martes, 16 de diciembre de 2014

La petición absurda

Debido a las peticiones que habéis hecho me veo en el brete de tener que contar lo de mi fallida y bochornosa petición de mano. Que conste que ya dije cosas al respecto aquí. No es un secreto el asunto, vaya.
El caso es que yo nunca he querido casarme. No soy de las que sueñan con vestido pomposo, ni iglesia, ni flores ni nada de nada. Me parece estupendo que la gente se case y haga lo que le dé la gana, pero esas cosas no son lo mío. A mí me agobian las familias, los compromisos, las fiestas, los preparativos, los planes a largo plazo, las fechas cerradas. Así que no, no es mi rollo.
De todos modos, llamadme loca, pero a mí lo de “pedir matrimonio” me suena fatal. ¿Cómo que pedir? ¿qué es, un favor? Yo no creo que tenga que ser algo que me pidan y yo conceda, creo que es algo que se habla, que se acuerda, que se quiere hacer entre dos. Porque el día de la boda no es nada, es un día, una fiesta y poco más. Lo difícil y lo real empieza luego. Y hay que tenerlo muy clarito, muy seguro y tener una relación muy asentada y sólida. Creo yo, vamos.
Así que sumemos:  yo no quiero casarme, no me gustan las bodas, las peticiones me parecen algo arcaico y absurdo y para colmo, ni siquiera me iba especialmente bien con el desequilibrado. El acabose, oiga.
Y durante tres años, el zumbado de los cojones de mi ex me oyó decir todo esto cientos de veces. Me vio despotricar de cada boda a la que fuimos. Jamás de los jamases me vio una ilusión al respecto. Pero como él iba a su bola totalmente, decidió de manera unilateral que quería casarse. Porque sí, porque él lo molaba fuerte. Y para colmo se casaron mis amigas del pueblo. Y sus primos. Y algunos amigos cercanos. Así que culo veo, culo quiero.
Un año antes del terrible altercado en Roma, ya tuvimos la bronca del siglo porque por razones que ahora no vienen al caso, salió el asunto de que iba a pedirme matrimonio tras la boda de una amiga mía de Pueblodelsur. Le pillé antes de que lo hiciera y le dije textualmente, que menos mal que no había llegado el caso porque le habría dicho que no y se hubiera armado bien gorda. ¿Creéis que eso le hizo desistir de su absurdo empeño? Noooooo. ¡Claro que no!
Así que un año después, me regaló un viaje a Roma en mi cumpleaños. Y yo me olí la tostada, pero no quise creerme a mí misma. No podía ser tan ridículo todo. ¿Por qué Roma? Él sabrá. Yo ya había estado y sí, me gustó mucho, pero no es la ciudad de mis sueños ni me impactó especialmente. Pero vale, Roma, lo que sea. Pasamos el primer día bien y yo me relajé un poco. Pero llegó el segundo día. Visita al Vaticano, paseos, cena en el Trastévere. Ví que tenía un empeño muy raro en cenar en un sitio bonito y romántico. Y yo como, “pero qué querrá este tío, si sabe que yo no ceno nunca y que lo único que quiero es un té caliente y volverme al hotel que me matan los pies”. Pero no, erre que erre. Hasta que cenamos en una terracita y después de insistirme en que cenara y me tomara una copa de vino o de algo (cosas que no hice) me dijo que había soñado con que esa noche cenara con él y tomáramos una copa como en las películas. Sí, muchas películas de mierda había visto este tipo en su vida.  Y entonces siguió hablando, aunque apenas recuerdo nada porque a medida que lo iba haciendo yo valoraba seriamente la posibilidad de salir corriendo. Correr, correr lejos. Yo, que no acelero el paso ni para evitar que  me atropellen, pensando en batir el récord de Ussain Bolt.
Y entonces, tachán, anillo de brillantes y frase tópica. Y yo queriéndome morir allí mismo. Ojalá la tierra se hubiera abierto bajo mis pies y yo hubiera aparecido en Australia. Ojalá hubiese podido salir corriendo de verdad como me gritaba mi mente en lugar de quedarme totalmente petrificada. Sólo acerté a decir eso, “no me jodas, no me jodas, no me jodas Desequilibrado, no me puedes hacer esto”. Después de eso cerré la boca y no la volví a abrir hasta que volví a Madrid dos días después.
El resto, como diría aquél, es historia.
Y hay quien dice que todo esto es porque él no era la persona adecuada. Que no, no lo era. Pero no es sólo eso. Es que yo hablo bien claro. No digo una cosa para que se haga la contraria. Y si llevo toda la vida diciendo algo, lo mínimo que espero es que se me escuche y se me respete. Si realmente tu sueño es casarte y tener hijos, yo no soy la persona con la que quieres estar. Si por el contrario me quieres a mí, asume y acepta que nunca seré la mujer ilusionada por un anillo y un vestido estilo merengue que quizás se espera. Pero las dos cosas no son compatibles. Así que elige. O vete a la mierda, lo que prefieras. Pero no me obligues, no me presiones, no me acorrales. Porque para mí fue un momento horrible por todas estas razones, pero sobre todo porque me sentí contra las cuerdas. En plan “esto es lo que tienes que querer, quiérelo. Y si no lo quieres, será tu culpa, todos seremos infelices porque no has querido lo que debías, so puta”.
Y seré rara (vaya novedad) o estaré loca, o lo que sea, que tres cojones me importa, pero en contra de lo esperable, uno de los peores momentos, más vergonzosos, más abochornantes, más agobiantes y más irritantes de mi vida fue esa estúpida pedida de mano. Por mucho que a la gente le sorprenda. Y aunque no creo, no sé si algún día llegaré a casarme porque como he dicho varias veces, no creo en el futuro y no sé qué será de mí mañana, pero puedo asegurar que no será en ese plan ni con petición ridícula de por medio. Eso garantizado.

