La gente a veces se queja de que por
culpa de Disney espera al príncipe azul. Admito que nunca me
gustaron los príncipes. Tan peripuestos, tan repipis, con esos
modales tan refinados. El único un poco apañao era el de la
sirenita que iba descamisado. Y ni por esas, mira. Yo es que he sido
siempre de macarras. Y trato por todos los medios de evitarlos en la
vida real porque ya tuve experiencias en el pasado que me demostraron
que traen más problemas que otra cosa. Pero lo admito, esos
personajes durísimos, con pinta de chungos y luego un tierno en el
interior, hacen que se me caigan las bragas a plomo.
Yo admito que mi problema con los
ideales de las películas es con los musicales. No entiendo por qué
en la vida real no podemos arrancarnos todos a bailar de repente y
que nos salgan unas coreografías de puta madre. Así, improvisando,
como quien no quiere la cosa y montar un espectáculo que le dé
gracia al asunto. Todo mejora con música y con bailes. Y la vida es
una cosa que hay que intentar mejorar porque como no pongas de tu
parte, pues meh. Así que yo esperaba que en algún momento, todo el
mundo de mi entorno supiera bailar y yo aprendiera por obra y gracia.
Entonces empezaría lo bueno. Algo así como en el baile del
instituto tipo Grease o en cualquier pelea de pandillas por los
tejados como en West Side Story.
Luego resulta que no. Que mis amigos no
saben hacer coreografías espontáneas, que yo soy un pato mareado
que se pisa sus propios pies, que en mi instituto no se hacían
bailes y que las peleas en mi barrio, inexplicablemente, no eran
bailando. Y qué decepción, oyes.
Y es que la vida real es un tanto
decepcionante. A ver, que está bien, que merece la pena estar vivo.
Pero no es una película, no es una serie, no es un musical. No
siempre las cosas salen bien, no siempre el amor triunfa, no siempre
los malos pagan y los buenos salen airosos. No siempre sabes bailar.
Ni mucho menos. La vida es como es. Y como tal hay que tomarla.
Lo bueno que tiene es que están los
sueños. Ahí siempre puedes hacer lo que te dé la gana, estar donde
y con quien quieras, puedes conducir un ferrari o bailar como Ginger
Rogers. Yo por lo menos soy bastante afortunada en lo que a sueños
se refiere. Soy bastante capaz de controlarlos, de retomarlos si me
despierto y de vivirlos muy intensamente. Lo chungo es cuando sueño
con arañas y juro que las veo corriendo por mi cuerpo. Que me
despierto y aún tardo un rato en dejar de rascarme y de buscarlas
porque no tengo claro si estaban ahí o no. Pero eso es otra
historia. El caso es que mis sueños buenos son la hostia. Yo he
soñado que comía cerezas del torso desnudo de Brad Pitt. Jhonny
Deep me ha mordido el cuello. He bailado con Rick (Humphrey Bogart)
en Casablanca. He volado por encima de edificios, he respirado bajo
el agua del mar mientras veía corales y peces. Mi cerebro a veces se
porta bien, como para compensarme el coñazo que me da el resto del
tiempo.
Por desgracia, no todo el mundo tiene
esta suerte. Esta misma noche estaba comentando por wasap con mi amiga Mar
mientras veíamos Dirty Dancing. A las dos nos encanta, somos así de
pavas. Y sé perfectamente que el guión lo podría haber escrito una
niña de quince años. Y que en realidad, no trata de nada. Y todo lo
que quieras. Pero ay. AY. Que está Patrick Swayze como para
comérselo sin patatas ni guarnición ni nada. Primer plato,
principal y postre. Todo en uno. Qué guapo, qué cuerpo, qué sexy.
Qué ropa negra tan ajustada. Qué tupé medio despeinado. Qué forma
de moverse. Ay, zeñó. Y esos bailes, esa música, esas faldas
vaporosas. Esa escena de los equilibrios en el tronco, la del lago
levantando a la otra pava. Y ese salto, EL SALTO. Por el amor de
Dios. Que estoy segura de que cuando el bueno de Patrick se murió y
subió al cielo, llegó la virgen María a recibirle y lo primero que
le dijo fue “levántame en el aire como a la de Dirty Dancing”.
