Creo que una de las mejores decisiones
que he tomado en los últimos años ha sido apuntarme a la academia
de inglés. Y cuando digo de las mejores, posiblemente sea la mejor.
En parte porque no tomo demasiadas decisiones y en parte porque no
las tomo muy bien. Pero ésta sí, ésta fue un acierto total.
Siendo honesta, ni siquiera se me
ocurrió a mí. Quizás por eso fuera tan buena idea. Fue como un
cúmulo de señales que me dijeron que era hora de ponerse las pilas
y hacer algo que llevaba mucho tiempo ahí estancado. Primero fue mi
amigo el poli. Me dijo que él iba a una escuela de inglés y que le
estaba viniendo muy bien porque hablaba un english-macarrónico que
para qué. Y se me encendió un poco la bombilla. Total, tenía las
tardes libres y el inglés no se me da mal del todo. Y además es
útil para los trabajos y siempre viene bien ir a otro país y poder
preguntar por una calle o algo. Dejé ahí la idea, macerando.
Poco después, un amigo de aquí,
arquitecto en paro y sin puñetera idea de inglés, se fue a Canadá
con su exnovia, que por aquel entonces ya era su exnovia. Mis amigos,
al parecer, tampoco con muy listos. Pensó, ingenuamente, que con ir
a un país de habla inglesa aprendería en cosa de cuatro ratos.
Luego se encontró en mitad de la nieve y los renos, sin entender
nada, con su exnovia que se echó un novio indio de dos metros de
altura y viendo la tele para ver si pillaba algo del idioma de
Shakespeare por obra y gracia. Obviamente, a los pocos meses se
volvió sin un duro, sin la exnovia y sin hablar ni poteito. Quedamos
una tarde para tomar un café y me dijo que había estado mirando
unas escuelas por el barrio para aprender algo de inglés antes de
volver a aventurarse allende los mares. Y la idea volvió a mi
cabeza.
Así que lo hice. El verano había
acabado y el curso empezaba, así que miré varios sitios y elegí
uno. Me gustaron muchas cosas de mi academia y a día de hoy sigo
contenta. Mi profe australiano está loco, es divertido y hace las
clases muy amenas. Yo he mejorado muchísimo, he cogido fluidez y
oído y he subido de nivel en dos ocasiones. Estoy muy contenta, la
verdad.
Así que ahora, cada vez que alguien me
dice que no sabe muy bien qué hacer, o que tiene mucho tiempo o algo
así, le recomiendo apuntarse a una academia a aprender inglés.
Porque el rollo de me lo estudio en casa o de veo series en versión
original, aceptémoslo, no sirve de mucho. Mi profe siempre dice que
por muchas películas que alquiles en turco, no vas a aprender a
hablar turco en la vida. Y si lo piensas, tiene razón. Ya puedes
hacerte fan del cine de Bollywood, que no vas a ir a la india y
comunicarte como un nativo. Los idiomas molan, pero requieren
esfuerzo, sacrificio y aprendizaje. Que ver las series y las pelis en
versión original está muy bien, os lo digo yo que no veo nada
doblado, pero seamos realistas, no son el mejor método de aprender
un idioma. Ni siquiera son un método. Necesitas una buena base para
que sirvan de algo. Y sí, sirven para coger oído y para ir pillando
expresiones, pero ya está.
El otro día le intentaba hacer
entender esto a una amiga que me trataba de convencer de que otra
amiga suya que vive en Barcelona y que le pedían un nivel bastante
avanzado para el trabajo, estaba aprendiendo porque traducía
canciones y luego las escuchaba. Eso está muy bien, pero no sirve
para un carajo. Y menos si quieres hablar de verdad porque la chica
en cuestión se dedica al tema del turismo. Y mira, yo soy de Madrid,
pero si buscas un poco sobre métodos
efectivos para aprender inglés, encuentras muchas cosas y además
hay más de una academia en Barcelona. Que si lo piensas un poco, traduciendo
canciones vas a terminar hablando muy raro. Imaginad alguien que
trate de aprender español así y venga, vaya a un bar y diga “me
gustan las mujeres, me gusta el vino y cuando tengo que olvidarlas me
voy y olvido”. Igual al camarero le alegra el día echándose unas
risas, pero poco más.
Total, que si no sabéis qué hacer,
apuntaros a inglés. Yo me arrepiento de no haberlo hecho antes, la
verdad. Y quería hacer un intensivo este verano, pero no sé si voy
a poder con el tema del trabajo nuevo. Lo que es seguro es que en
septiembre vuelvo. Que no quiero viajar
algún día a Irlanda en busca de pelirrojos y decir “whack for
my daddy, oh, there is whishkey in the jar”.