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martes, 13 de marzo de 2018

Las peores técnicas policiales del mundo


Desde que dije que había escrito una no-novela, todo el mundo (o sea, los cuatro o cinco lectores que tengo) me han dicho que les gustaría leerla. Genial. Sólo tengo que convencerlos de que me paguen mil euros cada uno para que el asunto sea medio rentable y pueda al menos hacer un viajecito.
En fin, de verdad que cuando lo conté fue porque me sentía orgullosa de haber terminado un proyecto por una vez en la vida, no porque realmente quiera que la gente me haga la bola y me diga que anda, que me anime, que publique y que blablá. No es mi rollo. Si alguna vez escribo algo que crea que merece la pena lo publicaré y lo diré y punto. Incluso puede que lo reparta gratis si realmente creo que mola leerlo, como publico gratis mis mierdas en el blog. Pero en este caso no es así. He leído lo suficiente como para saber cuando algo es bueno y cuando no. No es falsa modestia, no es buscar el halago, no es nada de eso. Es que no escribo lo bastante bien y no tengo suficiente ego como para publicar una patata y esperar que alguien lo lea.

Lo mejor de todo ha sido hoy, que me ha llamado mi amigo Poli. Aún me sorprende tener un amigo policía. Y aún creo que o es el peor policía del mundo (que yo diga esto es un halago. Un halago extraño, pero un halago) o que tiene dos caras. Eso no sería raro, yo no soy la misma en el trabajo que en mi vida. Mis compañeros que creen que soy un tanto fría y distante, que tengo mal pronto y que estoy medio loca, alucinan porque en cuanto salgo por la puerta del despacho me deshago en mimos con los abuelos, les doy besos, les hago bromas y no pierdo nunca la paciencia. Igual mi amigo Poli es así. No lo sé. Y espero no tener que comprobarlo.
El caso es que me ha llamado con la perra de que quiere leer mi no-novela. Le he dicho que no. Y he empezado con sus técnicas de interrogatorio propias de un policía tipo “porfa, porfa, porfa, anda, porfiiiii”. Como eso no ha funcionado, ha intentado buscar un punto débil en mi argumentación. Si a mí me da vergüenza enseñar mi novela, él podría hacer algo vergonzoso a cambio. Ha pensado un segundo y me ha dicho “puedo leerla desnudo”.
He soltado una carcajada de tal magnitud que he despertado al pobre Ron, que intentaba dormir la siesta en mi regazo apaciblemente. La verdad es que no me planteo que nadie lea lo que escribo, pero que lo lea desnudo es más de lo que puedo imaginar sin entrar en shock.
Como eso tampoco ha funcionado, más que nada porque no quiero un culo peludo en mi sofá ni me apetece ver a nadie desnudo, ha decidido negociar. Y espero que nunca sea policía de esos que negocian con secuestradores o atracadores de bancos o estamos perdidos. Ha empezado porque le dejara leer un par de capítulos. Ha bajado a uno. Luego me ha intentado sobornar diciendo que está fuerte y podría hacerme un dirty dancing (lo de levantar por el aire, ya sabéis). 15 minutos de lectura y tres o cuatro dirty dancing. Sin que yo dijera nada, ha bajado a 10 minutos de lectura e infinitos dirty dancing. Mientras yo me reía, ha ofrecido dirty dancing gratis, sin leer ni nada. Luego lo ha pensado y me ha pedido leer durante 5 minutos. Y al final se ha rebajado a sí mismo a leer lo que yo le diera, lo que fuera. Y eso, con infinitos dirty dancing.
Me le imagino hablando con los atracadores de un banco “¿Queréis tres millones de euros? ¡Os doy cuatro! ¡No, cinco! Y un avión privado para huir. Y podéis llevaros a los rehenes. ¡Seis, seis millones! ¡Y que alguien les mande unos bocatas de tortilla mientras se lo piensan, rápido!”

Total, puede que Poli sea el peor negociador del mundo. Puede que no sea muy bueno interrogando. Puede que ni siquiera me pueda levantar por el aire a lo dirty dancing y sea una vacilada suya. Pero es un amigo estupendo. Puede que el mejor amigo que tengo ahora mismo. Es noble, leal y puedes contar siempre con él. Me ayuda, me escucha, me hace reír. Me cuenta cosas, me comprende y a veces viene a mi trabajo para tomar café conmigo. Me da unos abrazos estupendos. Le puedo contar todo. Podemos debatir de machismo y acepta sus privilegios y quiere aprender a ser mejor. Y lo pasamos bien juntos. Y aunque nunca se lo diga, es guapo y tiene unos ojos verdes preciosos. Poli mola, mola muchísimo. Y me alegro mucho de que se cruzara en mi vida porque nunca viene mal un amigo que esté del lado de la ley. Y porque me temo que al final me convenza y sea el único lector de mi no-novela. Y porque espero que después de leer ese truño que he escrito siga pensando que soy guay, que escribo bien y me haga un dirty dancing.

P.D. Poli, esto no es que esté segura de dejarte leerla, es sólo que lo estoy considerando. Pero lo demás es cierto. Lo sabes, porque nos lo decimos todo, pero a veces está bien escuchar o leer las cosas en público. Eres el mejor amigo del mundo. Y tienes tu novia y tu niña, y yo tengo mis propios asuntos, pero como somos gente sana mentalmente lo puedo decir bien alto: te quiero, te quiero muchísimo.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Premiando espero

Estamos a 5 de diciembre, el sábado este blog cumple 6 años y no he recibido una cosita que quería sortear para tener un pequeño detalle con los lectores, que son la base de este sitio. Y no sé si llegará porque con las fiebres de diciembre y sus compras compulsivas, lo mismo está el tráfico de paquetes atascado. Igual hay un milagrito y en lo que queda de semana, aparece en mi buzón la solución en forma de pareado. Cruzad los dedos.
En fin, mientras lo pienso y tal, os dejo con un premio  que me ha dado Eva con unas preguntas. Ya sabéis que yo no nomino, ni paso el premio ni puñetas en vinagre, pero respondo encantada y breve de la vida.


1.- ¿Cuándo y por qué empezaste con tu blog?
Dentro de poco hago seis años. Antes tenía otro y lo empecé porque estaba agobiada y necesitaba desahogarme. Luego me separé del desequilibrado y entonces quise hacerme otro nuevo para que ni lo pudiera encontrar, ni tuviera recuerdos de él ahí metidos. Era una forma más de empezar de cero.

2.- ¿Qué esperas de él?

Ya me ha dado mucho más de lo que podría esperar, amistad, amor, viajes y todas las cosas buenas que se puedan imaginar. No puedo pedir más porque sería avaricia.


3.- ¿Qué esperas, o te gustaría encontrar, en los blogs que visitas?

Que me entretengan, que ofrezcan opiniones o vivencias interesantes. Sólo pretendo entretenerme.

4.- ¿Cómo descubres nuevos blogs, a través de qué vías? Si es que los buscas.

Pues depende, pero generalmente porque los amigos de mis amigos son mis amigos. Otros blogger leen o comentan otros blogs, a veces los visito y si me gustan, me quedo.

5.- ¿Cuál ha sido tu post que más éxito ha tenido? ¿A qué lo atribuyes?

No tengo ni idea y la verdad es que me da igual. Con que alguien me comente, me diga que se ha reído o que le ha gustado un post, me doy más que por satisfecha. No escribo para conseguir números.


6.- ¿Tus publicaciones están relacionadas con tu profesión (o son directamente parte de tu profesión), o es una afición completamente aparte?

Generalmente no. Mi profesión está estancada porque no trabajo en ella. A veces doy opiniones sobre ciertos temas basadas en lo que sé, en lo que he visto, en lo que estoy formada... pero no muy a menudo. Para mí esto es parte de mi ocio, es sólo un hobby.

7.- ¿Crees que blogger puede ser una profesión?

Hoy en día cualquier chorrada es una profesión.


8.- ¿Qué piensas de las "nuevas profesiones", nacidas alrededor de las redes sociales?