Pues hala, ya sabéis la historia. Si queréis saber más cosas de mi pasado más estúpido, sólo tenéis que decirlo, el buzón de sugerencias de Naar se encuentra disponible.

10 comentarios:

  1. Jajaja buenísimo!!!

    Oye, de la mía no despotriques, que te echo a Ferny y que haga justicia xDDD

    Besos

    31+2

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  2. jajaja ays madre... ahora leído me ha dado penilla... y eso que estaba deseando leerlo!!
    Pues... te comprendo. La verdad es que el momento debió de ser horrible... jaja ¿él no dijo tampoco nada más en los dos días siguientes?
    A mí sí me gustaría casarme, pero sin pomposidades. Por mí, como si me caso en pijama y con sólo los testigos de rigor.
    En fin... jaja

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  3. Aunque está claro que pasaste bastante bochorno, me da la sensación (quizás me equivoco) de que esto no fue más que "la gota que colmó el vaso". Vamos, que no era el chico de tus sueños ya de antes, y con esto simplemente acabó de rematar la idea. La verdad es que, si ya habías dejado claro que no te gusta el asunto, parecía claro que no era buena idea pedirlo y encima con tanto adorno.

    En lo que si que estoy de acuerdo contigo es en que no tiene sentido pedirlo "unilateralmente", sino que casarse tiene que ser una cosa que hayan hablado los dos y hayan decidido juntos. Nunca entendí esas pelis americanas en las que piden matrimonio "por sorpresa" y hasta esconden el anillo en una copa de champagne o algo así para que ella no lo sepa hasta el último momento. No me extraña que luego se divorcien tanto... xD

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  4. Menuda situación... la verdad es que contándolo como loo cuentas el no me da nada de pena, porque una de dos o era tonto o nunca te escuchaba porque como podía pasarle por la cabeza que ibas a decir que si??¿¿
    La verdad es que viéndolo como lo veías tu y viéndolo como lo veía él parece que tenias cero futuro y nada en común. Y por mucho que digan que los polos opuestos se atraen, que mínimo que tener un proyecto común de vida. no?

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  5. Ay madre, qué momento más incómodo... Desde luego, qué poca vista el desequilibrado...

    Besos!

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  6. Jaja! Muy bueno!
    Veo que no soy la única a la que no le gustan las bodas :P

    Besos

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  7. Roma ya no tiene el poder que tenía antes XDDDDDDDD
    Tienes razón, eso de pedir matrimonio , como que no. Puedes pedir 10€, pero matrimonio... Y lo de pedir la mano al padre de la novia, tampoco. Para eso es mejor regalarle un taladro, y ya te lo has ganado.
    (Yo tampoco quería, pero no tuve elección)
    Besos!!

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  8. A mí no me llama nada la atención tampoco, aunque no termino de descartarlo (eso sí, sin pedida ni bodorrio por todo lo alto). No sé si reaccionaría igual ante semejante situación pero entiendo que si lo has dicho por activa y por pasiva y pasan de ti, pues es para cabrearse, la verdad. Supongo que pensó que, al verte en la situación, te ablandarías. Habrá con quien funcionen esas cosas. Jajajaja. Besotes, guapa!!!

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  9. Virgen santa. Esa gente a la que le dices claramente lo que hay y les da igual. Madre mía qué percal.

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  10. Es que, para empezar, no entiendo por qué cojones lo hizo si le habías dejado claro que aquello no iba contigo, son ganas de fastidiar. Si a mí me dice mi marido que algo no le gusta, no lo hago, punto. Sí que era desequilibrado sí. Tela
    Me imagino que no lo pasarías bien, cuando algo no te apetece vivirlo y como que te obligan, pues no mola.
    Y que manía de que eres rara, no hay nadie raro corazón, cada uno tenemos nuestras cosas y manías y punto. Y déjate que a los que les encantan las bodas como a mí, por ejemplo, pues no les gustan otras cosas que a lo mejor le gustan a todo el mundo.
    Además, cógete a mi frase para todo: no soy rara, soy edición limitada ;-)
    Besotes

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