Bueno, por fin estoy en Madrid. Es curioso como suelo estar
deseando salir de aquí y una vez que lo hago, estoy loca por volver. Maldita
ciudad adictiva.
Como os podréis imaginar, un fin de semana con Flumi y una
boda de por medio tiene miga. En muchos momentos, lo único que pensaba era “esto
da para un post”. Y sonreía malignamente, muejejeje…
Hoy os voy a contar una parte, motivada por otra cosa que ha
pasado y dejo como guinda del pastel. El asunto es que he estado pensando… ¿qué
es eso que nos hace decir sí o no a si nos gusta alguien? ¿hay que luchar por
la persona que nos gusta o si recibimos una negativa hay que pasar página y
punto final?
Yo en la boda decidí pasarlo bien y dejar que Flumi hiciera
lo que quisiera. Eso provocó que tomara más gintonic de la cuenta y me diera el
coñazo buena parte de la noche, pero eso lo dejo para otro post. El caso es que
él pensó que lo mejor era decir la verdad, es decir que somos amigos y punto sólo
a sus primos. Y a los tíos y demás gente mayor dejar que pensaran lo que les
saliera de las narices. Como es normal, todo el mundo creyó que éramos novios. Y
a mí me la pelaba mucho. Es gente que seguramente, nunca vuelva a ver, así que
por mí como si me dan por su amante y abnegada esposa.
En un momento de la noche, fui al baño. Y me crucé con un
tipo joven y relativamente atractivo, totalmente descamisado, con la corbata
colgando por la espalda y demás indumentaria típica de borracho. Semejante interfecto
se puso a hablar conmigo. Y al parecer el elevado nivel de alcohol en sangre le
dio alas para no poner filtro entre su cabeza y su boca. Me soltó perlitas al
estilo de “si no tuviera ciertos compromisos te iba a decir un par de burradas”.
Claro. Quién se resiste a esas lindezas. Mientras yo le pegaba cortes y él seguía
dándome la brasa con que nos fuéramos él y yo por ahí (supongo que a un
descampado, dada su fineza y elegancia), conseguí que me explicara cuáles eran
sus “compromisos”. Y habéis acertado: estaba casado. Para mí, la conversación
habría acabado mucho antes, pero desde luego, en ese momento ya no quería oír
ni una palabra más. Así que le dije que me dejara tranquila, que si tenía una
mujer hiciera el favor de respetarla. Y el menda me soltó no sé qué de que si
tenía problemas, que si su mujer debería respetarle a él también y no sé qué y
no sé cuantas. Así que me mosqueé y le dije que no me contara sus problemas
maritales, que como podría comprender, hablándome mal de su mujer no hacía otra
cosa que conseguir darme más asco. Qué poco hombre, coño ya.
Pero huyendo de él, me dí de narices con otro tipo con
semejante indumentaria a la que hay que sumar unos tacones prestados. Flumi y
su primo estaban hablando con él. Era un chico muy guapo que me había guiñado
el ojo dos o tres veces y me había sonreído sin parar. Así que se la pintaron
calva para tratar de ligar conmigo. Y queridos hombres del mundo, vuestro
estado de embriaguez es directamente proporcional a las pocas o nulas posibilidades
que tenéis de ligar conmigo. A más borrachos, más lejos va a huir Naar, así de
sencillo. Y el tío dale que te pego. Trató de que le diera mi móvil, pero le
conté una milonga y al final Flumi le dio el suyo. Y me repitió como veinte
veces su nombre y apellidos para que le agregara a facebook. Por cierto, no lo
recuerdo, debí prestar una atención de cojones. Y por más largas que le daba y
más veces que le decía lo mucho que pasaba, el muy cansino más insistía.
Cuando por fin llegué a Madrid, recapacitando un poco sobre
el asunto, llegué a la conclusión de que el alcohol lleva a hacer este tipo de
cosas. Y otras peores, supongo. Yo nunca he necesitado beber para hacer
capulladas, pero imagino que la intoxicación etílica da alas a la estupidez
humana.
O no, claro. Y aquí llegamos al remate de la historia. Porque una vez en casa, estuve echando un ojo
a los correos y tal. Y oh, sorpresa, tenía un mail. Del tío más pesado que he
conocido nunca. Hablé de él aquí, porque le conocí en el speed datting de
febrero que aún colea. Y luego os expliqué también aquí que hasta las narices de él,
le había mandado a la mierda y le había dicho que tenía novio. Ea, pues como le
bloqueé de wasap, me manda un mail. Así, con dos pelotas bien gordas. Y más de
lo mismo, que cómo me va, que si estoy bien, que si aún se acuerda de mí, que
si le gustaría hablar conmigo de nuevo. Colega, que no me molas. Que NOOOOOO. Pesao,
que eres muuuu pesao. No le he contestado, pero algo me dice que aún tendrá
cojones de volver a la carga. Hay que reconocerle que es un plasta, pero que
los tiene cuadrados. Y ya no sé qué decirle a parte de que me deje de acosar o
mandaré a tres rumanos a partirle las piernas.
Y todo esto me lleva de nuevo a pensar en mis dudas
iniciales. ¿Los hombres quieren que nos resistamos y nos hagamos las difíciles?