Repito, que hoy en día a cualquier chorrada le llaman profesión. Si la gente consigue dinero haciendo lo que le gusta, bien por ellos, pero vamos, de ahí a que sea exactamente “una profesión”...


9.- ¿Planificas tus publicaciones? Semanalmente, mensualmente... o ¿publicas lo contenidos según los generas?

No, escribo según me sale, según me apetece o según me da el aire. Para planificar estoy yo, que no sé ni lo que voy a comer mañana.


10.- ¿Moderas los comentarios que se dejan en tu blog? ¿Por qué?

Tengo cerrados los comentarios anónimos porque el anonimato desata las pasiones de los gilipollas, pero por lo demás no. Que cada uno diga lo que quiera.


11.- Para leer, para escribir, ¿papel o electrónico?

Prefiero el papel, tengo un libro electrónico y no sé por qué, no me terminan de enganchar los libros en ese formato. Para escribir casi prefiero el ordenador por pura comodidad, pero aún así como coger papel y boli no hay nada.

lunes, 25 de abril de 2016

Infinity Dreams Award

Fíjate que yo pensaba que esto de los premios y tal había pasado de moda, pero al parecer, como todas las modas, ha vuelto. La verdad es que hace ya un tiempo me pasaron algunos que agradecí mucho pero que no llegué a hacer por tedio puro. Entre ellos, el de las 50 cosas sobre mí que tengo por ahí pendiente. Y éste, pues bueno, entre que me lo pasa Eva y que son sólo 11 cosas a decir sobre mí, pues venga, vale, lo hago. Lo que mantengo como siempre es mi norma de no pasarlo a nadie porque no me da la gana, básicamente. Quien lo quiera es totalmente libre de tomarlo y llevárselo y hacer lo que considere oportuno.
Y bueno, ahí van las 11 cosas sobre una servidora, intentaré no repetirme, pero después de tantos años, memes y demás ya no puedo prometer nada.
  1. Me repatean las fotos con mensajito cutre estilo frase de Coelho (en el mejor de los casos) o consejito de perogrullo que cuelga la gente en facebook. De verdad, no sé cómo no les da vergüenza. Y me uno a Eva también con el asco que me dan los que ponen fotos de enfermos o yo qué sé y añaden la frase de “sé que no darás like porque no sé qué” o “¿Me ayudarías con un like?”. Ya escribí sobre el tema hace tiempo y cada vez me cabrea más.
  2. Soy adicta a los programas conspiraoicos de la tele. Me los trago todos. Los de interpretaciones de la Biblia, los de alien, los de la parte oculta de la historia, los de enigmas nazis, los de asesinos en serie... me fascinan. Han sustituido a mi antigua adicción por la teletienda.
  3. El Ross es el único novio que he tenido al que suelo llamar por su nombre de pila. Que también uso a veces apelativos cariñosos, pero su nombre me gusta y me sale solo. Igual un día desvelo el misterio de cómo se llama.
  4. El Ross me llama “bolita” o “bola”. Nuestros amigos se descojonan porque yo parezco cualquier cosa menos algo redondo.
  5. Cuando vivía sola por las noches me ponía programas de Iker Jiménez en el mp3 con un altavoz pequeñito. Como ahora duermo con el Ross, uso los cascos y cualquier día me estrangulo con el cable. Si alguna vez dejo de escribir de repente y os enteráis que he fenecido en extrañas circunstancias, ha sido ahogada con el cable, seguro.
  6. ¿Os acordáis que hice una encuesta sobre si cortarme el flequillo y al final lo hice? Bueno, pues ya estoy hasta las narices de él. Me lo estoy dejando un poco largo para ladearlo y quitármelo, pero estoy en esa fase que ni sí ni no, que se me mete en los ojos y que siento impulsos de raparme al cero.
  7. Estoy planteándome poner un mercadillo con todos los zapatos que tengo usados de una vez o dos como mucho y que no me pongo. Más que nada para hacer sitio y poder comprarme otros nuevos.
  8. Hago autodefinidos de manera casi compulsiva. Siempre me han gustado los pasatiempos, pero los había abandonado. El verano pasado me reenganché por culpa de Pimiento y Tomate y sigo haciéndolos como loca. Me relajan.
  9. Me he hecho adicta a Aliexpress. Entré por curiosidad un día y es el horror. Hay de todo y tan barato que es imposible no picar.
  10. Hay noches que después de cenar me abrazo a Ron y me pongo a ver la tele y se me caen los ojos. Es horrible, porque me da un sueño más agradable del que tengo en todo el día y por supuesto en toda la noche, pero como me duerma estoy jodida porque pego una cabezada de media hora y ya me paso en vela hasta el día siguiente.
  11. Últimamente tengo muy poca tolerancia a las gilipolleces y a las cosas que no me apetecen o me generan cierto malestar. Igual es la astenia primaveral, pero ando muy cortita de paciencia.

martes, 16 de febrero de 2016

La fabada asturiana

El otro día andaba un poco desinspirada y no tuve mejor idea que poner una encuesta en twitter a ver si la gente me encendía esa chispa que te empuja a escribir. Como no es que tengas para escribir mucho en cada opción, ofrecí: post moñoso de san Valentín, post chorra o post sobre fabada asturiana. De verdad que no sé para qué hago la coña si soy la primera que vota en las encuestas la opción más absurda. ¿Por qué? Pues no sé, es un problema que he tenido siempre. Desde que hacía exámenes tipo test en la universidad, desde que me saqué el carnet de conducir, desde los test de personalidad de la super pop. Yo qué sé. Siempre hay algo de mí que me obliga a marcar la opción que claramente está puesta de relleno o con una tontería porque me hace gracia. No quiero ni imaginar los resultados que habré dado en los test psicológicos y de aptitud que me han hecho.
En fin, sea como fuere, tal y como era de esperar, ganó la opción de la fabada. Yo también la habría votado, no voy a mentir.
La verdad es que había pensado hacer fabada y colgar la receta, pero es que al Ross no le gustan mucho las judías blancas. Si queréis, os lo cambio por la de las lentejas, que haré esta semana seguramente.
Al menos os diré, a favor de mí misma y mi coherencia mental, que se me ocurrió poner esa opción mongola porque el domingo, para celebrar San Valentín como debe ser me quedé sola en casa y me comí una lata de fabada. Y es que es una de las pocas guarrerías que me permito de vez en cuando. Yo lo cocino todo, incluso las judías y todo me sale bueno (no es por tirarme flores, es que es lo único que hago bien en la vida) así que las cosas precocinadas no me gustan. De hecho, me dan asquete. Me da por pensar qué llevarán, cómo las habrán hecho, leo los ingredientes y muero de agonía. Así que no como nada preparado. Excepto una lata de fabada de pascuas a ramos. Y el día de los moñas, me auto-regalé una. Y estaba estupenda. Eso sí, yo sólo como judías, ni chorizo, ni morcilla, ni tocino ni nada de nada. No me gusta. Yo judías con su caldito que me saben a gloria.
A parte de la lata de fabada tengo pocos vicios culinarios chungos. Con el tema de la alergia a los lácteos mi abanico de opciones se reduce mucho. Todo lo precocinado, todos los dulces industriales y hasta las cosas más impensables (como el fuet) tienen leche, suero lácteo o vete a saber, así que a veces me doy un capricho, pero es raro.
Total, que como ya he dicho más veces soy una siesa para comer.

