domingo, 10 de marzo de 2019

De hecho


Debería estar limpiando. Depilándome. Haciéndome las uñas. Cociendo patatas para hacer un perolo grande de ensaladilla rusa.
Debería estar haciendo un montón de cosas, pero sin embargo, he decidido sentarme a escribir. Después de ¿un mes? ¿dos? Ni sé el tiempo que hace. Que diréis, si es que queda alguien que aún lea blogs y llegue aquí, pues para qué te pones justo hoy después de tanto tiempo, si ya da igual. So mongola.
Pues ya lo sé, pero mira. Es lo que hay. Es el tipo de cosas totalmente Naar-stile.
También puede que alguno de esos hipotéticos lectores diga que las cosas que tengo que hacer no son tan importantes. Hacerse las uñas es algo que siempre he considerado una pérdida de tiempo. Y no voy a entrar en el debate de la depilación, pero tampoco es algo a lo que me guste dedicar mi tiempo. Lo de limpiar ya es una cuestión de sanidad y lo de las patatas tiene su aquél, que la ensaladilla rusa es algo que nunca sobra. Pero es verdad que podrían parecer banalidades...
Si no fuera porque el martes me medio caso y necesito ir depilada, tener unas manos decentes y mis futuros medio suegros vienen a conocer mi casa y la ensaladilla es lo que van a cenar cuando lleguen de su viaje desde Dorne.
Lo de que medio me caso es extraño. En realidad sólo me hago pareja de hecho. Que me causa risa el nombre. Pareja de hecho. De hecho, somos pareja. Supongo que sin este papel eres pareja, pero de hecho, no. En fin, lo que sea. El hecho (jejeje) es que contando con mis antecedentes de novia a la fuga, es un paso bastante grande. Y me siento rara, porque no estoy tan nerviosa como podría esperarse de alguien como yo, ni tan emocionada como podría esperarse de alguien normal, pero me estresa un poco. Sólo vamos a ir el Dorniense (a.k.a el Niño Chico), mis padres y mis dornienses suegros, pero ay. Ay. Que tengo un montón de cosas que hacer y sigo aquí tecleando con furia con mis dedos pellejosos y mis uñas desiguales mientras Ron duerme en mis piernas peludas y las pelusas campan a sus anchas por el salón.
Supongo que por eso no cierro el blog del todo. Porque a veces, por la razón que sea, necesito volver aquí. Necesito venir a contar algo, a refugiarme, a encontrarme en viejos post. Necesito aún este espacio mío, sólo mío, donde llevo tantos años vaciándome el cerebro y el alma a borbotones. Necesito perder un rato de limpiar, cocinar y depilarme para escribir y ordenar ideas, relajarme y ser yo misma.
No sé lo que tardaré en volver a escribir. Igual dos días, dos semanas o dos meses. Pero volveré. Creo que siempre volveré.

5 comentarios:

  1. Dejate de tanto "debería" y disfruta el momento. Con o sin pelusas, con o sin pellejos, con o sin ensaladilla, todo sigue hacia adelante, así que nada de angustiarse ni de darse a la fuga.
    No sé cómo decirte lo mucho que me alegro por tí (por vosotros).
    Besotes gordos de la ameba ����

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  2. No abandones el blog, unos cuantos nos seguiremos metiendo con más o menos asiduidad para poder seguir leyéndote .
    Por cierto, enhorabuena! Ojalá todo te vaya bien. Un saludo.

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  3. Con el blog estoy igual, es la misma sensación, necesito tenerlo ahí para escribir cuando surja. La última hace casi un mes. Y lo vuelvo a dejar en barbecho porque sé que en algún momento vuelvo.

    En cuanto al de hecho, pues es lo mismo que casarse, me he quedado sorprendida!!, vaya cambio en ti, no?. Me quedo con ganas de saber cual ha sido la motivación.

    Un beso y felicidades

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  4. no certificará la relación ni cambiarán los sentimientos... pero un poco de protección legal nunca viene mal! así que enhorabuena a los dos ^^

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  5. Nada cambia por un papel, los cariños no se escriben, se muestran. Pero como bien dice Remorada, nunca está de mal un algo legal. Enhorabuena!!!

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Estás aquí, has leído... así que comenta hombre ya!!