Os he contado medio de pasada que estoy
medio trabajando con una niña y su familia. Todo surgió porque a mi
amigo el poli su madre le contó el caso de una amiga que tiene una
hija preadolescente con un comportamiento un poco chungo que
necesitaba ayuda y no sabía qué hacer. Él sabe lo mal que lo estoy
pasando económicamente y por estar en paro y me dijo que si me
interesaría hacerme cargo del tema. Yo dije que sí muy ufana, pero
luego me entró el chungo.
Hace años trabajaba con adolescentes a
diario. Con niños de familias totalmente desestructuradas, con
problemas legales, emocionales y psicológicos graves. Y lo hacía
muy bien. Pero hace tiempo de todo aquello. Y me dio por pensar que
igual había perdido esa “magia” que tenía para hacerme con
ellos. Me pasé dos días dándole vueltas a la cabeza. Igual me
venía súper grande y no sabía que hacer. Igual me sentía perdida
y asustada y empeoraba la situación más todavía. Igual tenía que
salir de allí con el rabo entre las piernas y las orejas gachas.
Igual todo lo que creía que supe hacer, había sido un espejismo.
Sin embargo, como soy una intrépida
inconsciente, fui a la entrevista inicial con la familia. Identifiqué
los problemas principales y empecé la terapia. Tres semanas después
la niña me adora, la madre está encantada y a pesar de que es un
trabajo a largo plazo, las cosas han mejorado claramente. Y mi ego
está un poco por las nubes. Sigo siendo buena en lo mío. Sigo
teniendo ese “don”.
El viernes quedamos para unas cañas en
Casa Paco mis amigos y yo. Entre toqueteos a la barriga de Reichel y
bromas y comentarios sobre la boda de Bombita y los demás
acontecimientos recientes, tuve un rato de charla con Flumi. Nos
acercamos a mi coche a por una cosa y nos quedamos en la puerta a
fumar un cigarro. Me dijo que le han ofrecido trabajo en Tomarpor de
arriba y que lo está pensando. Flumi es un tipo muy válido, muy
inteligente, muy trabajador, muy, pero que muy bueno en lo suyo. Y
sólo encuentra trabajos de mierda. Le conté lo mío. La niña, la
ilusión, la confianza recuperada y sin embargo, la sensación de que
siendo cojonudos en lo nuestro, nos estemos comiendo la mierda.
Porque si fuéramos unos negados, diríamos, bueno, estudié esto
pero me equivoqué porque no valgo para ello, no lo hago bien. Pero
cuando eres tan bueno, dices, joder, pues qué mierda. Estoy
desperdiciando mi vida, mi talento y mi todo. Nos entendimos como nos
entendemos él y yo.
Y bueno, eso. Que estoy contenta por
recuperar esa confianza en mí misma y reafirmarme en que no me
equivoqué al elegir profesión. Pero me da pena trabajar dos horas a
la semana y no poder hacer a tiempo completo lo que realmente me
gusta, lo que realmente hago bien.
En fin, al parecer nunca puedo tener un
sentimiento sin tener también el contrario y cincuenta más
relacionados con el tema.
Ya te llegará algo a tiempo completo, ya lo verás. Mientras tanto, al menos un ratito te estás dedicando a lo que te gusta y eso siempre está bien. Un besote!!!
ResponderEliminarOjalá te llegue algo de verdad...
ResponderEliminarPero me alegro de que hayas recuperado la confianza!! Imagina... yo pierdo la confianza de una guardia a otra... y eso que pasan solo 10 días... jajaj :p Así que entiendo que después de un tiempo sin ejercer se tenga eso.. (de hecho, de mi primera carrera, solo me atrevería a algunas cosas con poca repercusión... otras... no... )
Me alegro un monto que no pierdas tu magia . un beso nar
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