¿Y vosotros? ¿Algún vicio inconfesable? ¿Alguna guarrería que os guste a rabiar? ¿Alguna mezcla imposible tipo nocilla con chorizo que os vuelva locos?

miércoles, 17 de junio de 2015

El momento coca-cola no light

A veces el amor se acaba. No hay culpables, son cosas que pasan. Es simplemente, que te dejan de interesar las mismas cosas, dejas de tener afinidad, dejas de sentir algo especial cuando le ves. Y a veces, hasta empiezas a sentir una especie de cansancio vital de estar cerca.
A mí me pasa con Pueblodelsur. Lo nuestro fue un amor de los buenos. Yo estaba loca por aquello, por la gente, por el ambiente, por todo. Pero llegó un momento en el que se nos acabó el amor de tanto usarlo. O algo así. El caso es que cada vez empezó a interesarme menos aquello. Con la gente cada vez comparto menos cosas. El ambiente ya no es lo mismo. Y como que las cosas buenas ya no me parecen tan, tan buenas. Estas cosas pasan, no es por ti, es por mí, te mereces algo mejor. Blablablá, lo que sea.
El caso es que cada vez me cuesta más ir. Y contando con que últimamente voy a pegarme las palizas del siglo allí pintando, limpiando y haciendo chapuzas, pues como que mal tirando a fatal.

El fin de semana pasado apenas salí de casa porque hay mucho que hacer allí dentro como para andar de paseo, pero aún así los escasos minutos que lo hice, volví un tanto mosqueada. Reconozco que yo soy muy de ciudad. Más que eso, soy muy de Madrid. Y eso implica estar acostumbrada a hacer lo que me da la gana sin que nadie me cuestione. Madrid tiene sus cosas malas, pero tiene ventajas. Puedes salir a la calle vestida y peinada como quieras, a nadie le importa. Puedes liarte con mil tíos, llevar amantes cada noche a tu casa, a nadie le importa. Puedes hacer lo que te salga del higo, básicamente. Y a nadie le importa un carajo porque nadie te conoce. En un pueblo es todo lo contrario. Hagas lo que hagas, será criticado. Aunque seas la más decente, alguien inventará algo porque les interesa TODO lo que haces o podrías hacer o podría ser que hicieras. Y a mí esas cosas me ponen muy nerviosita, me entra rápido la paranoia y mi mal humor crece por momentos.

El viernes por la mañana, mientras mi casa se iba convirtiendo en un caos, me empezó a bajar la tensión. Y no había una triste coca-cola que echarse al gaznate. Así que me puse unos pantalones de chándal rotos, una camiseta de hace diez años y me arrastré pálida y ojerosa hasta la tienda del pueblo. Allí lo llaman “el súper”, pero a no ser que sea por lo súper cutre que es, el nombre no hace justicia. El sitio es pequeño, desordenado, se supone que hay de todo pero nunca hay de nada, todo está amontonado, los pasillos (los tres) son más que estrechos y la tía que está en la caja es imbécil del culo. Eso sin contar con que siempre está lleno de marujas gordas y sin nada mejor que hacer en todo el día que estar allí chismoseando. Así que si no es para una emergencia, no voy. Pero lo era. Cogí una bolsa de patatas fritas, un par de latas de cerveza de marca desconocida y me acerqué a la malhumorada cajera haciendo un esfuerzo por agudizar el oído y entender el acento.

  • Perdona, ¿no hay coca-colas normales?
  • ¿De doh litroh?
  • No, latas.
  • Pueeeee... ahí hay latah laih.

WTF!! ¿De qué cojones habla? Miré a mi alrededor. Ya había tres marujas gordas con sus batas de flores mirándome como si acabara de bajar de una nave espacial. Soy la única del pueblo que pesa menos de 50 kilos, estoy pálida como una muerta, tengo pintura en el pelo y llevo la ropa más roñosa del mundo. Y encima aquí la que habla raro soy yo. Suspiré.

  • No encuentro las latas de coca-cola normal. - repetí muy despacio.
  • Iguá no quean ahí. Voy a miráh la cámara, pero no sé lah que habrá. Que no ha venío hoy er der mandao.
  • Vale. - lo que sea.

La cajera se va hasta un frigorífico que le servía al pintor de las cuevas de Altamira para conservar el bisonte.

  • ¿Cuántah quiereh? - me grita.
  • No sé, ¿cuántas tienes?
  • ¿Cuántah quiereh?
  • ¿Pero cuántas tienes?
  • ¿Cuántah quiereh?
  • Cuatro. - las que sean para salir del bucle.
  • Tengo tré.

Por un momento dudé si estaría regateando y quería que le dijera “dame dos” para decirme “te ofrezco una”. Lo que pasa es que estaba muy cansada, malhumorada y sólo quería irme a mi casa. Y no a la que está cien metros más arriba del súper, si no la que está a trescientos kilómetros, en Madrid. Así que esperé pacientemente a que la tía volviera con mis tres coca-colas para pagar. Mientras, las tres marujas gordas de batas floreadas me habían rodeado y me miraban con curiosidad. Al final le dijo una a la otra “¿y ehta muchacha quién eh?”. Al parecer en los pueblos creen que la gente de fuera no tenemos la capacidad de escucharles. Ni de verles cuando se asoman a la ventana para tratar de adivinar quién eres. Volví a suspirar mientras la maruja número dos le decía “éhta no eh de aquí”.
Pues claro que no, señora. Soy un caminante blanco y necesito imperiosamente volver al norte del muro o moriré.


P.D. Le dedico esta entrada a @pratelly que leyó un tweet al respecto y se quedó con la intriga de lo que había pasado.


domingo, 26 de abril de 2015

Cosas de blogueras, de cumples y premios

Supongo que a nadie nos gustan mucho los domingos, pero este está siendo un poco meh. Ha llovido casi todo el día y eso me deja chof.
Lo guay es que ha sido el cumple de La Rizos. Y aunque llegue tarde, le quiero mandar un beso grandote. Ha escrito un post sobre su cumpleaños y no puedo sentirme más identificada. Porque yo le echo la culpa al gafe, pero admito que casi cada año espero que alguien haga algo, que alguien mueva el culo, que alguien me prepare algo especial. Y siempre me quedo con las ganas. Además, luego me sorprenden los que están más lejos. Este año por ejemplo, quienes más hicieron por mí fueron Pimiento y Tomate, que vinieron desde Granada y me trajeron regalitos (aunque uno de ellos era para torturarme, ejeeem). Pero el caso es que de mis amigos de aquí no sólo no vino nadie a verme, si no que se les había olvidado hasta que se lo dijo el Ross. Les quiero, pero mira que son capullos, coño, que si no organiza las cosas Rachel o como mucho yo, nadie mueve un dedo. En fin, lo que sea. Que entiendo bien a la Rizos. Y que aunque hace poco que la leo, me parece una tía estupenda y ha recogido un gatito negro precioso y sinvergüenza de la calle. Así que se merecería una fiesta estupenda, loca y llena de amigos que le tiraran confeti. Pero bueno, quizás al año que viene. Eso es lo que me digo a mí misma, quizás al año que viene.
Por otro lado, Eva de Opiniones Incorrectas me pasa un premio que juraría que me han dado ya varias veces, pero bueno, como las preguntas cambian, pues estupendo. Sólo que ya sabéis que ni lo paso ni hago movidas raras. Espero que os gusten las respuestas, son bien cortitas y concisas.


1.- ¿A quién te gustaría leer en Entrevistas Incorrectas?
A Miki, el futuro marido de la entrevistadora.

2.- ¿Te huelen los pies?
No especialmente. Tengo un olor corporal muy leve en general y es raro que mis zapatillas apesten. También es que tengo cierta tendencia a lavarme a diario y tal.

3.- ¿Has ido alguna vez de camping? ¿Qué tal lo pasaste?
Sí, dos veces. Una en El Escorial en el 2001. La otra en Suances en el 2004. Y las dos veces lo pasé muy bien aunque tiene sus pequeñas incomodidades. Y detalles como que en El Escorial dormimos cuatro en una tienda para tres (como mucho) que previamente sufrió una inundación de coca-cola. Y la vez de Suances tuve que dormir con el Ross que mide casi 1,90, pesa 100 kilos y ronca como una horda de ñus furiosos en una tienda diminuta y cutre que nos costó 7 euros en el carreflur. Aventurillas de juventud. Sin embargo, tengo un recuerdo fantástico de las dos veces.

4.- ¿Qué pudo haber visto la mujer de Rajoy en él?
Ni lo sé, ni me interesa lo más mínimo.

