domingo, 28 de octubre de 2018

El colifloro y el polvero


Bueno, pues ya pasó la boda de Reichel. Me lo pasé mejor de lo que pensaba, comí fatal y todo el mundo me dijo lo mona que iba con mi estilismo y mi colifloro de la cabeza. Y superé el catarro lo suficiente para ir medio mona, taparme las ojeras con potingue y no llevar la nariz de payasa a juego con el vestido.
Lo de la puñeta de la cabeza fue una historia. Porque después de consultar a todo el mundo, de darle mil vueltas, de hacer una encuesta en twitter y de hasta soñar con el tocado-pamela-loquefuera, cuando al fin me decidí y fui a comprarlo a la web, estaba agotado. Así que me cabreé, me metí en otra página random y compré el primero que vi y me gustó junto con unas flores que me parecieron monas. Y punto. A la mierda. Tanto pensar pa ná. Si es que no sé para qué me molesto, si yo no valgo para planificar nada. Así que lo encargué medio a ciegas y halayá, alamierdahombre.
Cuando había pasado una semana y seguía sin colifloro y se me echaba el tiempo encima, llamé al señor de la tienda, que resultó estar en Tomares, pueblo de la Sevilla profunda, por lo que el señor de Tomares hablaba sevillano profundo y no le entendí una mierda. Y a ver, que el Niño es sevillano, que estoy acostumbrada al acento... pero lo único que conseguí sacar en claro era que había llegado y que lo había recogido "alguien". Me dio un miniataquito tipo "lo ha recogido alguno de los vecinos que me odian y ahora tengo una bonita caja llena de confeti de colifloro. Así que crucé los dedos para que lo tuviera el pobre hombre que tiene un almacén de materiales de construcción enfrente de mi portal y que recoge todo lo que pido por internet. Y se lo agradezco profundamente.

**Inciso**
Una de la primeras veces que fui a Sevilla con el Niño, me encontré un cartel enorme en una puerta que ponía “POLVERO”. Me dio la risa tonta y le pregunté a qué diablos se dedicaba ese hombre y por qué lo publicaba con tanta alegría. El Niño, atónito, me dijo que vendía polvos. Yo seguí riéndome sin entender que lo dijera así con tanta alegría. El Niño, cada vez más convencido de que yo estaba loca y era gilipollas a partes iguales, me dijo “claro, como el de enfrente de tu casa”. Por un momento, no entendí nada, yo qué sé a qué se dedican mis vecinos de enfrente. Y si venden polvos, desde luego no lo publican alegremente. Tras un rato de confusión, llegamos al entendimiento de que alguien que vende polvos no es lo que yo pensé, si no que vende cosas en polvo para construcción, como cemento, yeso y demás. O sea, que el hombre de los materiales en realidad era un polvero. Y que el polvero que tenía el cartel en su casa tenía un trabajo más honrado y menos divertido de lo que me había podido parecer en un principio. En fin, qué riqueza el castellano, oiga.
**Fin del inciso**

Volviendo a la historia inicial, que mi tocado-pamela-loquefuera lo tenía el señor polvero de enfrente. Lo recogí y lo monté encerrada en el baño porque Maya no hacía nada más que robarme las flores y salir corriendo con ellas por el salón como alma que lleva el diablo. Y quedó bastante bien. Pero como no me gustan esas cosas, me lo puse para la ceremonia, me hice las fotos reglamentarias y lo mandé a la porra.

Por lo demás, la boda fue estupenda, me alegré mucho de encontrarme a mucha gente de hace años, de ver a Reichel tan guapa y tan feliz, de bailar con el Niño y de abrazar un poco a mis gordos y borrachos amigos.

Y por fin, se pasó la temporada de bodas 2018. Hasta el verano que viene no tenemos la siguiente, así que puedo respirar medio tranquila una temporadita. Al menos económicamente. Porque poco a poco, les he cogido el gusto y hasta he aprendido a pasarlo bien en los bodorrios. Ir con el Niño las mejora en un 300% y las últimas las he disfrutado. Jatetú, quién me lo iba a decir.

Por cierto, hay fotos mías y de mi colifloro en Instagram y Twitter, si alguien quiere verme hacer el ridículo, están ahí. Y si necesita más, que me avise, pero esa me niego a publicarla en el blog.

7 comentarios:

  1. me alegro de que lo pasaras bien!! y que te recuperases del catarro, que parece una tontería pero te puede arruinar un evento. seguro que estabas muy guapa.
    leí una vez que en los tebeos de bruguera prohibieron la palabra 'polvo'. lo que me extraña es que en la época de franco ya se usara con ese significado, yo creía que eso era algo más moderno. :D
    besos!!

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  2. ¿Y cómo te busco en instagram y twitter? Es que no quiero perderme el colifloro ;)

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    Respuestas
    1. en Twitter, aunque está enlazado por ahí arriba soy @Naar_Blog
      En Instagram me he dado cuenta que tengo el acceso restringido, así que, de momento vale con el Twitter :)

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  3. Y que vivan los novios!!!! :) un saludo.

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  4. Te vi en twitter e ibas monísima oye!
    Lo de los polveros no lo había oído en mi vida, en los barrios bajos de mi ciudad el que vende polvos ni es tan honrado como tu vecino de enfrente ni es tan gracioso como el oficio que habías imaginado jajaja.

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  5. qué gracia lo de los polveros o_o

    estuvimos el finde en Madrid y Alter nos llevó a un sitio al que había ido contigo y nos gustó mucho... tapas gratis con la bebida... algo impensable en BCN! xD

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  6. El polvero... no lo había oído en la vida. Aunque la verdad es que no sé si aquí en Madrid tenemos una palabra específica para referirnos a los que venden cemento y demás insumos de construcción. A falta de palabra mejor, los empezaré a llamar "polveros".
    Ibas monísima de la muerte. Lo malo de estas cosas es que me temo que tu colifloro se va a quedar en el armario durmiendo el sueño de los justos, como le pasó al tocado que compré para la última boda a la que fui. Besotes!!!

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