¿Aún perdura la idea de que las mujeres decimos que no cuando en realidad
queremos decir que sí? ¿Piensan acaso que la insistencia funciona? ¿Creen que
queremos caballeros andantes dispuestos a batallar sin fin por conseguir
nuestro amor? ¿Qué hay que hacer para que nos dejen tranquilas y hacerles
entender que no es no?
Conclusión: hombres del mundo, no estoy receptiva. No quiero
rollos. No quiero amantes. No quiero novios. No quiero nada. Y cuando lo
quiera, os lo haré saber o al menos lo daré a entender. Si digo que no, es que
no. NO, cojones, NO.
Jajajajajaja!!! Qué bueno! Naar peleando con capullos integrales! xD Para escribir un libro, oye! xD
ResponderEliminarNo puedo opinar por que nunca me ha pasado (es lo que tiene ser un cardo borriquero hija...)
Pero tiene que ser un auténtico coñazo tener a un tocapelotas jodiéndote la noche y encima que no se dé por aludido cuando le dices que no.
Bss
Jajaja Naar, menudo exitazo xD Fuiste a dar con lo mejor de la boda xDDD
ResponderEliminarTe diría que esa negativa de los hombres a aceptar un rechazo viene provocada en parte por la creencia instalada en la mente de muchas mujeres de que no hay que decir que si de primeras a un chico que te guste, para darte a valer, pero los que suelen insistir suelen ser garrulos sin más, que creen en la técnica del acoso y derribo.
ResponderEliminarPersonalmente, me he encontrado con más de una, de dos y de tres chicas que tras haberme dicho que no y haber puesto yo pies en polvorosa, me han comentado a posteriori que por qué no les insistí. A mi esas chorradas no me valen.
Yo creo que me perdí capítulos aquí, dónde va el Ross y los hijos que ibais a tener? A veces estás en la época del no y punto, no hay que forzar. Lástima no poder ver fotos de los susodichos, seguro que son un cuadro. Biquiños!
ResponderEliminarBuff que conjunto de fue a tocar XDes que de verdad si un chico quiere ligar que no beba , yo pienso lo mismo , cuanto mas alcohol mas lejos!!
ResponderEliminarLa insistencia nunca funciona porque pasas de persistente a plasta insoportable o incluso acosador según la actitud. Quizá cuando eres adolescente y estás románticamente enamorado resulte comprensible aunque con las mismas probabilidades de éxito. Lo de los borrachos adúlteros ya ni te cuento. Lo único de esta estrategia que me gusta es cuando Wolowitz (Big Bang Theory) dice: estoy a medio camino de conseguir un polvo por compasión.
ResponderEliminarEl de la corbata me ha matado sobre todo por la caballerosidad que vuelca en la conquista. Primo lejano de Don Juan Tenorio, fijo... Yo nunca he sido muy de sutilezas. Si me mola, me mola y si no, pues no. Es cierto que hay mujeres a las que les gusta eso de hacerse un poco de rogar pero creo que debe ser clara la diferencia entre ser un poco pizpireta y mirar con mirada de asco o con instintos asesinos, digo yo... Besotes!!!
ResponderEliminarJjajaajjajaajaaa! Miralo por el lado bueno, los dos petardos esos te han dado para escribir una entrada en el blog. Y si, no sé que manía con "si dice no en realidad está diciendo que sí". Vamos a ver hombres del universo: que eso es de bipolares, leñe!!!!!
ResponderEliminarUn beso!
Jajajajajajajajaja qué cansinos los tíos!
ResponderEliminarUff yo tampoco entiendo esa persistencia... pase lo de los tíos de la boda porque estaban borrachos y todos perdemos un poco la dignidad cuando vamos contentillos pero el del speed datting... madre mía que cosa más pesada. Si algún día te da el sirocco y piensas en quedar con él ¡no lo hagas! tiene un montón de puntos para psicópata obsesivo.
ResponderEliminarY si necesitas alguien que le pegue avisa, que conozco un par de rumanos cachas.
jajjjaaa... engaaaaa... el alcohol en estos casos es lo peor!!! pero vamos, que al tío del email ya le vale... oye, pero que a lo mejor sólo quiere ser amigo... te lo digo yo...
ResponderEliminarvenga y ross???? todo bien?? no etara por africa??
un besic!!
Bieeeeeeen, habemus post after-bodorrio de Naar!! La verdad es que yo al tío de la corbata lo hubiese despachado mucho más rápido que tú, ¡hombre ya! Cuando se ponen pesaditos, no hay quien los aguante. Pero veo que el otro fue algo más simpático. Al menos, no tuvo las malas maneras del otro. Lo importante es que te lo pasaste bien, que Flumi también se lo pasó bien, y ya está. Que te quiten lo bailao.
ResponderEliminarPor cierto, me debes un correíllo de los tuyos. Mi bandeja de entrada suspira por tí (?) Jajajaja. No, en serio. Sin ninguna prisa :)
Un besazo!!
Uys, la verdad es que es un mundo del que ya me he olvidado, pero sí...
ResponderEliminarYo me enamoré de mi Contrario porque tuve que ser yo quien le conquistara ^^