5.- ¿Por qué Pablo Iglesias siempre lleva la coleta mal peinada y con "huevos"?
Porque le da la gana y bien que hace. Es su estilo y lo defiende y lo mantiene a pesar de que le hayan recomendado lo contrario. Por eso respeto su coleta a muerte.

6.- ¿Te gusta el humor negro? Si es así, cuéntame un chiste.
No me molesta ni me ofende, a veces incluso me hace gracia, pero no es mi estilo de humor. Yo soy más del humor absurdo total y absoluto. Por ejemplo siempre me río hasta los lagrimones con el vídeo de la chorrimanguera.

7.- ¿Camilla o Lady Di?
Pues Lady Di dentro de lo poco que me importa el asunto y lo mal que me caen en general las clases altas y la monarquía inglesa en particular.

8.- ¿Te acuerdas de Sonia Martínez?
No, ¿Por qué? ¿Debería? ¿La conozco? ¿Nos han presentado?

9.- ¿Le has pegado a alguien alguna vez?
Sí, claro. Y me han zurrado la badana a base de bien también. De pequeña me metí en alguna pelea, como todos los niños, supongo. Además sólo tenía amigos chicos, así que era bastante inevitable. De mayor ya sólo me he visto metida en un par de broncas feas y alguna que otra bofetada suelta ha caído por ahí.

10.- ¿Cuál es tu plato favorito con champiñones?
Cualquiera que no lleve champiñones. Odio el sabor de las setas.


martes, 16 de diciembre de 2014

La petición absurda

Debido a las peticiones que habéis hecho me veo en el brete de tener que contar lo de mi fallida y bochornosa petición de mano. Que conste que ya dije cosas al respecto aquí. No es un secreto el asunto, vaya.
El caso es que yo nunca he querido casarme. No soy de las que sueñan con vestido pomposo, ni iglesia, ni flores ni nada de nada. Me parece estupendo que la gente se case y haga lo que le dé la gana, pero esas cosas no son lo mío. A mí me agobian las familias, los compromisos, las fiestas, los preparativos, los planes a largo plazo, las fechas cerradas. Así que no, no es mi rollo.
De todos modos, llamadme loca, pero a mí lo de “pedir matrimonio” me suena fatal. ¿Cómo que pedir? ¿qué es, un favor? Yo no creo que tenga que ser algo que me pidan y yo conceda, creo que es algo que se habla, que se acuerda, que se quiere hacer entre dos. Porque el día de la boda no es nada, es un día, una fiesta y poco más. Lo difícil y lo real empieza luego. Y hay que tenerlo muy clarito, muy seguro y tener una relación muy asentada y sólida. Creo yo, vamos.
Así que sumemos:  yo no quiero casarme, no me gustan las bodas, las peticiones me parecen algo arcaico y absurdo y para colmo, ni siquiera me iba especialmente bien con el desequilibrado. El acabose, oiga.
Y durante tres años, el zumbado de los cojones de mi ex me oyó decir todo esto cientos de veces. Me vio despotricar de cada boda a la que fuimos. Jamás de los jamases me vio una ilusión al respecto. Pero como él iba a su bola totalmente, decidió de manera unilateral que quería casarse. Porque sí, porque él lo molaba fuerte. Y para colmo se casaron mis amigas del pueblo. Y sus primos. Y algunos amigos cercanos. Así que culo veo, culo quiero.
Un año antes del terrible altercado en Roma, ya tuvimos la bronca del siglo porque por razones que ahora no vienen al caso, salió el asunto de que iba a pedirme matrimonio tras la boda de una amiga mía de Pueblodelsur. Le pillé antes de que lo hiciera y le dije textualmente, que menos mal que no había llegado el caso porque le habría dicho que no y se hubiera armado bien gorda. ¿Creéis que eso le hizo desistir de su absurdo empeño? Noooooo. ¡Claro que no!
Así que un año después, me regaló un viaje a Roma en mi cumpleaños. Y yo me olí la tostada, pero no quise creerme a mí misma. No podía ser tan ridículo todo. ¿Por qué Roma? Él sabrá. Yo ya había estado y sí, me gustó mucho, pero no es la ciudad de mis sueños ni me impactó especialmente. Pero vale, Roma, lo que sea. Pasamos el primer día bien y yo me relajé un poco. Pero llegó el segundo día. Visita al Vaticano, paseos, cena en el Trastévere. Ví que tenía un empeño muy raro en cenar en un sitio bonito y romántico. Y yo como, “pero qué querrá este tío, si sabe que yo no ceno nunca y que lo único que quiero es un té caliente y volverme al hotel que me matan los pies”. Pero no, erre que erre. Hasta que cenamos en una terracita y después de insistirme en que cenara y me tomara una copa de vino o de algo (cosas que no hice) me dijo que había soñado con que esa noche cenara con él y tomáramos una copa como en las películas. Sí, muchas películas de mierda había visto este tipo en su vida.  Y entonces siguió hablando, aunque apenas recuerdo nada porque a medida que lo iba haciendo yo valoraba seriamente la posibilidad de salir corriendo. Correr, correr lejos. Yo, que no acelero el paso ni para evitar que  me atropellen, pensando en batir el récord de Ussain Bolt.
Y entonces, tachán, anillo de brillantes y frase tópica. Y yo queriéndome morir allí mismo. Ojalá la tierra se hubiera abierto bajo mis pies y yo hubiera aparecido en Australia. Ojalá hubiese podido salir corriendo de verdad como me gritaba mi mente en lugar de quedarme totalmente petrificada. Sólo acerté a decir eso, “no me jodas, no me jodas, no me jodas Desequilibrado, no me puedes hacer esto”. Después de eso cerré la boca y no la volví a abrir hasta que volví a Madrid dos días después.
El resto, como diría aquél, es historia.
Y hay quien dice que todo esto es porque él no era la persona adecuada. Que no, no lo era. Pero no es sólo eso. Es que yo hablo bien claro. No digo una cosa para que se haga la contraria. Y si llevo toda la vida diciendo algo, lo mínimo que espero es que se me escuche y se me respete. Si realmente tu sueño es casarte y tener hijos, yo no soy la persona con la que quieres estar. Si por el contrario me quieres a mí, asume y acepta que nunca seré la mujer ilusionada por un anillo y un vestido estilo merengue que quizás se espera. Pero las dos cosas no son compatibles. Así que elige. O vete a la mierda, lo que prefieras. Pero no me obligues, no me presiones, no me acorrales. Porque para mí fue un momento horrible por todas estas razones, pero sobre todo porque me sentí contra las cuerdas. En plan “esto es lo que tienes que querer, quiérelo. Y si no lo quieres, será tu culpa, todos seremos infelices porque no has querido lo que debías, so puta”.
Y seré rara (vaya novedad) o estaré loca, o lo que sea, que tres cojones me importa, pero en contra de lo esperable, uno de los peores momentos, más vergonzosos, más abochornantes, más agobiantes y más irritantes de mi vida fue esa estúpida pedida de mano. Por mucho que a la gente le sorprenda. Y aunque no creo, no sé si algún día llegaré a casarme porque como he dicho varias veces, no creo en el futuro y no sé qué será de mí mañana, pero puedo asegurar que no será en ese plan ni con petición ridícula de por medio. Eso garantizado.

