El otro día hablábamos de los pelos de gitano del niño chico. Hoy vamos con los míos. Total, donde hay pelo hay alegría, ¿no?
No estoy muy en mis cabales. Tiene que haber una enfermedad
mental para denominar lo que yo tengo, pero no la conozco. Igual la invento yo.
Hay gente que es tanoréxica y por muy renegrida que esté
siempre cree que no está lo bastante morena y gente anoréxica y por muy delgada
que esté sigue pensando que está gorda. Pues yo lo mismo, pero con el pelo. Por
muy largo que lo tenga, siempre creo que no es bastante. Aunque la coleta me
arrastrara y fuera barriendo el suelo, pensaría que no está suficientemente
largo.
Y de vez en cuando me da el chungo y creo que estoy
preparada. Me harto de verme en fotos de años y años y siempre llevar la misma
melena. Y digo, que sí, que me lo corto.
Pero luego no. NO PUEDO. Y me enfada, porque veo fotos de mis amigas, que
cambian de look y están tan monas ellas. Y me imagino con esas medias melenas
tan sexys, tan chulas y tan monas. Me imagino con cortes guays y molones que me
favorecen mucho. Me imagino haciéndome peinados distintos. Me imagino guapa y
fabulosa. Pero luego… luego nada. Luego me sigo dejando mi melena pantojil
hasta la cintura. Y me miro en el espejo y no me parece lo bastante larga. Lo dicho,
estoy enferma.
Hace poco me dio el siroco que me da todos los otoños. Estoy harta de estos pelos, me lo voy a
cortar. Sí, mucho, muchísimo. Me voy a hacer una media melena. O bueno, una
melena por debajo de los hombros para poder recogérmelo. O quizás un poco más,
así como a media espalda. O… bueno, puedo cortarme como cuatro dedos o un poco
más. Aunque para eso también puedo
cortarme las puntas y ya. O nada. Puedo hacerme nada y seguir con el pelo larguísimo.
Y exactamente eso es lo que hago… NADA. Y no me convence,
pero soy incapaz de hacer otra cosa.
Para colmo, esta vez estaba bastante segura de ir a la
peluquería y aprovechar el momento de locura para pegarme el tijeretazo. Pero
como no sabía qué hacer para verme mona mientras ahorraba un poco, aprendí una
nueva forma de hacerme ondas que no me molesta, no requiere ni un minuto, es súper
cómoda, no estropea el pelo y me queda genial. Y me lo veo taaaaan chulo que
ahora sí que no me lo puedo cortar.
Y pensé hacerme flequillo otra vez para cambiar de look. Pero
el niño dice que los flequillos-felpudo (sólo él sabe por qué diablos los llama
así) no le gustan. Genial. Iré igual para los restos. Con razón cuando fui a
renovarme el DNI este mes me dijeron que si la foto era la misma que hace cinco
años (vale, seis, que lo tenía súper caducado). Pues no, no es la misma, oiga.
Que una envejece y se afea y se chuchuría pero mantiene el peinado. O sea, como
la reina Sofía. Geeeeeenial. Ahora sí
que me estoy deprimiendo.
Encima miro en Internet y todas las páginas sobre el asunto
son de “miedos infantiles”, entre los que están las pataletas que les dan a los
críos cuando les pretendes cortar los cuatro pelos esponjosos esos que tienen.
Se supone que de mayor pierdes el miedo al asunto. Pues vaya mierda pinchada en
un palo, oyes. Ahora resulta que yo, que fui la niña menos niña del mundo sigo
teniendo un miedo infantil a los 30 tacos.
Total, que ya si eso para el mes que viene lo pienso. Para cuando
esté la luna creciente de nuevo, que mi madre dice que si te cortas el pelo
cuando la luna está en cuarto creciente, te crece más rápido. Por si acaso.
A mi me pasaba lo mismo pero a raíz de una operación se me empezó a caer (muchísimo) y no me lo pensé: tijeretazo y como un chico.
ResponderEliminarAhora empieza a estar un poco más largo y no me molesta en absoluto. :P
Bss
I'm so Geek!
A mi me pasa lo mismo , pero lo tengo claro para el mes me corto el pelo fijo!!!
ResponderEliminarAnímate!!! Mi peluquero me llevaba dando la barrila para cortarlo no sé cuánto tiempo. Al final cedí y es cierto que al principio me veía rara pero ahora estoy encantada y todo el mundo me dice que me queda mejor... Aunque tú estarás guapa con cualquier cosa, que la que vale, vale... Besotes!!!
ResponderEliminarYo también pienso muchas veces en darle un tajazo del quince y no me atrevo, me gustan las melenas largas que te dan poderío. El flequillo no te lo hagas, te queda muy bien pero da trabajo, confiésalo (yo es que soy una cómoda). Por cierto, dime cómo te haces las ondas, que yo quiero. Biquiños!
ResponderEliminarYo tuve ese flusss hace 2 años... No me arrepiento en absoluto. Es un momento en el que incluso te redescubres, en el que ves en ti algo más que pelo. Porque yo también era de melenón... Ahora quiero volver, poco a poco, pero el pelo corto no sólo es más sexy, sino supercómodo, te lo aseguro. se deja de enganchar en las sillas, dejas de gastar tanto champú...
ResponderEliminarAhora quiero volver a tenerlo largo, pero eso es pan comido :)
Oye pues comparte ese truco de las ondas fabulosas que estoy muy interesada jaja
ResponderEliminarYo ahora como tengo que ahorrar me corto yo misma el pelo, con un tutorial que vi en youtube. Es facilísimo y me encanta como queda, por si te interesa el intercambio de información ;)
Un beso!
Yo te digo que si te lo vas a cortar lo hagas por encima de los hombros, que te dé para atar. Si te lo cortas solo un palmo me temo que lo único que conseguiras no es un nuevo look sino pensar en el largo que has perdido.
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