Fue hace dos años que empezó esta
historia por enésima vez. Mi amiga Reichel estaba embarazada y los
amigos fuimos a Alicante a darle una sorpresa. Y entre unas cosas y
otras, el Ross y yo volvimos a empezar (“retomar” quizás sería
más apropiado) una historia. Y como de costumbre, en lugar de ser
algo bonito, algo tierno o algo simplemente “normal”, tuvimos una
bronca provocada por su comportamiento, pero en la que la terminaba
pegando un grito era yo. Porque toda la vida ha sido igual. Él hace
las cosas por lo bajo, a la chita callando y la que termina
arremetiendo como un miura soy yo. Y claro, eso viene genial. Porque
así, frente a todo el mundo él es bueno y yo soy una loca
desequilibrada que hace las cosas sin razón. Y claro, si yo soy una
histérica, él ya tiene bula para hacer lo que sea, porque nunca es
para tanto, siempre es que yo estoy pirada y me pongo fuera de sí
por cualquier cosa. Y qué bien viene eso, oye. Ahora lo veo más
claro que nunca.
Unos meses después, se vino a vivir a
casa. Más o menos.
Pasaron los meses, uno tras otro con la
misma tónica. Su desinterés por todo, la falta de ganas, la falta
de comunicación. Navidades y cumpleaños sin un detalle, un
regalito, un algo. No querer llevarme con sus amigos, enfadarse si,
por una vez, ponía una foto o una palabra en facebook y le
etiquetaba. Y yo me fui viniendo abajo. Se me fueron yendo la
ilusión, la ternura, la alegría de estar juntos. Pero una vez más,
si yo pegaba una voz, es que estoy loca.
Y un día llegó la mentira. Me engañó
y le pillé. Y algo dentro de mí se rompió en mil pedazos y supe
que ya nada volvería a ser igual. Porque la confianza es como un
vaso de cristal. Una vez que le pegas un golpe y se rompe, por mucho
que lo recompongas, no va a volver a estar igual. Aún así traté de
arreglarlo. Porque de verdad yo quería que lo nuestro funcionara. Le
quería a él y quería que me saliera algo bien. Estaba harta de
fracasar en todo y separarme por segunda vez antes de los 35 me
parecía el colmo. Ahora sé que no, que el fracaso era vivir así.
Pero he tardado en entenderlo, soy un poco lenta para algunas cosas.
No hubo manera. Se fue un par de veces
de casa. Y un poco antes del verano ya no hubo solución. Aún así
yo me quedé pensando. Igual había una remota oportunidad aún. Al
fin y al cabo seguíamos siendo amigos, nos llevábamos bien de forma
superficial y son veinte años en la vida del otro. Así que aún
tenía alguna duda, cuando hace un par de semanas me dijo que había
quedado con otra chica. Qué buen momento para decidir ser sincero
después de años ocultándome cosas y mintiendo si se le daba el
caso.
Lo admito, cuando lo escuché tardé un
par de minutos en reaccionar. Primero pensé que era una de sus
bromas absurdas. Luego, creí que sólo quería hacerme daño.
Y entonces, de repente, se hizo la luz.
Muchas veces había pensado que él no me quería. Que estaba conmigo
por costumbre, porque era lo fácil, lo que menos problemas le daba,
lo que al fin y al cabo todo el mundo esperaba que pasase. Pero que
no me quería. Lo que pasa es que él me lo negaba. No me daba
argumentos, no me daba ni una sola razón, no ponía mucho empeño,
pero lo negaba. Y yo quería creerle. Quería pensar que sí, que me
quería a su manera. Quería pensar, quería creer, quería tener fe.
Y en ese momento lo tuve claro. No, no me quiere, ni me ha querido
nunca. O al menos desde hace muchos, muchos años. Y no entraré en
detalles para justificarlo, pero creedme que podría hacerlo.
Así que, en resumen, he invertido la
mitad de mi vida en querer a alguien que no me quería. He perdido
oportunidades, relaciones y toda clase de cosas por querer a alguien
que no me quería.
Y me dio por reírme.
Ese pensamiento era lo más liberador
que había tenido en los últimos diez años. Porque yo ya lo había
intentado todo y obviamente no había conseguido nada más que
pasarlo mal. Y ya era suficiente. Y he dicho más veces esto en el
pasado, pero lo he dicho llena de dolor, de resentimiento, de pena,
de esperanza silenciada. Lo he dicho sabiendo que al día siguiente
iba a decir “no, una vez más”. Pero esta vez no. Esta vez lo
decía riéndome. Esta vez era la definitiva de verdad. Porque me
hacía feliz liberarme de todo lo que he arrastrado durante media
vida y podría empezar de cero. De cero de verdad, de cero absoluto.
Y eso me mola. Porque un mundo de posibilidades se abre ante mí. Un
mundo de posibilidades sin él. Al fin.
Las últimas semanas he estado
tranquila y feliz. Me he sentido mejor que en mucho, mucho tiempo.
Porque ahora soy libre. He salido por fin de una relación absurda,
sin futuro, sin amor, sin felicidad. Me he quitado unas cadenas que
pesaban toneladas y no me dejaban caminar ligera. He soltado un
lastre tremendo. Me ha costado, pero lo he hecho. Al fin. Uf.