Pues hala, ya sabéis la historia. Si queréis saber más cosas de mi pasado más estúpido, sólo tenéis que decirlo, el buzón de sugerencias de Naar se encuentra disponible.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

El excitante efecto templao

A ver, o yo soy un bicho raro o a la gente le van cosas sexuales de lo más absurdas. Que yo no me meto con nadie, ojo. Por mí como si en la intimidad de tu hogar te gusta poner velas aromáticas, darte un relajante baño de sales y meterte una enorme calabaza por el culo. Mientras no violes, no dañes y no fuerces a nadie, haz lo que te venga en gana.
Ahora bien, que a mí me la traiga floja todo lo que hace el resto del mundo no significa que siempre lo comprenda. Hay veces que no, que no, que no lo entiendo aunque me esfuerce.
Una de las cosas que me estresan bastante es esta moda de los lubricantes de “sabores”. Que no sé yo para qué sirven, porque en las zonas bajas no se tienen papilas gustativas en ninguno de los dos casos. Y está el listillo de turno “mujer, son para juegos y para hacer cosas con la lengua”. Mira, no. Si quieres hacer sexo oral, hazlo y no uses mejunjes. Que sobra ahí tanto pringue que además huela a piña. Y si no te gusta el sabor de algo, no lo chupes, así de fácil, no trates de enmascararlo con cochinadas químicas. Que es como echar ketchup a las judías verdes para ver si así pasan y te las puedes comer. Mira, no, no fuerces. Si te gusta te lo comes y si no, pues déjalo, pero no guarrees, joder.
Esto me recuerda a la vergonzosa historia de una amiga (cuya identidad mantendré oculta) que le echó medio bote de leche condensada en el pene a su novio. ¿Resultado? Se empachó, se pringó hasta las cejas y él terminó restregándose con fairy porque los pelos se hicieron un pegote y no había forma de quitarlo. Una odisea sin final feliz. (Igual un día debería hacer una recopilación de las aventuras sexuales patéticas de mis amigos. O escribir un libro, uno tamaño Ken Follet pero más entretenido. O algo. Tendría que pensar sobre ello, pero me resulta muy desagradable.)
En fin, volvamos al asunto. Que conste que aunque no soy partidaria personal de los lubricantes, puedo entender que haya casos en los que sean necesarios. Pero para eso los hay neutros, que no huelen y no saben y hacen la función que tienen que hacer y punto.
Últimamente mi paciencia se ha colmado con un par de anuncios que he visto de una conocida marca de preservativos que tiene una amplia gama de lubricantes de sabores y colores. Toda una psicodelia sexual para prácticas avanzadas que al parecer una humilde servidora desconoce. Y como guinda del pastel han sacado una nueva chorrada que es un dúo de lubricantes con efecto calor para ella y efecto frío para él.
Esto me confunde y me trastorna, os lo juro. Primero y principal porque si juntas frío con calor, queda tibio, que ni lo uno ni lo otro ni sí ni no ni todo lo contrario. Y lo anuncian tal cual, “efecto calor para ella, efecto frío para él”. O sea, que cuando los juntas se da el mágico y alucinante efectotemplao” para los dos. Suena apasionante de cojones.
Además se me generan dudas, porque no sé qué hará la gente, de verdad, pero ¿para qué quiero yo ese efecto calor? ¿Acaso voy a asar pimientos en el chumino? Oiga, que una tiene una temperatura corporal de lo más correcta, no me hace falta un volcán uterino capaz de convertirme en un microondas humano.
Y lo mejor de todo, el efecto frío para él. ¿Por qué? No, en serio, ¿¿POR QUÉ?? ¿Qué extraño morbo puede dar una picha fría como un témpano, al estilo del vampiro de la famosa saga? ¿Por qué voy a querer que alguien me meta una cosa refrescante que no sé si me recuerda a un calipo o a un artilugio pringado en vicks vaporub? ¿Es acaso para contrarrestar el ardoroso efecto de mi gel? En tal caso, ¿para qué me lo he untado y ahora tengo el chumi echando humo si viene el bombero, manguera fresca en ristre? No comprendo nada.
Y habrá quien diga que igual es para usarlos por separado, él con su frío y  yo con mi calor, pero es que no sé, igual llevo todos estos años haciéndolo todo mal, pero juraría que el plan es que mi parte supuestamente calentada entre en contacto con su parte supuestamente enfriada, logrando finalmente el mencionado efecto templado y pringoso que tan poco erotismo me sugiere.
Así que no sé, cuando veo estas cosas siempre me pregunto si es que yo soy una sosa en la cama y me creo que lo estoy haciendo bien cuando en realidad me estoy perdiendo un mundo de posibilidades fantásticas con cambios de temperatura y olor a frambuesa del desierto, pero joder, me sobra tanta pompa. Yo sólo necesito un hombre que me guste, unos besos, unas caricias, unas risas, un poco de jugueteo, unos mordiscos y quizás unas palabras susurradas al oído. No me hace falta untarme de potingues, con el asquito que me dan a mí los pringues. No me hace falta chupar parafinas con olores exóticos y sabores dulzones y artificiales. No me hace falta ponerme el chichi a punto de ebullición y desde luego, no me hace falta una minga que irradie frescor alpino.
Lo dicho, que debo ser muy rara, ahí disfrutando del sexo natural como un animal primitivo, que no entiendo de avances, ni de modas, ni de cosas sofisticadas y “cuquis” (como me da por el culo esa palabra, oye) ni de nada. Que parezco un primate o algo, que no me entretengo en artificios ni necesito gastar ingentes cantidades de dinero en absurdos y follo ahí, a lo loco, sin que ninguna gran empresa me explique qué productos necesito para disfrutar de verdad. Qué ignorante que soy, de verdad. Yo pensando que me gustaba el sexo y resulta que no.

Joder con la tontería, hombreyaaaaa.  

viernes, 29 de agosto de 2014

Premios y quebraderos de cabeza

No vuelvo a decir que me falta inspiración. Porque luego, así como para ayudarme me pasáis premios con preguntas que le hacen a uno estrujarse las neuronas. Y hace mucho calor y está una muuu cansá de tó.
No, en serio, lo agradezco un montón porque significa que la gente piensa en mí y que se acuerdan de mi blog y que me quieren y me van a regalar un ordenador nuevo. Vale, igual lo último no, pero lo dejo ahí por si acaso. El caso es que Eva de Opiniones Incorrectas me pasa dos premios, uno con preguntas y otro que pide una definición de la amistad (ahí es ná). Este segundo para colmo también me lo pasa Alter, así que no tengo escapatoria. Se supone que luego hay que nominar gente y tal, pero ya han nominado a casi toda la gente que había pensado, así que casi mejor paso y que se lo lleve quien quiera, yo miro para otro lado y me dejo robar tranquilamente.




1.- ¿Qué nombres de bebés prefieres más, los clásicos o los demasiado modernos? 
Pues me da igual, allá cada cual con sus gustos. Aunque creo que ninguno de los dos extremos me emociona mucho, casi que me quedo con los clásicos. 

2.- ¿Qué te gustaría más y qué menos de vivir en Asturias?
Lo que menos, el clima. Al segundo día de lluvia, me muero de pena. Y para mí allí siempre hace frío, hasta cuando ellos creen que hace calor, para mí es frío. Lo mejor, el paisaje (que obviamente se le debe al clima, ya lo sé).

3.- ¿Eres rencoros@?
No, es una pérdida de tiempo y de energías. Agua pasada no mueve molino.

4.- ¿Hiciste alguna amistad en la blogosfera que a día de hoy has perdido? ¿Qué pasó?
Pues hombre en plan "perder" como las llaves, no. Sí me he distanciado de algunas personas, pero dan igual los motivos, simplemente tomamos caminos distintos o teníamos intereses diferentes o simplemente no estábamos en el mismo rollo. 

5.- ¿Qué se te pasa por la cabeza cuando ves a alguien porteando a un bebé en mochila colgona y/o mirando para fuera?
Pues nada, me importa un bledo lo que haga la gente con sus hijos, ellos sabrán. No voy a darles lecciones yo que ni tengo hijos ni he visto un bebé de cerca más de dos días seguidos.

6.- ¿Hiciste el legado de Tibu, te parece una chorrada como un campano o ni siquiera sabes lo que es?
Creo que es lo del baño de agua fría para no pagar una cena… ¿no? Igual estoy quedando como una cateta y es otra cosa, pero es lo último que he visto alguna que otra vez por facebook y me parece una chorrada, así que no, no lo he hecho.

