Alguna vez he contado que tenía un tío
paranoico. Y no en plan chiste, jaja, qué paranoico el tío. No, en
serio, en plan paranoico de enfermedad mental. Lo que pasa es que yo,
que soy muy políticamente incorrecta, me gusta reírme de todo. Y me
río de esto, porque creo que la risa nos hace libres y nos pone
alas, como dijo Miguel Hernández. Y uno de los problemas de hoy en
día es que nos reímos muy poco.
Total, que mi tío el paranoico creía
que los políticos le tenían manían. Especialmente Alfonso Guerra,
que le odiaba a muerte. También creía que la canción de Perales de
“y quién es él y a qué dedica el tiempo libre” se la cantaba a
él, y cuando sonaba en la radio era porque los políticos le
estaban mandado un mensaje para que supiera que estaban tratando de
encontrarle. Por eso salía con gafas de sol a la calle, para que
nadie le reconociera.
Yo obviamente no llego a esos niveles.
No estoy enferma. No soy una paranoica real. Pero a veces me da un
poco la neura. Por eso he tenido unos días el blog privado. Porque
antes no tenía trabajo y mis historias no podían acarrearme mayores
consecuencias. Pero ahora la situación es diferente. Ahora tengo un
puesto relativamente importante, tengo compañeros, tengo usuarios,
familias y contactos. Y me da por pensar que si conocieran el blog
estaría más expuesta de lo normal. Sería más vulnerable ante
ellos. Sabrían demasiado de mí.
En realidad la paranoia empezó porque
gente del trabajo me empezó a agregar a facebook. Y me “insinuaron”
que pusiera el trabajo en mi perfil, ya que se está lanzando una
campaña en las redes de nuestro centro y nuestros servicios. Y
entonces me di cuenta de que la mitad de la gente de mi facebook
personal es gente relacionada con el blog. Y me empezaron a subir los
calores y al final puse el blog privado mientras le daba vueltas.
Luego lo estuve releyendo un poco y me
di cuenta de que no hay nada malo en él. No critico ni doy datos
relevantes de usuarios, obviamente. No es que me vayan a despedir por
escribir mis mierdas aquí. Es, simplemente, que sabrán si frunjo o
si salgo o si opino sobre cualquier tema. Y no es que eso importe
demasiado. Al fin y al cabo, empiezan a intuir que estoy loca de
todas formas.
Toooootal, que de momento lo vuelvo a
abrir, pero no garantizo nada porque estoy un poco sensible con el
tema y quizás me de un perrenque de nuevo. Quizás, si oigo una
canción de Perales o si sale en la tele Alfonso Guerra (¿sigue vivo
ese hombre?). Y en el peor de los casos, me pondré gafas de sol y
arreglado.
Pues a mí tu tío me mola y yo también tengo paranoias de esas, como cuando pensé que Cuenca no existe y que es un centro de investigación gubernamental y que me perseguían por conocer la verdad xD
ResponderEliminarEl caso es que yo hace tiempo me planteé lo de poner el blog privado también, pero luego recapacité y pensé que no hay nada en mi blog que no cuente yo de viva voz. Que yo soy yo en todas partes, y que nadie que me conozca en persona va a extrañarse si encuentra el blog. Además, si no criticamos el curro, ni damos datos confidenciales... ¿qué más da?
No sé, yo es que soy pro-naturalidad. Me costaría mucho trabajo esconder cosas, pero es sólo mi forma de verlo :).
UN besazo!
bueno, tú tienes bien separadas la faceta de naar y la faceta de... (tu nombre real). así que no debería haber problema. por suerte o por desgracia, la gente va un poco a su bola y no se van a poner a investigar, te lo digo por experiencia. alguna vez he pasado a alguien el enlace de una entrada concreta de mi blog por algún motivo, y estoy seguro de que como mucho la habrán leído muy por encima. además, las cosas que publicas en facebook como naar sólo las podemos leer los amigos que tienes agregados en ese perfil. a través de facebook no se va a filtrar nada.
ResponderEliminarbesos!!
Yo como soy una recién llegada aquí no puedo opinar (He debido llegar siguiendo a Chema) pero sí que me alegro de que tengas el blog público porque me ha gustado mucho lo que escribes y cómo lo cuentas. Por aquí me quedo hasta que se pueda ;-)
ResponderEliminarTe entiendo perfectamente. Para nada es una paranoia es bastante lógico. Yo en mi caso no lo tengo anónimo y la gente que me conoce lo lee pero entiendo que mucha gente no quiera que se sepa porque no les gusta desnudar su alma delante de según quien.
ResponderEliminarA ver por mi parte y seguro que el resto piensan igual si quieres eliminar de facebook a gente de los blogs, quizá eso te quite un poco el miedo. A mí no me molesta en absoluto si decides dejar tu facebook personal para gente que conozcas y prefieres quitar a gente del blog, vamos que no me iba a ofender que no tengo quince años jeje.
Es lógico que no quieras mezclar una cosa con la otra.
A mí me encanta volver a leerte, casi prefiero no tenerte en face que privarme del privilegio de leer tu blog
Besazos
Entiendo tu dilema. Yo estoy muy paranoica con este tema porque incluso me planteo que se me haga seguimiento cuando publico algún comentario ("se me haga seguimiento" suena muy paranoico, lo sé...).
ResponderEliminarMi Facebook lo tengo abierto totalmente, pero es que publico muy pocas cosas y lo poco que publico no me importa que lo vea hasta el tato. Un blog es diferente porque hablas de muchas cosas y explicas muchas experiencias personales... a mi me daría yuyu, pero como dice Irene, al fin y al cabo somos uno mismo en nuestra misma mismidad, aquí y en Japón, así que al final lo mejor es ser natural en todos los ambientes en los que nos movamos.
Un beso!
Gracias por volver a ponerlo público. Un saludo.
ResponderEliminarYo te entiendo. Hay compañeros de mi trabajo que saben que tengo blog pero no todos. No me hace mucha gracia que anden ahí husmeando, y eso que yo no cuento nada privado pero igual. Me gusta tener bastante separada mi faceta 1.0 de la 2.0
ResponderEliminarEn fin, mi niña, si decides privatizarlo por lo menos invítame. Jajajaja. Besotes!!!
Hola! Gracias por ponerlo público de nuevo. Cuando vi que lo habías privatizado pensé,que pena!con lo que me gusta leerlo.
ResponderEliminarSi al final lo privatizas,lo entenderé y espero que me invites,aunque no nos conozcamos.
Gracias