¿Recordáis cuando escribía(mos) post especiales de navidad, de año nuevo, de aniversario del blog, de cumpleaños y del día que te hacían descuento en el súper? Ah, qué tiempos.
El caso es que ha empezado el 2023 y yo aún no doy crédito. No sé si ha sido por la pandemia que me ha trastocado la noción del tiempo o simplemente por la edad. Pero tengo la sensación de que los últimos muchos años han pasado demasiado deprisa y envejezco a marchas forzadas, a pesar de seguir sintiéndome una jovenzuela y de estar deseando que se acabe el frío para ponerme mis pantalones de tiro bajo. Pero ya ves, aquí estamos. Feliz año, por cierto.
He estado unos días dándole vueltas a qué escribir para empezar el año. Soy un poco supersticiosa con esas cosas, pero al final sólo he llegado a la conclusión de que mi vida es una constante lucha entre el condicional y el presente de indicativo de los verbos. “Debería” o “tendría” siempre están a la gresca con el “voy a” o “quiero”. Porque yo debería escribir un post dando gracias por el año pasado, haciendo balance o quizás nuevos propósitos que no pienso cumplir. Pero lo que quiero es hablar del sueño que tuve anoche o de la cena con los Satánicos o de lo mucho que me gustó la peli de Elvis y de que ahora Austin Butler es mi novio. Y lo que voy a hacer es... nada. Voy a escribir lo que me salga de allí, pero no lo voy a publicar. Voy a comerme un trozo de bizcocho de chocolate que he hecho esta tarde, voy a seguir leyendo Brujerías de Prattchet y voy a coger a Ron y a decirle lo muchísimo que le quiero. Y así ni una cosa ni la otra.
Y quizás la semana que viene o mañana o dentro de tres semanas, escriba algo que realmente me apetezca sin la presión del primer post del año.
Feliz Año de nuevo, a todos los que aún pasáis por aquí, a los que me leen desde la oscuridad, a los que se fueron, a los que se mudaron y ahora hablamos por whatsapp o por twitter. Que nosotros y los nuestros tengamos salud para afrontar el resto de las cosas de la vida, ese es el único deseo posible.
Yo con los años he hecho una limpia de "deberías", que me he quedado solo con los imprescindibles para vivir una vida adulta medio reponsable. Los demás, a tomar fresco.
ResponderEliminarBesitos.
Me acuerdo, jo que si me acuerdo. En esa época, ni era consciente de cuánto estaba disfrutando ni me imaginaba que las cosas iban a evolucionar como lo han hecho en las redes. Ahora prima la imagen, los likes, el mensaje corto y el preocuparme lo que piensen de mí unos terceros que no conozco de nada en vez de molestarte en escuchar a gente tan interesante como tú. Me temo que como me da la impresión que visitas este blog cada cierto tiempo, te vas a encontrar algunos mensajes míos con retardo :-)
ResponderEliminarPor cierto, como tienes desactualizado en el enlace de mi blog (en su día lo cerré y lo he tenido que crear de nuevo) lo dejo aquí, por si quieres pasarte a recordar viejos tiempos: https://tablonamaranta.blogspot.com/
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