Quiero añadir que cuento esto porque
es mi blog y me lo follo cuando quiero digo lo que me parece. Pero no
creo que el Ross sea mala persona. De hecho, seguiremos siendo amigos
porque compartimos grupo. Y ni siquiera me arrepiento de lo que he
vivido con él. Ni siquiera de lo malo. Yo he querido de verdad y uno
no debe arrepentirse de haber querido. Que se arrepienta el que lo
haya hecho mal. El que ha amado y se ha entregado no debe ser quien
se arrepienta y se sienta avergonzado. Fue bonito en el pasado y
estos dos últimos años eran necesarios para cerrar la historia de
una vez por todas. Había que tocar fondo para salir adelante. Ahora
sé que tenía que pasar esto. Tenía que arrastrarme durante
kilómetros por el túnel de mierda para poder salir y ser libre,
para poder llegar a Zihuatanejo. Y os lo digo desde ya: merece la
pena. La libertad y lo que hay al otro lado lo compensan todo.
Bravo por ti. En tus palabras me identifico a mí misma hace unos años cuando salí de una relación muy tóxica que me dejó muy tocada. Y pensaba igual que tu, que a su manera me había querido y me di cuenta de que no lo había hecho nunca. Pero yo me flagelé y me culpé de que el no me hubiese querido... Ahora sé que de lo que tuve mucha culpa es de soportar situaciones y comportamientos que me denigraron como persona, y aunque él lo hacía yo lo consentí. No me vale el argumento de que éramos muy jóvenes, lo estábamos haciendo mal y ambos lo sabíamos.
ResponderEliminarLo bueno es que estas experiencias te enseñan a quererte, a saber con más claridad lo que quieres, y cuando te recuperas, a empezar de cero.
Un beso
Creo que todos hemos pasado alguna vez por relaciones tóxicas de algún tipo. Esta no lo era demasiado, pero no nos hacía felices. y es es suficiente para poner punto y final y seguir adelante. aprender y seguir adelante es lo mejor :)
EliminarEl título le va genial a una entrada plagada de sinceridad!!
ResponderEliminarGracias!!
Eliminarsí, eso de las personas que te desquician y luego el malo de la película eres tú, lo he vivido alguna que otra vez...
ResponderEliminarlo importante es que ahora seas feliz. el día de la quedada te vi muy bien, y así debe ser. de todas las experiencias se aprende. ahora a vivir, que tienes mucha vida por delante. y no abandones la idea de escribir una novela. ;)
besotes!!
Es que estoy bien! Y ahora mejor aún que cuando me viste :)
EliminarLo de la novela no lo descarto, sé que al menos tendría un lector ;)
Ufff entrada sincera y totalmente abierta en canal como hacemos los que no tenemos miedo de contar nuestra verdad. Ole por ti, eso lo primero.
ResponderEliminarOle por darte cuenta y romper esa relación, te sorprendería la de gente que aguanta aún con engaños mentiras desinterés y hasta cuernos claros. Eres una tía con un par de ovarios bien puestos (además de ser un pibón que dudo que te vayan a faltar oportunidades)
Además haces bien en no arrepentirte pues como has dicho tú lo has dado todo y has querido, así que tú no tienes que arrepentirte de nada porque estabas con quien querías. Allá quien esté con alguien por costumbre, eso sí es para arrepentirse.
Te mando un besazo y nena ahora a seguir y encima mucho mejor ��
La gente aguanta muchas cosas, pero yo no voy a hacerlo, me niego. Y no es cuestión de candidatos, es cuestión de que no quiero y eso basta. He querido, lo he dado todo y no ha sido... pues a otra cosa. Y punto redondo :)
EliminarPues ahora palante, y sin mirar atrás. Te mando mil besotes y un maullido de mi Nico y te diré que, desde este lado del que estoy desde hace dos años, tampoco se vive nada mal ;)
ResponderEliminarMUAKS! Guapa
Yo llevo más años en el lado de estar sola que en ningún otro. Y me gusta. :)
EliminarNo hace muchos años, más bien poquitos, alguien importante para mí me dijo que el amor de verdad no era conformarse con las migajas. Mereces más, mereces estar tranquila, libre, feliz, sola o acompañada, con tus gatos, con rollos de una noche o comiendo palomitas viendo la tele, como te dé la real gana. Porque eres dueña de tu vida y éso te hace única y poderosa. Enhorabuena, ahora empieza un nuevo capítulo en el que sólo tú escribes la historia.
ResponderEliminarPues sí. Sabias palabras, jajaja. Es verdad, en serio, no mola conformarse. Hay un mundo mejor y yo misma lo sé. Así que sin miedo!
EliminarQué bueno Naar, me alegro por ti.
ResponderEliminarUn beso
Gracias! :)
EliminarHaces bien en no arrepentirte. Uno vive la vida que vive y toma las decisiones que toma. A veces nos equivocamos pero es parte de vivir y de aprender. Todo nos enseña algo. La vida está para vivirla y, cuando las cosas no salen como esperábamos, es porque ella tiene otros planes para nosotros. Ya te lo dije la otra vez, date tiempo y deja que las cosas pasen. Algo así como "be water, my friend". Los 35 son los nuevos 25, así que vete a saber lo que te depara la vida. Un beso grandote.
ResponderEliminarNo me arrepiento para nada. Tenía que hacerlo, tenía que intentarlo y lo he hecho lo mejor que he podido. Y no estoy angustiada ni nada. Me la pela bastante todo, el tiempo, la edad... todo. Tengo mis propios planes ahora mismo :)
EliminarGracias. No he podido evitar llorar porque me he sentido tremendamente identificada. Yo aún ando empezando el túnel. Es más, diría que aún tengo que matar esa pequeña esperanza. Pero cuando lo haga, y salga de mi particular “túnel de mierda”, espero que sea con la misma fuerza con la que lo has hecho tú.
ResponderEliminarGracias de nuevo y enhorabuena
Pues ánimo. hay luz al final, te lo aseguro. Yo he pasado por él muchas veces, con muchos fracados y muchas cosas que han salido al revés de como esperaba. Y ahora sé que había un motivo para que fuera así. Saldrás renovada y llena de fuerza, ya lo verás.
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