jueves, 13 de agosto de 2015

Persiana arriba, persiana abajo

A veces creo que agosto es lo que pasa entre que subo y bajo los toldos y las persianas de casa de la gente que se ha ido de vacaciones. Y ya de paso riego las plantas.
Hace años yo era una persona normal que en agosto se iba al pueblo, iba a la piscina, comía pipas en el parque y salía por las noches con mis amigas. Pero no sé muy bien qué pasó, que crecí y ahora es un mes en el que las responsabilidades se multiplican a la vez que todo el mundo se va y “ya que te quedas hazme el favor”. Porque claro, mis padres tienen que coger vacaciones del 5 al 20 por temas laborales. Y yo me quedo con mi gato y echando un ojo a mis abuelos. Pero ya que estoy aquí, vigilo la casa de mi madre. Y ya que me quedo, la de prima Amai y primo de Bilbao. Y ya que me quedo, la del Ross la semana que él se va.
Así que voy de casa en casa, regando plantas y subiendo y bajando toldos y persianas. Porque a todo el mundo le entra la paranoia de los robos y los malvados ladrones que vigilan si subes o no las persianas para ver si estás y entrar a llevarse todos tus bienes. Que digo yo que vaya ladrones con montón de tiempo libre, oye, que no tienen nada mejor que hacer que mirar las ventanas de la gente.
Por suerte ayer descubrí que no soy la única pringada que se queda en Madrid haciendo esto. Mis vecinos no están, que por cierto, bendita tranquilidad la que se respira en mi edificio sin madres gritonas ni niños alocados haciendo rally por el pasillo. Así que en medio del silencio de una siesta veraniega, oí que abrían la puerta de enfrente. Me asomé a la mirilla por si era ese malvado ladrón que llevaba apostado en la acera de enfrente desde el día 1 de agosto vigilando las persianas y por fin había decidido entrar a robar el paquete de galletas sin gluten que la niña de enfrente se dejó abierto y olvidado sobre la encimera de la cocina. Pero no, era una chica normal, sin pinta de querer llevarse nada. Y con llaves. O sea, una yo, una pringada que ya que se quedaba en Madrid sus familiares y amigos decidieron endosarle una tarea absurda. Efectivamente entró, subió las persianas, el toldo de la terraza, supongo que regaría las plantas y luego volvió a bajar todo a cal y canto y se fue con las mismas. Así que esa pinta absurda tengo yo en el edificio de mis padres, en el de la prima Amai y en el del Ross. Lo bueno es que seguro que el ladrón estaba mirando justo en el preciso momento de persiana arriba – persiana abajo y desistió de su intento de venir a llevarse nada.
Y digo yo que bastante chungo es estar en Madrid en pleno mes de Agosto, cuando no hay nadie ni para tomarse una maldita caña como para encima obligarnos a hacer estas cosas. Anda y que se pongan un sistema de esos de domótica como el de Somfy, que queda muy chulo en plan casa del futuro y que se suban y se bajen las persianas y los toldos solos a las horas que tú los programes de forma un poco más coherente que el sube-baja que hacemos la gente a la que nos piden el favor. Así los pringados que no podemos coger vacaciones podremos estar libres de esas tareas y dedicarnos a hacer esas cosas que nunca se pueden hacer en Madrid porque hay demasiada gente, como ir en coche al centro, sentarnos en el autobús o hacer un tour por todas las tiendas que te gustan y están cerradas por vacaciones.


4 comentarios:

  1. jajajajjaja, toda la razón... afortunadamente no conozco a nadie en mi nuevo destino (o casi nadie... ) así que, pese a que me quedo aquí en mis vacaciones, no tengo responsabilidades añadidas más allá de no morir de calor.

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  2. Veo que sabes disfrutar de los placeres sencillos de la vida, como sentarse en un autobus urbano. :P

    Pues nada, que tengas buen verano y a darle a la persiana.

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  3. Jajajajaja por los suelos, oiga!!!

    Altercilla tiene una cosa para ti.

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  4. Mi madre también se fue y me dijo que echara un vistazo por casa de vez en cuando. Na, fui a los 2 días y había dejada abiertas las botellas del gas y no había apagado los stand by de los aparatos. En fin... Menos mal que no tiene plantas. Volví una semana después para tirarle una manzana que se le había hecho pocha y no vi la vez anterior (flipada que estaba por el gas abierto) y le robé unas berenjenas asadas que tenía en el congelador. Mmmmm qué ricas con ajitos!! Salud!!

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