martes, 7 de junio de 2011

astenia

Como llevo unos meses encontrándome bastante mal, me cansé de oír gruir a mi madre y fui al médico. Yo soy de esas personas agnósticas de la medicina, que no van al médico porque suelen saber lo que les pasa o lo que el médico les va a decir. Yo conozco mi cuerpo. Son muchos años peleando con él. Y tengo la idea, tras muchos años de desagradables experiencias, de que los médicos no te hacen demasiado caso.
Pero el asunto es que mi madre insistía y si unos análisis le hacen feliz, pues vale, hagamos análisis. Así que fui a mi doctora, que es una persona de esas que no dice dos palabras seguidas ni aunque la pagues por ello. Ella te mira y si tú mantienes el silencio el suficiente tiempo, escribe en su ordenador y te extiende una receta. “Tómese esto”, te susurra. Y punto. Pero aún así yo fui a contarle mi vida, a sabiendas de que no me diría nada al respecto:

-         Mire, es que últimamente me encuentro muy mal.
-        
-         Duermo fatal, estoy todo el día cansada, me duelen las piernas, se me duermen las manos... incluso he tenido calambres en las rodillas bastante dolorosos.
-        
-         Además me levanto mareada y tengo malestar todo el día. El estómago revuelto, nauseas, poco apetito, diarreas, dolores de tripa…
-        
-         Además de mis problemillas hormonales.
-        

Tras dos minutos de silencio, veo que escribe en el ordenador: ASTENIA. Ah, qué bien, un montón de síntomas y cosas que me complican la vida y usted lo convierte en una palabra de lo más ambigua: astenia. Eso es capacidad de síntesis. Definitivamente es una doctora de pocas palabras.

-         ¿Podría mandarme unos análisis al menos para que me miren a ver si me pasa algo?
-        
-         Y de paso, una cita con el ginecólogo.
-        

Me extendió un papel con la cita. Hoy he ido a por los análisis y el plan ha sido más o menos el mismo. Silencio sepulcral mientras miraba los resultados detenidamente durante varios minutos hasta que ha dicho en el límite de lo audible:

-         Está todo bien.
-         ¿Le llevo estos resultados al ginecólogo?
-        
-         Tomaré eso por un sí.
-        
-         ¿Y todos los síntomas que le conté? Porque no han variado…
-        
-         ¿Cree que seguirán siendo trastornos hormonales y el ginecólogo podrá ayudarme?
-        
-         ¿quizás cambiarme el tratamiento?
-        
-         Muchas gracias doctora, es usted de gran ayuda.

3 comentarios:

  1. guapa!
    es inevitable que yo pinche caca de la vaca (argentina!), jajajaja
    vaya doctora más chula tienes, eh?
    yo también tengo astenia y no me dura tantos meses como a ti... y por las definiciones que he visto por ahí los expertos también opinan que no dura tanto, son unos días a lo sumo un mes.
    En fin, al menos estás bien, no tienes anemia ni parece que nada raro! conclusión: ¿Sabes la solución a esto? ¡calle, calle y más calle!
    Un besote guapa
    Ana

    ResponderEliminar
  2. Es que los médicos tienen un peligro (ahora es cuando me oye alguno que está por aquí cerca :-D). Y es que vas por una revisión rutinaria, te hacen unos análisis y encuentran de tó. Y piensas, para que habré ido al médico si no me dolía ná. Además ya se sabe que hay dos tipos de enfermedades, las que se curan solas y por lo tanto no necesitan médico, y las que no se curan, que entonces para que quieres al médico.

    Bueno, aparte de bromas (que eso de la prevención está muy bien), espero que, sea lo que sea eso que tienes, se te pase, y que pronto te encuentres fenomenal.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Pues vaya doctora más grandilocuente... Que menos mal que no te ha encontrado nada, porque no sé cómo te enterarías de que algo no anda bien. Espero que con el veranito ya te encuentres mejor.

    ResponderEliminar

Estás aquí, has leído... así que comenta hombre ya!!