, un beso enorme =)

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  2. Verás qué bien va a salir todo, ya lo peor ha pasado y ahora todo es mejorar.
    ¡Enhorabuena por tus seguidores!
    Muchos besos :)

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  3. Me alegro un montón que haya salido bien!! En tu familia sois todos los increíbles, que fortaleza tenéis!
    muchos besos y abrazos de esos que te espachurran la espalda ^^
    Tomate

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  4. Que bonica eres. Me alegro que todo haya salido genial. Que dure y ánimos!

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  5. En poco tiempo esto será un mal recuerdo, pero a ti te queda el orgullo de haber sabido estar a la altura. Para mí que en eso de la fuerza y el entusiasmo has salido a tu yaya.

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  6. Ay, qué buena noticia, Naar!!! Me alegro un montón de que hay salido todo tan bien. Ahora, a mimarla mucho hasta que se termine de recuperar. Aunque sé que esto ya lo haces...

    Enhorabuena por tus cien seguidores!! Yo ando cerca y estoy que me salgo. Jajaja. Un besazo, reina y besotes a tu yaya.

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  7. Me alegro muchísimo!! Qué gran noticia! Y tú lo has dado todo para que tu familia no se viniera abajo. Debes sentirte muy orgullosa de ti misma.
    Un besazo para ti y otro para tu yaya.
    Como ya te dije, el tiempo pasará y esto no será más que un mal recuerdo. :) A seguir pa'alante.
    Y enhorabuena por esos 100 caminantes!

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  8. Yo soy nueva por aquí (de hecho soy la caminante número 100), llegué a través de Álter ego y me alegro muchísimo de las noticias que nos traes hoy. Qué alegría que tu yaya se esté recuperando tan bien de una operación complicada. Y tú ahí, al pie del cañón, cuidando de todos, qué envidia de familia unida.
    Un besito, cuida a tu yaya y cuídate tú también, que los días de hospital son complicados

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  9. Me alegro mucho de que la peor parte por fin haya pasado. Espero que las cosas poco a poco vayan a mejor. Después de pasar tanto miedo, se consigue sonreír con más fuerza que antes. Muchos besos y un abrazo enorme :)

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  10. ole ole y ole!!!!!!!! enhorabuena!!! seguro que las lentejas estaban buenisimas!!! ahora cuidate mucho y procura descansar... y si necesitas algo... a pedir por esa boquita!!!!
    machando una de achuchones!!!!!!!!!!!!!!!

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  11. ¡Qué fortaleza la de tu abuela! Seguro que los médicos están todavía alucinando. Bueno, nena, esto va viento en popa, y dentro de poco será un mal recuerdo.
    Con lentejas o sin ellas, cuida a los tuyos, pero deja que te cuiden un poquito a tí también.
    Besotes gordos

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  12. Pues claro que sí!! Ya verás como todo sale bien y tú serás todavía más infinítamente más fuerte.
    Todo saldra bien ^^

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