Porque qué mujer no ha soñado con esa escena. Con ser levantada
así. Pues tengo la respuesta. Mi amiga Mar. A ver, técnicamente sí
ha soñado con ello, sólo que ella corría y saltaba así, pero
nadie la cogía. Y entonces se daba una tremenda leche contra el
suelo y la gente se arremolinaba a mirarla. Pobre. Qué sueños más
tristes. Y me lo ha contado por wasap, mientras veíamos la peli. Me
he reído tanto y tan fuerte, que he despertado a Maya de sus sueños
de gato.
Por cierto, ¿con qué sueñan los
gatos? ¿con ratones, pájaros? ¿infinitas latas de atún? ¿un
Patrick Swayze gatuno que les levante en el aire? Quién sabe.
Jajaja soy fan de Mar.
ResponderEliminarYo era muy muy fan de la peli, la vi en modo bucle cada día durante un año o dos pero luego llegó Aquí no hay quien viva e Internet, en una conocí a Juan Cuesta, presidente de esta nuestra comunidad y en la otra me enteré de que dicho señor era la voz de Johnny Castle y ya se me fue un poco un mito, esas cosas mejor no decirlas y guardar el secreto porque a mí la voz en español me molaba mucho. Yo creo que por eso me he aficionado tanto a ver las pelis en V.O, para evitar futuros traumas.
Besos.
jajajajajaja!!
EliminarMe parece FATAL que me lo cuentes!! Por qué intentas destruir mis sueños y mis mitos erótico-bailarines??? Maaaaaal!! En todo caso, eso se arregla viéndola en versión original, cosa que suelo hacer. En este caso la veo doblada porque es como la ponen en la tele, pero para la próxima me lo apunto y ya. A la porra Juan Cuesta, oiga. :D
Jajajaja. Yo he hecho ese salto!! No sé si a día de hoy me atrevería a hacerlo aunque supongo que sí porque estoy fatal de lo mío.
ResponderEliminarQué lástima eso de soñar que haces el ridículo. A mí me ha pasado. Una vez soñé que iba desnuda por la calle. No veas qué corte y en el sueño era como que intentaba disimularlo caminando con la cabeza alta. Jajajaja.
Me mola tu fondo de pantalla, por cierto. Besotes!!!
Lo has hecho? Y te cogía alguien? Mejor dicho, te cogía Patrick Swayze o un semejante? Cuenta esa historia, por favor!
EliminarYo lo de soñar que estoy desnuda creo que me ha pasado alguna vez y es un poco agobio, jajaja.
Mi fondo de wasap son gatos, qué esperabas? :DDD
Me cogía mi ex pero no se parecía a Patrick Swayze. Por suerte, no me piñé nunca. Y no hay más que contar, la verdad. Jajajaja.
Eliminarhola
ResponderEliminarnuevo por acá...
con respecto a tus sueños, y si no son sueños, que realmente esta realidad es un sueño, y cuando crees dominar tu sueño no es tan así, bueno te dejo la duda...
saludos!
Jajaja el momentazo Virgen María me ha matado... lo he visualizado y me estoy muriendo de la risa jajaja
ResponderEliminarBueno, a ver, que me caía pero por lo menos aparecía en Dirty Dancing :D ¡Supongo que tendrá su parte buena!
ResponderEliminarJajajajaja la vida no es un musical y menos aún Dirty Dancing! Por Dios, creo que no conozco a nadie que no haya soñado con ese glorioso salto a los brazos de Patrick!
ResponderEliminarMis sueños eran siempre un poco más complicados, creo que estaban al borde de la linea divisoria entre sueño y pesadilla, creo que el que más marcada me dejó fue uno en el que estaba en un laberinto persiguiendo a mi perro y nunca lo daba alcanzado. Lo mejor o peor, según se mire, es que lo soñaba todas las noches hasta que una noche llegué al centro del laberinto y mi perro estaba muerto en brazos de la muerte... ¿como te quedas?
Estuve un mes vigilando a mi perro como loca...
En fin, que sepas que los gatos no sueñan con latas de atún, ratones o pajaritos... Sueñan con sus planes de dominación mundial, me lo con tó en sueños mi gata Luna ;)
Un saludo mar!