7.- ¿Te parece cutre salchichero poner langostinos en una boda o se te hacen los ojos chiribitas cuando te los sirven?
Me la trae floja. Yo soy de poco comer y en las bodas generalmente no pruebo bocado porque no me gusta nada de lo que ponen y entre unas cosas y otras se me quita el hambre. Además no soy muy de marisco.

8.- ¿Te escandalizan las novias que no van de blanco?
Yo no me escandalizo por nada, allá cada cual con su vida y su boda. De hecho, mi madre se casó de azul. Y ninguna de mis abuelas ni mis bisabuelas, ni nadie de nadie de mis antepasadas directas se ha casado vestida de novia, así que ya ves tú lo que me importa.

9.- ¿Qué impresión te dan las novias con el pelo suelto?
¿He dicho ya que cada uno haga lo que le de la gana? Pues eso. Creo que cada una debe ir como se sienta cómoda y se vea favorecida.

10.- ¿Le pondrías a tu niño todas las vacunas que existen, sólo las que entran en la Seguridad Social, las menos posibles o, directamente, ninguna?
Mi madre me puso las obligatorias cuando era pequeña, pero desde que cumplí los 12 o así me negué a ponerme ninguna más porque no me salía del higo, básicamente. Y no he muerto ni nada. Creo. A Ron sí le pongo las suyas cada año, pero si tuviera un hijo ya vería lo que haría, no lo sé.

11.- ¿Qué plato de cocina te sale mejor? (Pon la receta)
Cocino muy, muy bien, la verdad sea dicha. Creo que es de las pocas cosas que realmente hago bien en la vida. Y muchas cosas me salen bien… una facilita y bien maja son las patatas revolconas.
Cueces unas patatas peladas y cortadas en trozos. Cuando estan bien blanditas se escurren y mientras se pone en una sartén un chorrito de aceite de oliva, donde se sofríen taquitos de bacon (vale panceta, chorizo, longaniza o lo que sea) y una cucharada de pimentón dulce (se puede añadir un poquito picante). Se añaden las patatas cocidas y se van aplastando un poco a la vez que se da vueltas para que se mezclen con el pimentón y el bacon. Y listo. Un aperitivo o guarnición estupendo.


Puffff… vaya fregado. Definir la amistad es como definir el amor, complicado. Son cosas que se sienten, que se saben… pero que las palabras no suelen hacer justicia.
Yo creo en eso de que los amigos de verdad son la familia que uno elige. Pero a veces las circunstancias cambian y quien era imprescindible en tu adolescencia pasa a ser alguien querido, pero al que ves de pascuas a peras.
Lo que sí es seguro es que amigos de verdad hay pocos, que no todos los que parecen amigos lo son y que hace falta esfuerzo de las dos partes para que las amistades no se pierdan por el camino.

Eso sí, los amigos buenos son la hostia. Cuando los encuentras, cuando consigues complicidad, cuando con una mirada te entiendes, cuando puedes ser totalmente tú mismo, cuando lloras, ríes, bailas y hablas durantes horas con ellos… es mágico. Y hay que cuidarlo y mimarlo porque merece la pena. 

jueves, 5 de junio de 2014

memes y premios y de tó!!

Hace ya tiempo Alter me dio un premio que no entendí muy bien porque no tenía preguntas ni nada que contar pero sí un montón de normas. Total, que lo agradecí mucho pero pasé del tema porque sabéis que yo lo de las normas lo llevo fatal.
Luego Fle me pasó éste y bueno, tiene sus normas de que agradecerlo, cosa que sí hago, por supuesto, y pasarlo a quince blogs y avisar por comentario y no sé cuántas cosas que me paso por el forro, oigan. Eso sí, me pide que cuente siete cosas sobre mí y eso lo cumplo encantada.

  1. Duermo abrazada a un cojín. Creo que lo he dicho más veces, pero después de los días fuera de casa de la playa me he dado cuenta de la mucha falta que me hace abrazarme a algo para dormir. Y no me gusta abrazarme a personas que duerman conmigo, me gustan las cosas pequeñas, blanditas y manejables: cojines, peluches o en todo caso, el gato.
  2. Siempre que entro en casa lo primero que hago es saludar a Ron. Él a veces está dormido, pero generalmente sale a recibirme a la puerta y me parece de lo más desconsiderado por mi parte si no le digo algo cuando llego.
  3. A veces, en caso de emergencia, chupo sirope de chocolate directamente del bote.
  4. Odio los tangas con toda mi alma. Siempre uso bragas de algodón y generalmente ni siquiera son bonitas. Pero son cómodas.
  5. Pierdo y reencuentro cosas constantemente. Soy un desastre. En la playa creí haber perdido mi reloj fucsia que me regalaron mis amigos y me llevé un disgusto. Por suerte lo reencontré dos días después en mi propia mochila, pero no recuerdo cómo llegó hasta ahí.
  6. Soy buena cuidando animales, pero soy fatal con las plantas, se me mueren casi todas y me llevo unos disgustos…
  7. Llevo gafas para leer y siempre están sucias. Le pongo los dedos, Ron las lame y nunca me acuerdo de limpiarlas.

Ahora Alter me pasa este otro premio que tiene un dibujo muy raro y unas preguntas de “si fueras”. Este os recomiendo encarecidamente que lo hagáis porque es una tortura de lo más divertida.




Si fuera un Animal-  sería un felino, cualquiera. Todos duermen un montón, ronronean, comen y saltan mucho. O un oso. Duermen todo el invierno, comen bayas, salmones recién pescados y se rascan las espalda con los árboles. 

Si fuera un libro- Sería Lo que el viento se llevó. Ya he explicado muchas veces que yo soy muy Escarlata.  

Si fuera un coche-  Sería el mío, me encanta. Es pequeño, está roñosete y lleno de bollos… pero es fiable, potente y rápido.

Si fuera una película- Querría decir que Gilda, pero supongo que mi vida se parece más a una comedia de enredos tirando a absurda.

Si fuera un árbol- Sería una secoya. Son enormes, se hacen muy viejos y el nombre mola mil.

Si fuera una canción- Sería “Golfa”, de Extremoduro.

Si fuera una bebida- Supongo que un Aquarius de limón, que es de lo que vivo yo. Es práctico y poco pretencioso.

Si fuera una comida- Sería algo de chocolate, cubierto de chocolate, relleno de chocolate. O te gusta o no te gusta, no hay término medio.

Si fuera una prenda de vestir- Sería un pantalón vaquero, que lo mismo vale para ir a comprar el pan que para salir una noche y siempre te saca de un apuro.

Si fuera un cuadro- Sería un paisaje impresionista, colorido, con flores pero a la vez con un punto melancólico.

Si fuera un edificio- Sería una iglesia gótica, con bonitas vidrieras y arcos y cosas complicadas.


viernes, 11 de abril de 2014

Meme!!

La Estupenda me pasa un meme con unas preguntas y respondo encantada de la vida. Creo que luego tendría que hacer yo preguntas y pasarlas y tal… pero sabéis que la pereza es uno de mis grandes pecados, así que paso y me quedo sólo con las preguntas y os ofrezco generosamente mis respuestas.

1. ¿Por qué empezaste a escribir tu blog?
Pues este en concreto porque huí del otro. Abrí un blog porque siempre he tenido una necesidad imperiosa de escribir y pensé que compartirlo sería un poco mejor y me ayudaría a relativizar las cosas. Luego lo dejé con mi ex el desequilibrado y me apetecía cambiar de aires y abrí este, lo que fue una gran decisión.

2. ¿qué es lo que más te apasiona en el mundo?
Uf… ¿así en general? Yo qué sé… ¿el chocolate? ¿mi gato? ¿cantar a pleno pulmón mientras conduzco? ¿el sexo? No lo sé. No creo que sea una persona especialmente apasionada por cosas concretas y además tengo la mente muy dispersa, igual hoy me apasiona algo y mañana se me ha olvidado. Quizás la única constante en mi vida sea la lectura, la escritura, los animales y el afán de conocerme y comprenderme. Soy una egocéntrica de mierda.

