Siempre me ha encantado el olor de las
mimosas. Desde que era muy pequeña y había un árbol al fondo del
patio del colegio donde yo buscaba al demonio. Las mimosas son el
inicio de lo bueno. Las hueles y piensas, “ya viene la primavera”.
Huelen a dulce, a sol, a días más largos, a aire más tibio y a
vida que se renueva.
En mi barrio hay muchas. Por la zona de
mi casa, en el parque de al lado, incluso en la guardería de la
esquina. A veces abro la ventana y llega el olor. Y en cuanto paseas,
te vas encontrando con ellas. Ha habido muchos momentos en los que
ese olor me ha mecido el alma y me ha calmado de los huracanes
internos. Me ha consolado de alguna manera.
El viernes me hostié con el coche. No
fue nada grave, obviamente, estoy aquí y estoy bien. Pasé el fin de
semana con mucho dolor de cuello y de espalda pero nada más. Lo que
más me duele es el bolsillo, francamente. Fue un golpe tonto, en un
atasco. El de delante frenó muy brusco, yo iba un poco más pegada
de la cuenta y pum. Golpe. Le di mis datos del seguro y yo tengo que
pagar la reparación de mi coche porque lo tengo a terceros. 600
pavos del ala, oye. Eso se traduce en TODOS mis ahorros. Y creo que
de paso, se traduce en otro año sin vacaciones.
Y dentro del disgusto, me dije, bueno,
tengo el coche de mis padres que ellos no lo usan apenas. Pero el
domingo cuando lo cogí para ir a casa de Prima Amai a cuidar a sus
gatos mientras ella está de viaje, ví que se encendía el testigo
del motor y hacía un ruido raro. Bien. Pues nada, no hay coche
entonces. Dos coches y los dos en el taller. Eso, francamente,
complica mucho mi vida.
Lo admito, yo sin coche no soy nadie.
Los martes y los jueves voy a pilates y después a inglés. Sin coche
no me da tiempo a ir a las dos cosas. Así que tengo que ir en
autobús a la academia y prescindir de mis estiramientos que tanto
bien me hacen. Y los lunes y/o miércoles voy a dar terapia a la niña
con la que gano unas perrillas, pero vive en el quinto coño y sin
coche se me hace muy complicado llegar allí, así que de momento el
lunes no he podido ir y el miércoles no sé si podré o tendré que
cancelarlo.
Todo esto me tenía muy cabreada y
jodida, pasé el fin de semana muy triste y contrariada con la
situación. El dinero, las complicaciones, el no tener mi querido
coche. Ni siquiera escuchaba al Ross cuando me decía que lo bueno
es que no me había pasado nada y que con el dinero ya nos
apañaríamos, ni a mi madre cuando me decía que había que dar
gracias por, al fin y al cabo, estar sana. Y es que yo me obceco y me
pongo gruñona y negativa, lo reconozco.
Pero hoy me he enterado de que una de
las mejores amigas de mi madre tiene un cáncer de estómago muy
agresivo. Fui el otro día a verla al hospital, le estaban haciendo
pruebas y no sabían bien lo que era, pero se ha confirmado. Le
tienen que dar radio y quimio antes ni de operar porque si no se
reduce, no se puede hacer nada. Le tienen que poner una sonda
gástrica para alimentarla. Y los médicos no parecen muy optimistas.
Mi madre y mi yaya están muy preocupadas, la otra amiga de mi madre
y de esta mujer, hecha polvo.
Y entonces yo me paro y pienso, pues
joder. Que le den por culo al coche, al dinero, al transporte público
y a los problemas de mierda. Ojalá todo fuera tan fácil como
gastarse los ahorros. Ojalá la solución a todo fuera tener que
coger el autobús. Ojalá una incomodidad sea lo peor que te pase. Y
me siento gilipollas por haberle dado tanta importancia a algo que
siendo un fastidio, no pasa de ahí.
Hoy iba a la academia de inglés y en
la avenida por la que va el bus hay una larguísima fila de árboles
de mimosas. El olor entraba por las ventanillas. Me he bajado y he
cruzado el parque. Olía de maravilla. El aire estaba tibio, nada del
viento gélido de estos días atrás. Eran las siete de la tarde y
era de día. La primavera despuntaba entre las bolitas esponjosas y
amarillas de los árboles. Dicen que la vida es fácil y que somos
nosotros los que la complicamos. No lo sé, es posible. Ojalá
respirar y oler a mimosa consolase de todos los males. Que algo
ayuda, pero joder, qué feo se pone todo a veces. Y sin embargo, la
vida sigue. Y mientras se pueda, hay que respirar hondo, sacar
fuerzas, sonreír y saber que no es el momento de venirse abajo.
Plantar cara, poner resistencia a lo malo, luchar y ver la luz y la
esperanza. Hay que confiar en la primavera, en la vida, en el sol
para sacar positivismo. Y seguir oliendo las mimosas.
