Últimamente he visto varias quejas en
twitter de algo que pensé que sólo me pasaba a mí. Y lejos de
consolarme con el mal de muchos, he pensado que o pasa algo raro o es
que yo soy demasiado conspiranoide. Pero vamos a ver si no huele
regular el tema.
Como muchos españoles, yo estoy
buscando trabajo. Para mi desgracia, la crisis pegó de pleno a mi
rama profesional y después de haber trabajado sin parar desde antes
de terminar la carrera, me quedé en paro hace unos cuatro años. Y a
veces parece que fue muy lejano y que no sirvió de nada tanta
experiencia, trabajar en diferentes cosas, formarme y aprender,
machacarme y dejarme la piel en lo que hacía. Pero bueno. Desde
entonces he hecho cosillas sueltas, me he sacado varios cursos, me he
apuntado a inglés y para pagarme las facturas he trabajado con mis
padres. Pero no mola. Yo quiero un trabajo normal, de gente normal.
No quiero estar con el ahora sí, ahora no, con el agua al cuello
siempre, con el dinero asquerosamente justo, con el agobio mes tras
mes. Porque esta situación es cansina y agotadora. Y porque por
circunstancias personales que no vienen al caso, empiezo a necesitar
un empleo de manera imperiosa y urgente.
Así que cada mañana y cada tarde me
meto en las páginas de empleo, me apunto a ofertas, tomo notas de
empresas a las que escribir mails. Algunas responden amablemente,
otras nada. Al principio frustra, luego ya te acostumbras y te
resbala. Lo que me mosquea y de lo que os hablaba al principio es de
lo que yo llamo “las ofertas bulto”. Son esas que aparecen
siempre, que las ves, te llevas una alegría y respondes tan contenta
porque cumples todos sus requisitos. Pero todos, aunque sean absurdos
o una locura. Te piden que hables chino y lo hablas. Te piden que
tengas un 35 de pie y lo tienes. Te piden que tengas el pelo cortado
a tazón y lo tienes. Y dices, joder, me llaman seguro. Lo rellenas
todo tan contento. Y al día siguiente compruebas con asombro que tu
candidatura está rechazada. Y dices, bueno, pues habrá alguien que
además de hablar chino, tener un 35 de pie y el pelo a tazón, la
chupará de maravilla. Pero debe ser que no, porque a la semana o los
quince días, la oferta reaparece misteriosamente. WTF!! Y tú vas y
la echas de nuevo. Que igual no vieron tu maravilloso currículum.
Añades una carta de motivación. Les escribes lo bien que lo haces
todo y les adjuntas una copia larga de tus méritos, tus cursos y tus
experiencias. Meeeeeeec, rechazada. Bueno, vale, me tienen manía. Y
al poco tiempo, otra vez la oferta renovada en la página, que ya no
sabes si echarla o pasar o llamar al FBI y decirles que vaya forma de
tratar de espiar a la gente. O mi teoría del bulto, que es que la
ponen para que parezca que hay más ofertas de que la realmente hay.
Obviamente no me refiero a esas páginas
donde las ofertas se renuevan solas, no. Ni a esas que una vez
inscrito no te puedes volver a apuntar. Me refiero a las que las
ofertas sólo aparecen si están recién puestas y que te aparecen el
número de candidatos apuntados. Y os aseguro que estas ofertas
aparecen y desaparecen no sé con qué motivos oscuros. Y al parecer,
no soy la única a la que le pasa.
Y por último, ya que hablo del tema de
buscar trabajo y tal, diré que me jode la gente que te culpa de
estar en el paro. Que te dice que eso es que no te mueves, que no
buscas o que no haces nada. Porque encima de que te sientes una
inútil, una mierda y tu autoestima baja por momentos cuando todo el
mundo se permite cosas que están tan lejos de tu alcance que no
puedes ni soñar con ellas, alguien te dice que tú eres la culpable
de tu situación. Sí, me encanta no poder irme de vacaciones a donde
me apetece, me encanta no poder comprarme caprichos, me encanta
callarme cuando mis amigos hacen ciertos planes porque sé que no
puedo apuntarme. Me gusta mucho, muchísimo, ahorrar tres meses para
el cuarto poder hacer algún dispendio loco, como ir a cortarme el
pelo. Me encanta que se estropee algo en casa y tenga que pedirle
dinero a mis padres como si fuera una niña pequeña. Me gusta
muchísimo esta especie de humillación constante. Me alegra mucho no
querer casarme ni tener hijos, porque si quisiera estaría jodida.
Así que por favor, si tenéis algún amigo en paro, a no ser que sea
un claro caso de ni-ni por voluntad propia, no le digáis que si se
mueve lo suficiente para encontrar algo. Porque hace pupita
escucharlo.
Y nada, oye, que si alguien sabe de
alguna vacante en su empresa o de lo que sea, que me lo diga. Que
total, por intentarlo en un sitio más no pierdo nada.