Siempre he dicho que me podría
enamorar del mismo diablo si tuviera una sonrisa bonita. Creo que es
en lo que más me fijo de las personas en general y de los hombres en
particular. Un chico que no sea muy guapo pero tenga una sonrisa
bonita, tiene mucho ganado. Si lo acompaña de sentido del humor y de
ser capaz de reírse de su sombra, media polla dentro. Si por el
contrario un tío es muy guapo pero tiene una sonrisa de esas que no
encajan con la cara o que le hacen una mueca rara, hasta luego Lucas.
Y ya ni te digo si no se sabe si tiene la sonrisa bonita o no porque
es un sieso y/o intensito de los cojones y se pasa la vida con cara
de oler a culo.
Total, que las sonrisas a mí me
importan. Y no necesito que sean perfectas, ni en plan profidén.
Necesito que sean bonitas, que trasmitan algo guay, que iluminen la
cara.
Y sí, por una sonrisa me enamoré del
Diablo. Del mismísimo Lucifer.
En mi ansia diaria por ver series en mi
escaso tiempo libre, me topé con esta serie y dije “po güeno”.
Desde el primer capítulo me enganché y así sigo. Entre otras
cosas, me encanta porque el personaje de Lucifer es el mejor elegido
que he visto nunca. El actor es guapo a rabiar, pero sobre todo es
que tiene una mirada y una sonrisa que te hacen dudar de si será el
demonio de verdad y en caso de que lo sea, que venga y me lo dé con
todo el fuego del infierno en las mismas entrañas.
Además no es exactamente una comedia,
pero tiene capítulos muy divertidos, puntos que me han hecho soltar
una carcajada y un ambiente bastante despreocupado en general. Cosa
que agradezco. Estoy hasta las narices de personajes y series
circunspectos, serios y estreñidos en general. La vida es un rollo
muchas veces, pero por poner cara de mierda no se arregla nada y te
amargas cantidad a lo tonto. Sin embargo, Lucifer es fantástico
porque se toma todo a broma. Se ríe constantemente, hace bromas con
todo, sonríe toooodo el tiempo y le hace gracia casi todo lo que le
rodea. Y se enfada, claro. Y es inteligente, que a veces tomamos el
humor como sinónimo de ser un simple y nada más lejos. Pero él se
ríe, se ríe mucho. Y me enamora muy fuerte esa sonrisa y esa pose
burlona frente al mundo. Puede que en el medievo tuvieran razón y la
risa sea el arma del diablo para llevarnos a su terreno (¿habéis
visto/leído El Nombre de la Rosa? Deberíais. Sobre todo leerlo. En
serio, leedlo), pero si es así, anda y que le den a todo. No pienso
aburrirme toda la vida, me reiría aunque de verdad fuera pecado.
Hablando de series de gente estreñida,
por ejemplo, Outlander. Sabéis que me encanta esa serie. Sabéis que
el pelirrojo es el hombre de mis sueños. Y lo que no sabéis es que
la última temporada me ha aburrido soberanamente. Además, me leí
los libros y una de las cosas que siempre se dice de él es que tiene
mucho sentido del humor, que se ríe mucho, que hace bromas, que
canta aunque lo haga mal, que tiene un carácter súper agradable.
Bueno, pues no. Constante cara de culo durante toda la temporada. Eso
añadido a dos (sólo dos) escenas de sexo aburrido y soso y a no
verle en pelotas en ningún momento. No siquiera con el kilt. Así
no, tío, así no.
De todas formas, tengo la sensación de
que siempre se critica a los personajes que dan el contrapunto
cómico, a las escenas más relajadas de ambiente, a las bromas.
Siempre se infravalora a las comedias y se da mucho bombo a los
dramas. Por qué, es algo que desconozco.
Por ejemplo, anda que no le ha caído
caña a Tormund (Juego de Tronos) por tener siempre el punto más
risueño y más bromista de de serie. Y es un personaje fantástico y
de una consistencia monumental. Pero oh, no, mejor cualquiera de los
otros que no sonríen ni por asomo. Qué cansancio, de verdad.
Otro ejemplo son las modelos. Te miras
una fotos del catálogo de cualquier marca de ropa y te dan ganas de
cortarte las venas. Todas lánguidas, sosas, con cara de asco, en
posturas absurdas y con gesto de oler a pedo. No sé qué estrategia
de márketing es esa, pero desconfío de ella.
Y todo este rollo para dos
conclusiones: ved Lucifer (está en Netflix) y enamoraos del diablo.
Y sonreíd más, coño, que es gratis.
yo siempre digo que una persona que sonríe te cae cien veces mejor que una que no lo hace. hay sonrisas exuberantes, tímidas, traviesas... pero todas molan. la tuya es muy bonita. ;)
ResponderEliminarbesos!!
Gracias :)
EliminarYo también veo la de Lucifer, pero a diferencia de tu opinión, yo creo que no escogieron bien. En general, sí, me gusta, sobretodo cuando se pone serio y va de malo (a ver de que va a ir si no!!!) pero si te fijas... es como un poco bizco. Hay escenas en las que no sale nada bien, y me paso más rato mirándole el ojo distraído que la serie. (que por cierto, para el final de ella se me está haciendo pesada....)
ResponderEliminarDe outlander, como te dice en twitter, de momento solo he conseguido ver el primer capítulo. Imagino que en algún momento seguiré intentándolo, pero... no será ahora.
Un beso
Conozco yo un chico que mira, es que qué guapo, qué esbelto, de verdad, está tremendo; hablas con él diez segundos y se te pasa. No sonríe, no interactúa, es un rancio de mucho cuidado. No hay aspecto físico que salve eso.
ResponderEliminarYo quiero ver Lucifer, pero al menos aquí en Netflix Londres solo está la temporada cuatro. Y claro, empezar a mitad de serie pues no es plan :(
Pues yo he intentado verla en alguna ocasión, pero no acaba de convencerme. En cuanto al tema de la sonrisa, pues es verdad que a veces una sonrisa hace más que unos buenos abdominales.
ResponderEliminarTe dejo mi blog, por si quieres pasarte
j-martinez-aznar.blogspot.com
el porder increible del sentido del humor. Viva Chandler
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