3. ¿Dónde irías antes a un musical o al cine?
Al cine, los musicales por norma general no me gustan. El teatro clásico me apasiona, pero los musicales no.

4. ¿Prefieres lo dulce o lo salado?
Dulce. Soy muy golosa.

5. ¿Qué personaje famoso te llevarías contigo en el Arca de Noé si ocurriese el gran diluvio?
¿Tiene que estar vivo o vale uno muerto? Si es muerto, me llevaría unos cuantos escritores o filósofos. Si es vivo, posiblemente ninguno. Bueno, quizás a Beckham o a este chaval pero sólo con fines frungidores.

6. ¿Libro recomendarías al 100% de la humanidad?
Pues ninguno, porque depende mucho de la persona que le guste o no. A mí me encantó “La elegancia del erizo” de Muriel Barbery y lo recomiendo mucho, pero quizás no a todo el mundo le guste. Y hay otros muchos a los que doy gran publicidad, pero creo que no todos los libros son para todas las personas. Ni viceversa.

7. ¿Qué tipo de cine te gusta y cuál es tu película favorita?
Me gusta mucho el cine francés. Y las pelis poco comerciales. Esto suena como cultureta-pedante, pero no es verdad, es sólo que soy rara. Me gustan mucho también las películas antiguas, casi siempre digo que una de mis favoritas es “Lo que el viento se llevó”, pero no es la única.

8. ¿Qué blog recomendarías a todos tus seguidores y por qué?
No sé, es como los libros, depende un poco. Mis hortalizas tienen un blog muy chulo, Alter también,  Key me fascina y Lorzagirl siempre me hace reír. Me dejo montones en el tintero, pero esos son un poco mi debilidad.

9. ¿Hasta que punto odias o te gusta mi blog?
Me gusta mucho, si no, no lo leería, así de simple. Yo no sigo blogs que odio. La idea de la Pili y la Puri me parece buenísima y me siento bastante reflejada en muchas cosas que cuentas. Te conocí hace poco, pero me he enganchado.

10. ¿Usas babas de caracol para rejuvenecer o no envejecer? ¿Por qué?
No. Uso otras cosas, como el aceite de rosa mosqueta o el de almendras dulces y crema hidratante, pero babas de caracol no. Y no hay ninguna razón especial, sólo es que uso otros productos en los que confío. Tengo la piel bastante delicada y no suelo hacer muchos inventos a lo loco.

11 ¿Qué pregunta me harías que luego fuese resuelta en alguna de mis próximas entradas?
Me gustaría conocer tu parte más Pili y cómo está en estos momentos.


domingo, 9 de marzo de 2014

Teatro gatuno

Como Eva de Opiniones Incorrectas está como una cabra, nos propuso hacer un teatro gatuno para celebrar su aniversario de blog y de paso, repartir algunos premios. Y yo la verdad que no pensaba apuntarme porque lo de escribir no es lo mío... bueno, un poco sí, pero chorradas y tal, el teatro es complicado. El caso es que la mujer andaba un poco disgustada porque a todos nos dió el canguis y nadie quería participar. Y por las amigas hace uno cada cosa que... en fin. Total, que eso, que me tiro a la piscina y publico una minihistorieta con nuestros gatos como protagonistas. Espero que le guste y que me dé algún premio (Ejeeeeem) Los demás no seáis muy crueles conmigo, que no soy Lope de Vega, coño, sólo soy una pirada que quiere sacar una sonrisa a una buena amiga. Y por cierto, si os gusta, podéis votarme aquí


FORLÁN: ¿Miau? O sea… ¿diga?
RON: Forlán, soy Ron, ¿puedes hablar ahora?
FORLÁN: Sí, la bruja se ha ido, estoy en mi momento feliz yo solito en casa.
RON: Mira que eres rancio, con lo bien que estoy yo cuando mi ama me coge en brazos y me achucha y me canta cosas.
FORLÁN: Será que tu ama canta bien.
RON: No, lo hace fatal. Pero pone tanto afán, la pobre… Bueno, escucha, tenemos un problemilla.
FORLÁN: ¿Se te ha acabado el pienso? ¿Has perdido tu juguete favorito?
RON: No, mi ama quiere escribir una obra de teatro con nosotros de protagonistas.
FORLÁN:¡¡Ay, madre!! ¿Y esa chaladura?
RON: Pues mira, ha sido idea del ama de Ferny, Perfi y la pesada de Grace… que quiere hacer un concurso o no sé qué puñetas. Y como mi ama es tonta, se apunta a un bombardeo.
FORLÁN: Fijo que la bruja se ha apuntado también y me lo está ocultando para que no monte un numerito de los míos.
RON: Pues seguro… pero es que a mí me da corte. Además que Grace quiere rollo conmigo, se lo ha cascado su ama a la mía.
FORLÁN: Jo tío, que suerte. A mí de esa familia sólo me llegan los troleos de Ferny.
RON: Ya, mira que es camorrista el tío.
FORLÁN: ¿Y qué opina de que Grace quiera tema contigo?
RON: Espero que no lo sepa, se pondría como una fiera…
FORLÁN: A mí me mola más Perfi, es tan blanquita… seríamos como el ying y yang.
RON: ¿¿Te mola Perfi??
FORLÁN: Igual un poco… ¡Pero sólo un poco! ¡¡No se lo digas a nadie!!
RON: Huy, espera que me está entrando otra llamada. Ahora te vuelvo a llamar.


RON: ¿Miau? Esto… ¿diga?
GRACE: ¿Ron? Soy Grace.
RON: (ay, madre) Hola Grace, qué pasa.
GRACE: Nada… estaba pensando y he dicho, pues voy a llamar a Ron a ver qué se cuenta.
RON: Verás Grace, estaba hablando con Forlán y…
GRACE: ¿sabes que su ama va a hacer una obra de teatro para la mía?
RON: Eso sospechábamos, sí.
GRACE: ¿Y la tuya? ¿Va a escribir algo?
RON: Eso me temo.
GRACE: Podría ser una historia de amor. Yo podría ser la protagonista. Y tú el otro claro.
RON: Sí, sí… es una idea “buenísima”.
GRACE: Tú y yo haríamos buena pareja, ¿verdad?
RON: ¿A ti no te castraron el otro día, guapa?
GRACE: Pues sí, pero el amor es lo que tiene, que llega así de esta manera…
RON: Grace, no te enfades, pero estás como una cabra.
GRACE: ¿Quieres que haga algo romántico? ¿te llevo a la tele?
RON: Tu ama ve demasiado telecinco y te estás contagiando. Cambia de canal pisando el mando, yo lo hago cuando mi ama ve cosas que no me gustan.
GRACE: No, esto es amor del bueno.
RON: Pero qué amor ni qué lata. Déjame, no quiero novias. Y tú eres demasiado joven para mí.
GRACE: Pero Ron, es que tu amor llegó como una ola.
RON: ¿Cómo una ola?
GRACE: Tú amor llegó a mi vida.
RON: ¿¿Cómo una ola?
GRACE: De fuerza desmedida.
RON: Me das miedo.
FERNY:¡¡Miedo vas a tener como vaya yo para allá!! ¿qué le estás diciendo tú a mi Grace?
RON: ¿Ferny?
FERNY: Tú a mi hermana no te acercas, ¿me oyes?
RON: Pero, pero…
FERNY:¡Pero nada! ¡Que tú eres un vulgar gato callejero, yo soy un angora turco!
RON: ¿Pero qué dices, chalao, si te encontraron en un vertedero?
FERNY:¡¡Y a ti en un polígono!!
RON: ¡Que me dejes, piraoooo!
FERNY: ¡¡Poligonero, que eres un poligonero!!


