domingo, 10 de febrero de 2013

Speed datting (1?)

Empiezo a pensar que si no tuviera el blog hará muchas menos gilipolleces. Mi vida sería mucho más aburrida, pero más normal o madura… o algún otro sinónimo de aburrida que se os ocurra.
Cuando estas navidades Flumi lo dejó con su chica, lo primero que hizo fue correr a mis brazos. Mis amigos creen que yo soy tengo una especie de campo de fuerza en el cual no les puede pasar nada malo. Así que cada vez que les ocurre algo, recurren a Naar. Por suerte, ellos también son mi sitio seguro. El caso es que cuando vino la primera vez a casa tras su ruptura, un tanto abatido y desanimado, yo tampoco estaba en un buen momento. Así que nos apuntalamos el uno al otro como buenamente pudimos para que no cayera nadie. Y en medio de aquél abrazo que reconfortaba al uno con el otro, me dijo “este año haremos cosas divertidas juntos.” Y estúpidamente acepté. Para que él se animara y para tener cosas guays que contar en el blog. Además que lo pensé tal cual, cosas divertidas, post divertidos. Por eso cuando surgió el tema de ir a un speed datting, nadie se pudo negar. Da igual quién lo propusiera o quien tratara de convencer a quien o quien dijera “deja de insistir que ya me has convencido”. Da igual. Porque el caso es que fuimos ayer. Y nos divertimos de lo lindo.
Supongo que más o menos sabéis de lo que va ese rollo. Es básicamente un montón de chicas que se sientan en mesas y chicos que van rotando y con los que tienes unos siete minutos para hablar. A veces se hacen muuuuuuy largos y te dan ganas de arrancarle de las manos el gong al tipo que lo organiza y hacerlo sonar inmediatamente. Y hay otras veces que se hace corto y te dan ganas de arrancarle de las manos el gong al tipo que lo organiza para que no suene. O sea, que te pasas media noche odiando al del gong.
Yo me senté allí, al lado de una chica más charlatana de la cuenta. El primero en colocarse delante de mí fue Flumi como ya habíamos acordado. Me miró, me dedicó una de sus sonrisas arrolladoras y me dijo:

-         Me molas mazo, guapa. Te voy a poner en favoritos para que me den tu mail y tengamos una noche de sexo ardiente y apasionado.
-         Si le dices eso a otra, triunfas fijo.
-         ¿En serio?
-         Sí, qué mujer se ha resistido nunca a eso.

Entonces nos echamos a reír como locos. La gente debía pensar que habíamos pillado. Se me acercó un poco y bajó la voz.

-         Hay uno gordo y bajito que ha venido como mil veces a estas cosas. Dile que no, es un babas. Y hay un tipo francés rarísimo, no te dejes engatusar por el acento que nos conocemos. Y hay otro que es muy raro, lo reconocerás en cuanto lo veas. Los demás parecen majos.
-         Tomo nota. Escucha. La de mi lado es una charlatana y está desesperada, incluso ha buscado pareja en el meetic y sitios de esos. Ojo con ella. A las 12 tienes a una rubia con coletas muy rara. A la una hay un grupito de tres que vienen juntas y que parecen majas, pero ya han venido más veces y la de rojo es una borde. A las tres tienes a una rubia sosa bastante mona. De las otras no sé nada.
-         Perfecto. Suerte, preciosa. Y si no nos mola nadie…
-         Ya sé, frungimos entre nosotros.
-         Te iba a decir que nos piramos rápido y nos tomamos una copa en otro sitio, pero tu plan mola más.

Con las mismas me guiñó un ojo, sonó el gong y se piró a seguir su recorrido.
Yo me quedé sentada conociendo a tipos raros. Pero raros, raros. El francés, médico y con un acento muy dulzón, pero parecía mi padre y eso que decía tener treintaypocos. Descartado, colega, para colmo los médicos me dan asquete, se pasan la vida entre enfermos. Un asturiano con acento raro y que se llamaba Marino. Descartado, no hay más que decir. El tipo gordo que decía Flumi y que daba mucha grimita. Ni muerrrrrrta, chaval. Uno que trabaja de portero en una casa y que era más aburrido que una ostra. Hala, que sí, que te pires. Uno que decía ser ingeniero de blablablá y que me preguntó si me gusta el fútbol o la fórmula uno. Acabas de dar en el blanco, chico. Otro con un tic en un ojo. Sí… estupendo para mis nervios un tipo con principio de síndrome de Tourette.
Pero entre toda esa maraña de tipos raros, hubo dos que me gustaron… algo. No muchísimo, así como para dar saltos, pero algo. Uno de ellos, uno morenito, con pinta macarilla y una sonrisa preciosa. Fan de Rock fm y que le molan los gatos. Y que se quedó alucinado porque le expliqué quién era el Tato y por qué se dice lo de que “no va ni el Tato”. Mi capacidad de recordar datos absurdos sigue dando resultado para alucinar a la gente.
El otro, que no dejaba de mirarme desde que estaba con dos chicas antes que yo. Eso explica que las otras pensaran que era estúpido. El chaval empezó mal, porque me miró directamente las tetas y me preguntó si me podía levantar para verme bien. (Hombres del mundo: no nos gusta sentirnos carnaza.) Pero bueno, luego lo medio arregló con conversación interesante y diciéndome “debes asustar a muchos hombres siendo tan directa y teniendo esos ojos, ¿verdad? Porque impones un montón.” Por suerte, fue de los pocos que supo sostenerme la mirada y mostró un interés real en mí y no en todas las chicas que había allí. De hecho, cuando terminó el asunto, salió con Flumi y conmigo a fumar un piti. Y me contó muchas cosas sobre él y me dijo que me invitaba a tomar algo. A mí no me apetecía tomar nada, pero me quedé charlando con él y con otra gente del evento que andaba por el garito. Sospecho que a Charlatana le molaba el mismo que a mí, al que le conté lo del Tato. Pero a mí me monopolizó este chico, al que llamaremos Cáncer, puesto que me repitió como cuatro veces que era su signo.
La experiencia, hasta aquí, ha sido divertida. Es una buena forma de invertir una noche en la que no tienes plan, la verdad. Y conocer gente siempre tiene su punto gracioso.
Ahora veremos qué pasa… ya os diré si hay segundo capítulo.

5 comentarios:

  1. Bueno, pues no estuvo tan mal. Te veo con pocas ganas de hacer sangre. Gracias por compartirlo. Un abrazo.

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  2. Oye pues si fichaste a dos no esta mal, ya contarás que tal! Bicos

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  3. Y yo que creía que esto de las citas rápidas solo pasaba en las películas americanas... ¡Si es que la vida de maruja no me deja ver más allá! Seguro que hay segundo capítulo.

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  4. Joer, pues será majo pero eso de hacerte levantar para verte mejor... mi má... no sé, yo le hubiera dicho lo mismo a él, clavando la mirada en su paquete y con cara de "pues no abulta mucho, ¿eh?". Que son más brutos a veces... pues a ver en qué queda la cosa. Anímaos mas veces, que por estadística alguno decente tiene que aparecer.

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  5. Jajaja. Tiene que tener su punto ir un sitio de esos, aunque más no sea a investigar para el blog... Ya nos contarás qué tal con Cáncer. Lo mismo acabas de dar con el amor de tu vida y tú aquí sin enterarte. Besotes!!!

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Estás aquí, has leído... así que comenta hombre ya!!