viernes, 3 de junio de 2011

sueños para la ansiedad

Quítame la ansiedad,
Sácame de este hastío,
No quiero despertar
Si es que acaso me he dormido.

Últimamente la ansiedad me come viva muchas noches. Y la tristeza se apodera de mí muchas tardes. Y el desayuno me sienta mal muchas mañanas. Y como no duermo bien, caigo frita muchas siestas.
Esta dinámica me deja poco tiempo para encontrarme bien y estar en condiciones más o menos aceptables. Y ya, la verdad, no sé si es algo físico que me afecta emocionalmente o algo emocional que me afecta físicamente. Y para el caso, qué más da. Es la del huevo y la gallina, que a veces no se sabe si importa más el origen del asunto para atajarlo o las consecuencias para paliarlas.
Además cuando uno vive solo, todo se magnifica, como en el Granimbécil ese de la tele. Sólo que aquí es de verdad y encima no me esperan unos cuantos montones de euros a la salida. La realidad es que si vives solo, todo es un problema, porque entre que nadie te ayuda y nadie te escucha y nadie te mata las arañas, todo es una movida. Por eso tienes que animarte sola, consolarte sola y calmarte sola. Y a veces, hasta contarte las cosas a ti misma y contestarte. Yo de esta salgo bipolar perdida.
Pero anoche tuve un sueño. Un sueño modesto, no como el de Luther King, claro. Un sueño en el que encontraba un hombre maravilloso que me llevaba a fiestas vestida de largo, guapísima yo. Y que me quería mucho y me besaba como en las pelis. Y que me acompañaba y me escuchaba y me hacía sentir especial. Y… y… ains.
Que no es que yo quiera eso. Al menos no ahora. O no desesperadamente. Sólo es que echo de menos compartir y tener alguien a quien contarle los pequeños problemas cotidianos, alguien que me llame a mitad de mañana para preguntarme si estoy bien. Alguien que me cuide y me de la mano. Alguien, jolines.
El caso es que en el sueño me sentía muy bien. Muy tranquila, muy bien, ilusionada tirando a feliz. Como hace mucho, muchísimo, que no me siento. Si es que me he sentido así alguna vez, claro.
Además, al despertarme, en vez de darme el bajón habitual de cuando tienes un sueño precioso y de pronto ves que era mentira, me ha dado por pensar que igual algún día me pasa algo así. Que igual, alguna vez vuelvo a ilusionarme, vuelvo a compartir, vuelvo a ser parte de algo y no una zumbada que habla sola. Que igual, algún día me enamoro y lo que es más fascinante aún, alguien se enamora de mí. Que igual, alguna vez salgo de esta rutina de encontrarme mal, de ansiedad y de dolor de estómago.

1 comentario:

  1. ¿tienes dudas sobre el sueño? yo no. Todo llega, de verdad. Solo hay que empujar a la vida un poquito para que las cosas pasen.

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