FORLÁN: ¿Miau?
RON: Forlán soy yo otra vez, era la loca de Grace. Que sí que le molo, pero tío, le ha quitado el teléfono el loco del Ferny y se ha puesto a decirme cosas…
FORLÁN: Se lo tiene de un subidito el Ferny…
RON: Siempre con lo de que es un angora turco… ¡pero si le encontraron en un vertedero!
FORLÁN: ¿A ti no te encontraron en un polígono?
RON: No estamos hablando de mí… porque oye, ¿a ti dónde te encontraron?
FORLÁN: Ejem… ¿Y qué dices que te ha dicho Grace?
RON: Que le molo…
FORLÁN: ¿Y vas a hacer algo?
RON: Sí, esconderme debajo de la cama. Que en esa familia están todos locos.
FORLÁN: Haces bien, yo haré lo mismo. Y cuando mi ama se ponga a escribir al ordenador, me sentaré delante para que no pueda hacer teatro ninguno.
RON: Gran idea, yo lo hago siempre, pero seré aún más insistente esta vez. Hay que impedir que esta locura siga adelante.
FORLÁN: ¡Sí! ¡Tenemos que controlar a esta panda de amas locas!
RON: Y de paso a Ferny y compañía, claro…
FORLÁN: Todos locos, colega, todos locos menos nosotros…


jueves, 20 de febrero de 2014

Listado de cosas que NO

Bueno, voy a haceros caso. Y ya podéis tenerlo en cuenta, porque yo no hago caso a nadie. Nunca. Y así me va, claro. Que basta que me digan una cosa para que haga la contraria. Menos esta vez, que me habéis pedido la lista de cosas que odio y voy y la hago. Eso sí, la hago así como por encima y luego elegís sobre las que queréis que me extienda. No vaya a enrollarme con las que no os interesen una mierda.

1.      Odio a Lorca. Me parece un poeta pésimo (las obras de teatro, que las he leído todas, sólo regular) y creo que si no le hubieran rodeado circunstancias trágicas, no sería tan famoso ni le darían tanto bombo.
2.      No veo telecinco, ni realitis, ni programas de gente de canta o baila, ni cosas de niños en la tele porque soy muy sensible a la vergüenza ajena y lo paso francamente mal. Pero físicamente mal. Y muchos me diréis que os pasa lo mismo, pero a la gente le debe de gustar cuando tiene tanta audiencia. Amos, digo yo.
3.      No me gusta que me regalen joyas ni cosas caras, es superior a mis fuerzas. No llevo bien ni que me paguen una cocacola, la verdad.
4.      Odio los momentos románticos, me ponen tensa y suelto paridas para rebajar la tensión, así que terminan siendo un desastre.
5.      No me interesa ni me gusta la cultura oriental. Ni el zen, ni el rollo samurai, ni las geishas, ni el shushi, ni el manga, ni la filosofía ni nada de nada. No me gusta ni Heidi, vamos.
6.      No me gusta que me cocinen cosas, ni que me lleven el desayuno a la cama, ni que me traigan cosas de comer que no sé de dónde vienen o cómo se han hecho. Hay muy pocas personas de quien yo coma lo que cocinan. Y por eso tampoco me gusta salir a restaurantes y sólo lo hago por obligación.
7.      No me mola nada que me regalen flores. Son una parte mutilada de un ser vivo que va a pudrirse ante mis impotentes ojos. Mal.
8.      No me gustó nada Toy Story. Me parece una historia muy floja con un argumento muy tonto. La dos no la he visto, pero la uno y la tres me parecieron muy, muy pobres. Sin embargo, me encanta la animación en general.
9.      No soporto el olor de vainilla porque me empacha, ni el de coco porque me parece olor de puta.
10.   No me río nada con los programas de humor. Yo que soy de risa fácil y de carcajada por todo, me aburro soberanamente con el humor televisivo. Y ni os hablo de los tontos de la hora chanante (o muchachada nui o museo coconut o como se llamen ahora) me parecen lo menos gracioso de la historia de las cosas no graciosas.

Y bueno, creo que con diez cosas ya he quedado bastante como bicho raro. Espero que alguna al menos la entendáis e incluso la compartáis. Me sentiré menos sola, la verdad. Y si no, como siempre repito, son sólo opiniones, que yo no tengo verdades absolutas sobre nada en la vida.
Si queréis que explique alguna más profundamente o que hable sobre cualquier otra cosa, ya sabéis que siempre estoy abierta a sugerencias… aunque al final haga lo que quiera, claro. Pero intentaré hacer caso y cumplir vuestras peticiones.


domingo, 9 de febrero de 2014

¡Premio!

Bueno, dado el poder de alarmar a la gente que al parecer tengo, debería explotarlo y hacerme agitadora profesional. O bien tratar de mejorarlo antes de que me tomen por terrorista y me aporreen unos cuantos antidisturbios, que tal y como están las cosas no sería extraño. En fin, que el otro día necesitaba desahogarme un poco y agradezco en el alma todas las muestras de cariño, los mails, los wasap, las llamadas y todos los mensajes, que han sido muchos y muy efusivos, pero os aseguro que estoy bien. Sólo era dejar de escapar un poco de presión cual olla repleta de garbanzos. Pero ya está, pasemos página.


Mi querida Eva de OpinionesIncorrectas me otorga este premio. Y tan bien, oyes, que siempre llena de orgullo y satisfacción como dijo alguien. Así que lo recojo encantada, respondo a las preguntas y feliz de la vida. Sabéis que tengo por norma no entregarlos a personas concretas ni añadir yo preguntas y tal, así que esa parte me la ahorro y estáis todos premiados como siempre.


  1. ¿Cuál es tu color favorito? Supongo que el rojo, pero voy un poco por rachas.
  2. ¿Qué país te gustaría conocer? De Europa casi cualquiera, aunque tengo especial fijación con viajar a Escocia.
  3. ¿Cuánto tiempo le dedicas al blog? No lo sé, va por rachas, por días… en escribir no tardo mucho, tengo la idea, la escribo y la publico, pimpam, sin pensar. Y así me va, claro. En leer invierto más, un rato cada noche, depende de cuanto publiquéis.
  4. ¿Qué es lo que más valoras en otra persona? La lealtad.
  5. ¿Que sueño te gustaría que se convirtiera en realidad? Tener un trabajo que me permita tener una independencia económica desahogada. Ni más ni menos. No pido ser rica o que me toque la lotería, no pido cosas extrañas, sólo un trabajo. A esto hemos llegado. Aunque por soñar… se podrían soñar muchas cosas.
  6. ¿Cuántos hijos quieres tener? Ninguno. Así, tal cual, NINGUNO. Ahora bien, si por un error, un agujero negro, un bucle de espacio-tiempo o algo así tuviera uno, no lo dejaría solo. Ser hijo único es una putada, os lo digo yo. No tengáis hijos únicos, no les hagáis eso.
  7. ¿Sabes lo que significa "dindi imak"? No, pero cuando yo era profe de nenes árabes decían algo como dabun imak que era algo así como “el coño de tu madre” o “me cago en tu madre” o algo semejante. Así que deduzco que es un insulto.
  8. ¿Qué idioma te gustaría hablar con fluidez?  ¡Todos! Hablar idiomas es algo fantástico, te abre puertas y te permite comunicarte, ojalá tuviéramos el don de hablarlos todos con facilidad.
  9. ¿A qué país no irías ni aunque te pagaran el viaje y el hotel? Pues a muchos, francamente, procuro no viajar para pasarlo mal y hay muchos lugares donde sería lo que haría. Así a primera idea, no me interesa nada Oriente, ni China, ni Vietnam ni nada de eso… y desde luego a Japón creo que ni aunque me pagaran ellos a mí por ir. Bueno, si me pagaran mucho igual sí, pero tendría que ser mucho de verdad. 
  10. ¿Cada cuánto te lavas el pelo? Pues generalmente dos veces a la semana porque no se me ensucia apenas y si me lo lavo mucho se me irrita la cabeza, pero a veces se dan cosas y me lo lavo más,  o en verano con el calor que apetece tener la cabeza mojada a todas horas… no es algo en lo que sea especialmente estricta.

Repito que está premiado todo el mundo, si no sabéis que publicar, pues os lleváis las preguntitas y hala, un post resuelto.
Y de nuevo también… gracias. Sabéis de sobra por qué.