Debería estar limpiando. Depilándome.
Haciéndome las uñas. Cociendo patatas para hacer un perolo grande
de ensaladilla rusa.
Debería estar haciendo un montón de
cosas, pero sin embargo, he decidido sentarme a escribir. Después de
¿un mes? ¿dos? Ni sé el tiempo que hace. Que diréis, si es que
queda alguien que aún lea blogs y llegue aquí, pues para qué te
pones justo hoy después de tanto tiempo, si ya da igual. So mongola.
Pues ya lo sé, pero mira. Es lo que
hay. Es el tipo de cosas totalmente Naar-stile.
También puede que alguno de esos
hipotéticos lectores diga que las cosas que tengo que hacer no son
tan importantes. Hacerse las uñas es algo que siempre he considerado
una pérdida de tiempo. Y no voy a entrar en el debate de la
depilación, pero tampoco es algo a lo que me guste dedicar mi
tiempo. Lo de limpiar ya es una cuestión de sanidad y lo de las
patatas tiene su aquél, que la ensaladilla rusa es algo que nunca
sobra. Pero es verdad que podrían parecer banalidades...
Si no fuera porque el martes me medio
caso y necesito ir depilada, tener unas manos decentes y mis futuros
medio suegros vienen a conocer mi casa y la ensaladilla es lo que van
a cenar cuando lleguen de su viaje desde Dorne.
Lo de que medio me caso es extraño. En
realidad sólo me hago pareja de hecho. Que me causa risa el nombre. Pareja de hecho. De hecho, somos pareja. Supongo que sin este papel eres pareja, pero de hecho, no. En fin, lo que sea. El hecho (jejeje) es que contando con mis
antecedentes de novia a la fuga, es un paso bastante grande. Y me
siento rara, porque no estoy tan nerviosa como podría esperarse de
alguien como yo, ni tan emocionada como podría esperarse de alguien
normal, pero me estresa un poco. Sólo vamos a ir el Dorniense (a.k.a
el Niño Chico), mis padres y mis dornienses suegros, pero ay. Ay.
Que tengo un montón de cosas que hacer y sigo aquí tecleando con
furia con mis dedos pellejosos y mis uñas desiguales mientras Ron
duerme en mis piernas peludas y las pelusas campan a sus anchas por
el salón.
Supongo que por eso no cierro el blog
del todo. Porque a veces, por la razón que sea, necesito volver
aquí. Necesito venir a contar algo, a refugiarme, a encontrarme en
viejos post. Necesito aún este espacio mío, sólo mío, donde llevo
tantos años vaciándome el cerebro y el alma a borbotones. Necesito
perder un rato de limpiar, cocinar y depilarme para escribir y
ordenar ideas, relajarme y ser yo misma.
No sé lo que tardaré en volver a
escribir. Igual dos días, dos semanas o dos meses. Pero volveré.
Creo que siempre volveré.
Dejate de tanto "debería" y disfruta el momento. Con o sin pelusas, con o sin pellejos, con o sin ensaladilla, todo sigue hacia adelante, así que nada de angustiarse ni de darse a la fuga.
ResponderEliminarNo sé cómo decirte lo mucho que me alegro por tí (por vosotros).
Besotes gordos de la ameba ����
No abandones el blog, unos cuantos nos seguiremos metiendo con más o menos asiduidad para poder seguir leyéndote .
ResponderEliminarPor cierto, enhorabuena! Ojalá todo te vaya bien. Un saludo.
Con el blog estoy igual, es la misma sensación, necesito tenerlo ahí para escribir cuando surja. La última hace casi un mes. Y lo vuelvo a dejar en barbecho porque sé que en algún momento vuelvo.
ResponderEliminarEn cuanto al de hecho, pues es lo mismo que casarse, me he quedado sorprendida!!, vaya cambio en ti, no?. Me quedo con ganas de saber cual ha sido la motivación.
Un beso y felicidades
no certificará la relación ni cambiarán los sentimientos... pero un poco de protección legal nunca viene mal! así que enhorabuena a los dos ^^
ResponderEliminarNada cambia por un papel, los cariños no se escriben, se muestran. Pero como bien dice Remorada, nunca está de mal un algo legal. Enhorabuena!!!
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