Vaya, no me había enterado de nada (vivo en la parra). Me alegro de que estés bien y, aunque tiene que ser un fastidio, lo importante es que estás bien. Y es cierto que a veces nos preocupamos por algo y de repente vemos a alguien que está en una situación mucho más complicada pero es imposible a veces no preocuparse por tonterías. Son parte de nuestro diario vivir. Mucho ánimo con todo y a seguir oliendo mimosas!!!
ResponderEliminarNo sabía lo del golpe; me alegro de que estés bien. Y quiero que sepas que esta entrada me ha FASCINADO. Por lo que dices, por cómo lo dices. Porque yo también soy muy de oler mimosas y sentirme mejor.
ResponderEliminarTe mando un besazo gordo.
me alegro de que el golpe no haya sido nada grave dentro de lo que cabe. cuídate la espalda y el cuello!
ResponderEliminarespero que tu amiga se cure. te entiendo porque yo también lo paso mal cuando alguna persona querida cae enferma.
lo que comentas del olor de las mimosas, es ese tipo de cosas que siempre nos hacen sentir un poco mejor, aunque sea sólo un poquito...
besos y ánimo!!
Hola. coincido contigo en que el olor a mimosas me encanta porque me connota a mi infancia jugando en el patio del cole y a esos días de sol de Primavera. Por lo menos no te pasó nada grave y puedes seguir con tu vida. Cuando vemos cómo los de nuestro entorno tienen graves problemas de salud es cuando valoramos nuestra vida. Lo importante es tener salud y poder seguir viviendo. Creo que la vida nos la dejamos complicar... Espero que te den pronto alguno de los coches y puedas retomar tus clases y tu rutina. Mucho ánimo. Seguimos en contacto
ResponderEliminarMi alergia al polen discrepa con tu optimismo, pero te entiendo. Está claro que la mayor parte de nuestros problemas son tonterías y que muchas veces hay que intentar ver las cosas con perspectiva para darnos cuenta de que no es para tanto. Aunque también te digo que por mucho que otros problemas sean más grandes, en el momento ves lo que te pasa a ti y te sienta fatal. Es lógico.
ResponderEliminarMe alegro de que no te haya pasado nada con el coche y espero que la amiga de tu madre obtenga resultados con la quimio y la puedan operar. Algunos problemas sí que son una mierda, la verdad.
Ufff, ¡qué duro! :(
ResponderEliminarEn cuanto a las mimosas, les tengo una alergia que me muero.
Besos
Pues no sé cómo huelen las mimosas... o es que estoy resfriada...
ResponderEliminarEn la que fue mi tierra, lo que se empezaba a llevar por esta época, era el olor a azahar.
Y tienes toda la razón... ojalá todo fuera dinero y autobuses y ojalá todo se calmase un poco con el olor ese de las mimosas.
Estoy de acuerdo con tu reflexión. El coche sólo es una máquina, no merece la pena amargarse porque le pase lo que sea (aunque fastidia, eso está claro).
ResponderEliminarY la primavera se nota muchísimo, los días ya han crecido un montón. De hecho estos días claro pero frescos son una maravilla: es como tener aire acondicionado natural. :D
¡Buen finde!
Lo primero, me alegro que lo del coche no haya sido tan grave, aunque las lesiones de cuello no son tontería, ya te queda tocadillo para siempre, te lo digo por experiencia, de vez en cuando te dolerá, pero bueno, de los males, el menos. Y el dinero, pues como vamos todos como vamos, te entiendo, 600 pavos duelen...Aunque claro, luego ves cosas como la de la amiga de tu madre y dices eso, que le den al dinero. El cáncer es muy duro.
ResponderEliminarTe mando un besazo y mucho ánimo a tu madre, tu abuela y la otra amiga, y sobre todo a la que lo está padeciendo.
Gracias a todos por los ánimos.
ResponderEliminarDel golpe estoy bien, el cuello me dolió un par de días mucho y ahora ya sólo lo normal. Lo chungo es que creo que también me di en una rodilla porque la tengo hinchada y me duele... en fin, a ver si me devuelven mi coche, que lo echo de menos. :)
Hola! Yo tampoco sabía nada del golpe. Espero que ya estés mejor... mucho ánimo!!! Y ojalá la amiga de tu madre se recupere con el tratamiento y todo quede en un mal susto. Me ha gustado mucho esta entrada...
ResponderEliminarEstoy pasando una época algo convulsa, llevo dos meses fuera de mi casa por trabajo (entre semana), lejos de mi familia y de mi chico... Y ando algo depre. Y sí, yo también a veces tiendo a verlo todo negro, cuando tengo mucho más de qué dar las gracias que de lo que quejarme. Y aunque yo nunca había reparado en el olor de las mimosas (creo que por estos lares mediterráneos no son muy comunes), todo lo que huele a primavera, me hace sentirme más animada. Este invierno se me ha hecho especialmente largo. Un beso enorme. :)
Que post más bonito, me has emocionado, y mucho. ánimos y como decia uno de los cds de Coldplay "Viva la Vida"
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