El cambio de año es sólo una fecha. A
todo el mundo nos mola hacernos un poco la paja mental de que “año
nuevo, vida nueva” y tal, pero en realidad no significa mucho. La
vida te puede cambiar un día cualquiera y el uno de enero
generalmente no pasa nada extraordinario.
A mí por ejemplo, me ha cambiado el 28
de diciembre. Y a ella también.
Desde hace años el Ross cuida de una
colonia de gatos en su trabajo. Viven en la calle, algunos no habría
manera de meterlos ya en una casa, pero él los recoge, los castra,
les vuelve a soltar allí, les da de comer y si les pasa algo, les
lleva al veterinario. Se gasta el dinero, pone esfuerzo, tiempo y ha
tenido problemas con algunos gilipollas de su trabajo, pero le da
igual. Para el Ross los gatos son lo más importante. Más que el
dinero, el tiempo, el esfuerzo, lo que opinen de él y más que yo. Y
me parece correcto. El caso es que hace tiempo me empezó a decir que
había un gatito pequeño negro que se dejaba coger, que era muy
cariñoso y blablablá. Coincidió que empezó con estos comentarios
cuando estábamos muy preocupados por la salud de Ron y no tuve ganas
de meterme en más líos, así que le dí largas. A veces el corazón
tiene un límite y yo no podía hacerme con nada más en ese momento.
A parte de que no quería que Ron pudiera empeorar o algo.
Sin embargo, en estas Navidades le
acompañé un día que no trabajaba a darles de comer. Y la vi. No
era un gatito, era una gatita. Muy pequeña, muy negra, muy linda. Es
verdad que se dejaba coger, que se dejaba tocar, que era un pequeño
paquetito de amor. Y le dije que si quería, lo intentaba. La traía
a casa y veía cómo se lo tomaba Ron.
Así que el 28 de diciembre, como una
broma de las que sí hacen gracia, salvamos a un inocente y la llamé
Maya. Ahora está aquí, ronroneando muy fuerte, pisándome el
ordenador, haciendo que tarde un siglo en escribir mi primera entrada
del año. Todo lo bueno que se diga de ella es poco. Se ha adaptado
de de maravilla, no pone pegas aunque la lleve a casa de mis padres o
la deje aquí con Ron o la lleve al veterinario. Es buena, cariñosa,
juguetona, está loca y es preciosa. Pide mucha comida y muchos
mimos, le encanta la gente, le encanta estar en brazos, las caricias,
le encantan todos los juguetes. Me parece muy pequeña, pero es que
todos los gatos normales me lo parecen comparados con mi gordo.
Ron se lo tomó muy bien. Yo confiaba
en mi chico porque sé que es un gato estupendo y que tiene un
corazón enorme, pero aún así sabía que se podía poner en plan
hijo único. El primer día la bufó unas cuantas veces y así
comprobé por primera vez en siete años que sabe bufar. Luego la
aceptó, sin más. Aún no duermen juntos, pero juegan, se dan
cabezazos, se huelen mucho y a veces hasta deja que ella le lama o él
le da un lametazo en la cabecita. Poco a poco serán los mejores
hermanos del mundo porque en dos días ya se llevaban genial y todo
lo que hacen es mejorar.
Yo ahora soy la orgullosa mamá de dos
ángeles en forma de gato que me ha regalado Dios y a los que he
ofrecido una vida mejor que estar en la calle. Y no puedo tener el
corazón más rebosante de amor.
Lo único malo de tener un gato negro
es lo difícil que es sacarle fotos. Ron sale siempre impresionante,
precioso, majestuoso con sus siete kilos de gato montés. Maya es una
pelotilla negra diminuta que sale borrosa, sin rasgos distinguidos.
Es sólo un gurruño negro. Aún así, os la presento. Esta es Maya,
la que ha cambiado y mejorado mi vida. Es una razón más para vivir
y creer que hay cosas bonitas. Es otra alegría en mi día a día. Es
una suerte haberla encontrado. Toda ella es una suerte.
Los gatos negros traen buena suerte, te lo digo yo. Eso sí, es facil pisarlos cuando vas medio a oscuras xD Qué bonica es :)))))
ResponderEliminarque precisidad, cuánta ternura!
ResponderEliminargenial la labor de ross con esa colonia de gatos. maya es preciosa. me encantan las fotos. ya veo que en una de ellas sale con su hermano mayor.
ResponderEliminarmuchos mimos para la nueva integrante de la familia!!
Son preciosos los dos. Me encanta la gente como el Ross que ayuda a los animales sin importarle lo que digan los demás!
ResponderEliminarQue seais muy felices con la nueva integrante de la familia.
Me pasa igual con las fotos cuando intento sacarle una a Forlán. Como no haya mucha luz no se le distingue ni la cara. Jajajaja.
ResponderEliminarYa te lo dije pero te lo vuelvo a decir: es totalmente comestible y no podía estar en mejores manos. Disfrútala mucho!!
Besotes!!!
Cosita lindaaaaaaaa! !!!!! El mejor regalo que le he traído al Umpa. ..fue Charlie. Costó un poco los primeros días, pero ahora... los veo jugar, dormir, limpiarse juntos y se me cae la baba de una manera impresionante.
ResponderEliminarPreciosa Maya!!
Cosita lindaaaaaaaa! !!!!! El mejor regalo que le he traído al Umpa. ..fue Charlie. Costó un poco los primeros días, pero ahora... los veo jugar, dormir, limpiarse juntos y se me cae la baba de una manera impresionante.
ResponderEliminarPreciosa Maya!!
¡¡¡¡Muero de amor!!!! La historia de mi gata negra es parecida. Mi marido cuida alguna colonia, pero esta gatita no sé porqué estaba sola en una zona apartada, no se mezclaba con las colonias y un día asfaltaron esa zona y la pobre andaba toda desorientada y él la trajo. Yo tenía miedo porque tenemos más gatos, pero se adaptó genial y es tan buena, lista, caroñosa y tan tan negra...ya na no podría vivr sin ella. En un post de mascotas de hace poco puse una foto de ella(y de otros dos) lo malo es que en las fotos me pasa como a ti, no sale tan guapa como es. Menudo regalazo de Navidad que has recibido, es preciosa y requetepreciosa.
ResponderEliminarBesos.
buen post, tu gata es preciosa, pobreta
ResponderEliminarPara los que tenéis gatos negros, aquí os dejo un enlace que puede seros útil https://www.xataka.com/fotografia-y-video/como-fotografiar-a-tu-gato-negro-con-exito
ResponderEliminar¡Suerte y Feliz Año!