sábado, 17 de febrero de 2018

El prepucio incómodo

¿Recordáis cuando dije que estaba pensando cerrar el blog por temas de trabajo pero que mientras no hablara de trabajo no pasaría nada? Bueno, pues he venido a pasármelo por el forro de las bragas porque yo soy así.
El caso es que en dos días han pasado tantas cosas graciosas que me cuesta resistirme a contarlas. Y no son motivo de despido. Creo. Espero. Madre mía, si me despiden será vuestra culpa y entre todos pondréis un euro al mes para que pueda seguir comiendo.
Además pregunté en twitter, ¿qué hago, lo cuento y corro el riesgo de volver al paro, os hablo de inocentes anécdotas de mis gatos o abro un blog porno? No puedo decir que me sorprendiera que ganara la opción del blog porno, pero ya he comprobado que no valgo para gestionar más de un blog ni más de una cuenta en twitter. Apenas valgo para dos páginas de facebook y eso que apenas las uso.
Y eso me recuerda que hace años el dueño de mis sábanas me animó fervientemente a que escribiera una novela subida de tono. Me decía que yo tengo un don para narrar escenas eróticas y que si metía algo fuerte y a la vez algo romántico, triunfaría. Pero pensé “¿a quién coño le interesaría leer esa bazofia? ¿cuantas marujas insatisfechas puede haber por el mundo?” No mucho tiempo después, el pelotazo de las 50 sombras de su puta madre en bicicleta. Qué poca visión de negocio, Naar. Yo que podría estar retirada en las Bahamas viviendo del cuento y mira, aquí estoy, yendo a trabajar todos los días.
Pro suerte me lo paso bien en mi trabajo. Hay días que no, obviamente, pero casi siempre me divierto. Me gusta trabajar con personas, me caen bien los compañeros, me encanta mi jefe y adoro a los abuelos. Así que me sólo me arrepiento en parte de no ser la autora de una novela pseudo porno de cuestionable calidad.
Como ejemplo de mi diversión en el trabajo, el otro día estaba en mi despacho peleando con el programa informático que quiero poner en marcha para mi servicio. Estaba concentrada en los cuadrantes, cuando entra una compañera a la que llamaremos Vera. No me llevo mal con ella, pero tampoco tenemos un feeling especialmente bueno. El caso es que entra y me espeta:

  • Voy a llamar a mi madre, estoy preocupada porque hoy operaban a mi hermano.
  • Ah, ¿Y está bien? - pregunto por cortesía.
  • Sí, si es una operación del frenillo.

¿Frenillo? ¿El de la lengua? ¿Ceceaba el muchacho? ¿El del labio? ¿O el otro frenillo? No, no puede ser “ese” frenillo. No. No, ¿verdad?

  • Es que últimamente le dolía mucho al hacerlo.- pero por qué me está contando esto. Trato de asentir. - Ya sabes, al hacerlo. - repite ante mi cara de pasmo.
  • Ajá. - no te rías, Naar, no te rías.
  • Que hace tiempo ya le miraron para operarle del prepucio también.

¿Prepucio? ¿Ha dicho prepucio? No pienses en prepucios, no hagas imágenes mentales, por lo que más quieras. Y no te rías. Te estás riendo, Naar, te estás riendo. Disimula. Dí algo ingenioso... o algo no ingenioso. Di algo, lo que sea. O finge que se te ha caído algo y métete debajo del escritorio y huye haciendo la croqueta. Finge una emergencia. Finge tu propia muerte. Haz lo que quieras pero deja de reírte. Madre mía, ¿por qué me está haciendo esto? ¿Qué querrá esta loca del prepucio de mí?

  • Eh... hummm... ah.
  • Y claro, ahora A LOS 30 AÑOS al final le han tenido que operar porque últimamente por lo visto estaba peor.

¿Peor? ¿Peor? ¿Peor de qué? ¿Del frenillo, del prepucio? Lo único peor que se me ocurre es una compañera de trabajo que te hable del pene defectuoso de su hermano DE 30 PUTOS AÑOS que al parecer no ha frungido en condiciones en su vida, porque si lo hubiera hecho le hubiera pasado como a un par de ellos que yo me sé que se les rompió por las buenas. Genial, ahora estoy pensando en más penes. ¿Por qué no viene nadie? ¿Por qué este despacho siempre parece el camarote de los hermanos Marx y ahora no interrumpe nadie este momento tan incómodo?

  • Ya... es lo que tiene. - digo tratando por todos los medios de ponerme seria, pero la risa nerviosa se ha apoderado de mí.
  • Y por lo visto lo que más le ha dolido de todo es el pinchazo de la anestesia.
  • Hombre, piensa que un pinchazo en la punta del... - Dios mío, ¿estoy diciendo lo que creo que estoy diciendo? ¿Y sigo pensando en penes? Por qué, zeñó, por qué.

A todo esto, no sé cómo, me había puesto de pie, me estaba balanceando, tratando de aguantarme la risa histérica y había abandonado mi ordenador y mi programa a medio instalar a su suerte. Estaba valorando seriamente salir corriendo, ir al despacho del director y presentar en ese mismo momento mi renuncia, cuando a Vera le sonó el móvil. Aproveché ese momento para huir vilmente y no volver hasta asegurarme de que hubiera más gente en el despacho.

Por si alguien se lo pregunta, no sé cómo terminó la historia. En cuanto pude recogí mis bártulos y me marché. Y a no ser que sea estrictamente necesario, no pienso volver a hablar de frenillos ni de prepucios en el trabajo, que llevo tres días intentando borrar la imagen mental de mi cerebro.

8 comentarios:

  1. No puedes dejarnos así! !!!
    Espero que haya segunda parte... Jajajaja

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  2. tengo una amiga que es muy bruta hablando, y por ejemplo cuando lo está pasando mal con el período te lo cuenta. pero esa compañera tuya la supera con creces. :O en los países de lengua inglesa, por lo visto cuando cuentas algo así como muy íntimo o muy embarazoso, te dicen "too much information!".
    besos!! yo también estoy un poco con la risa tonta. ;)

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    1. Yo también pensé que era demasiada información!!

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  3. Madre mía... Es que si esto te lo cuenta alguien con quien tengas confianza, es otro cantar. Pero si te viene con esas alguien con quien no tienes mucho trato, pues la situación es de lo más incómoda. Yo creo que le hubiera dicho algo como "pues que salga todo bien". Aunque luego seguro que añadiría mentalmente "y que pueda frungir a gusto" o algo así y ya me daría la risa tonta también. Las conversaciones en los trabajos dan para mucho. Besotes!!!

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    1. Claro, yo no me escandalizo fácilmente, pero me pilló totalmente a contrapie porque no tenemos confianza ninguna para hablar de prepucios XD

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  4. Será que la mujer no tenía con quien desahogarse o que intentaba que te interesaras por el poco uso del prepucio de su hermano...a saber jajajaja

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  5. Me encanta el título del post, jajajaja

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  6. Hola!!! Acabo de caer en tu blog y que sepas que me has ganado totalmente!! Me he visto reflejada en tus conversaciones internas, yo tengo muchas de esas conmigo misma jajaja. A partir de ahora me tienes por aquí en primera fila.

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