Acabo de ver que no publico desde el 6
de diciembre. Y os aseguro que no he tenido tiempo, porque cosas me
han pasado a puñados. Pero hay rachas que no me da la vida para más.
Estuve en los dos trabajos hasta el día 14. Hubo días que me dormí
en el metro, que la gente me preguntaba por qué tenía tan mala cara
y que toda mi comida en el día fueron un sándwich y unos fideos
chinos de sobre. Por suerte, terminé en el trabajo de las tardes. Y
al día siguiente tuve la cena de Navidad de mi nuevo trabajo. Hasta
las tres y media de la mañana bailando en una pijoteca (discoteca
pija, obviamente) y porque hice una bomba de humo y me escabullí,
porque la gente se quedó allí pegando botes. Al día siguiente, que
pensaba sentarme y contar el tema, se cayó un usuario en la calle y
me tuve que ir al hospital porque está solito y no tiene a nadie en
el mundo. Y porque yo soy una tonta que mi trabajo me gusta, me
afecta y me traspasa la piel y no soy capaz de tomarme a las personas
como si fueran archivadores que puedes aparcar hasta el lunes.
Después de todo eso, llegó la fiesta
de Navidad del centro, con los abuelillos bailando villancicos a
ritmo de rumba, la revisión de mis niños en el veterinario, la
fiesta de Navidad de los alumnos de mi madre (también abuelos, para
variar) y trabajo acumulado de todos estos días, que con el
cachondeo la pila de papeles va creciendo por momentos. Toooootal,
que no me da tiempo ni para comer algo que no sea sopa de sobre.
Y por fin, nos vemos en la víspera de
Nochebuena y con la empanada de la cena sin hacer.
La verdad es que todo va tan bien
últimamente que a ratos tengo miedo. Porque tengo un trabajo que no
me atrevía ni a soñar. Mis amores Ron y Maya están sanos y
felices. Mis familia está bien, con salud y sin problemas gordos. Me
han dado una cesta de Navidad con paletilla, ibéricos, vino bueno,
un queso y de todo, cosa que no había tenido nunca. Y lo único que
puedo pedir es que todo siga como está, que el mundo se pare y nada
cambie, aunque sé que eso no es posible.
Y bueno, llegados a este punto, ya os
he puesto un poco al día y dadas las fechas en las que estamos sólo
me queda desearos a todos.... ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!
pobre, el hombre que se cayó. hay muchos ancianos/as que están desamparados, bien lo sabrás siendo trabajadora social.
ResponderEliminarme alegro mucho de que estés contenta en tu trabajo y que todos tus seres queridos estén bien, tanto humanos como felinos. :)
besos y felices fiestas!!
Pues en vista de que has tenido novedades tan positivas, me alegro mucho por tí. Y me encanta que te preocupes por los abueletes, que algunos están muy solos y tiene que ser difícil verse tan vulnerable.
ResponderEliminarPásatelo bien estos días y ¡feliz Navidad!
Disfruta de todo lo bueno que te venga Naar!! Y feliz Navidad
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