Estaba pensando en hacer una etiqueta que se llame “soy patética” para contar este tipo de cosas. Pero como me estoy quitando de hacer anormalidades, no la voy a crear, no sea que vaya a darme alas a mí misma.
La culpa es del insomnio y de haber visto Perdidos anoche a las tantas. Y de estar sola como la una y que nadie me quite las ideas descabelladas de la cabeza. La culpa es de que me acosan los anuncios de san Valentín. La culpa es de cualquiera menos mía.
En fin, el asunto es que como decía, anoche, muy tarde ya, me puse a ver Perdidos. Y salió ese hombre que me pone los pelos como escarpias sólo con verle un amago de esa sonrisa con hoyuelos que tiene. Sawyer, tan malo él, tan rubio, tan estupendo en mitad de una isla perdida… grrrrrr. Es verle y pierdo el norte. Así cualquiera naufraga.
El caso es que de pronto me encontré sola, a las tantas de la mañana y sin un hombre que me consolara. O me quitara el calentón-sawyer creado de la nada. Y de pronto me pregunto, por qué estoy sola. Porque el amor de mi vida es tonto. Porque el tipo con el que más tiempo he compartido en mi vida se piró y en realidad nunca me quiso. Y porque el dueño de mis sábanas hace mucho que no ejerce como tal. Debería conocer más hombres, me dije en mi monólogo insomne. Y no sé cómo, porque trabajo con mis padres, mi vida social se reduce a un par de amigas, amigos gays y no salgo mucho ni alterno en sitios con hombres macizos. Pero ¿cómo coño la gente conoce a sus parejas? Y de pronto, bombilla sobre mi cabeza: las redes sociales. Gracias al feisbuc, he encontrado a gente medio olvidada y me he reído de lo gordos, calvos o viejos que están mis compañeros de adolescencia. Pero no, me refiero a esas otras redes que te buscan pareja directamente: las páginas de contactos. Igual está ahí mi Sawyer esperándome y yo aquí como una tonta.
Así que encendí el ordenador y me puse a crear una cuenta de esas para encontrar el amor como el que encuentra petróleo, que rasca un poco y de pronto su vida es maravillosa.
Debía ser por la hora o por la alteración hormonal o porque repito, no tengo nadie que me quite las ideas chungas que se me ocurren, pero en el momento me pareció una idea estupenda. Me asombré de no haberlo pensado antes. Fíjate, a estas alturas podría estar revolcándome en la cama con Sawyer y no tirándole la pelota al gato. Así que manos a la obra.
Debí empezar a sospechar que esto es una chufa cuando hice el test de personalidad. Oiga, que una tiene sus estudios, preguntando a alguien de qué color cree que es su vida o bajo qué árbol prefiere tumbarse, no se descubren grandes cosas sobre su personalidad. Pero yo, en mi enajenación Sawyer-transitoria, dale que dale a hacer el test. Y se supone que un grupo de eminencias de la psicología (los mismos que lo han elaborado, supongo) lo evalúan y te mandan una explicación sobre tu personalidad. Que por cierto, tarda un par de minutos en llegarte al correo y es un corta-pega de trozos del test. Si ves tu vida color rojo es que eres pasional, si la ves verde, que vives esperanzado, si la ves rosa, que aún no has superado la etapa de la purpurina y del hellokitty. Si te gusta tumbarte bajo un roble, aprecias la seguridad, si prefieres tumbarte bajo un pino es que no tienes miedo a pincharte el culo con sus espinas secas y no temes que te caiga una piña en la cabeza, luego eres un temerario.
Ahora de verdad que me pregunto en qué diablos estaba pensando a parte de en los pectorales de mi hombre-Sawyer. ¿Tanto me trastorna a mí un tío bueno? Y claro, los hombres tienen la excusa de que la sangre se les va a otro sitio y no les riega el cerebro, ¿pero yo? ¿Dónde puñetas tenía yo la sangre?
En fin, que hice el test, me di de alta en la página de marras, me fumé un cigarro terminando de ver el capítulo de Lost y me fui a la cama. Si no hubiera sido tan tarde y hubiera tardado más tiempo en dormirme, posiblemente me habría arrepentido de mi gilipollez y me habría levantado a borrarme inmediatamente. Pero me quedé frita. Y hasta las 10 que Ron ha insistido a cabezazo limpio en que me levantara a darle de desayunar, no he existido para el mundo.
Ahí, entre bizcocho de limón para mí y pienso de gato para Roncete, me he acordado de lo que hice por la noche. Como quien de pronto se despierta tras una noche de borrachera y en medio de su resaca se pregunta qué ha hecho. Me he quedado blanca, con el bizcocho en la mano. No podía ser cierto. Yo no soy así. Yo no busco hombres desesperadamente. Si he rechazado a un par de ellos en la vida real por desgana cómo voy a ponerme a quedar con desconocidos. Con qué sucio, extraño y pervertido fin.
He encendido el ordenador en plan aydiosmio, aydiosmío, aydiosmío…. Que no lo haya visto nadie, que aún no hayan publicado nada…. Tarde. Tres o cuatro pirados ya me habían mandado mensajes y pedido fotos. Lo chungo del asunto es que para ver fotos, o enviarlas tú o mensajearte con alguien, tienes que pagar. Y eso sí que no. Oiga, tengo el coche estropeado, las botas me calan cuando llueve, aún no he pagado la comunidad de este mes ¿y alguien cree que voy a pagar por conocer tíos? Así que la sangre no había llegado al río. De todos modos, tampoco había cargado yo ninguna foto, así que aunque los otros salidos hubieran pagado no podrían verme. He respirado un poco más aliviada y he dado de baja la cuenta. Debo ser su clienta más fugaz, porque no he intentado ver el perfil de nadie, sólo dar de baja, dar de baja, dar de baja.
Cuando ya lo había conseguido, iluminada por la luz del día y sin Sawyer que me confundan, me he sentido mejor. Es verdad que echo de menos cosas de estar en pareja. Es duro estar solo estando tan zumbado. Nadie te masajea los pies, te ayuda fregar o te dice cosas bonitas. Nadie te abraza aunque te mueras de frío y nadie te busca entre las sábanas. Nadie te tranquiliza, te calma, te apoya. Nadie se ríe de tus chistes malos ni comenta contigo la película de la tele. Pero bueno, he vivido durante muchos meses con un tío que tampoco hacía nada de eso. Por eso creo, francamente y sin enajenaciones nocturnas, que estoy mejor así. Que por el momento Ron es todo el macho que quiero en esta casa.
Además, vete a saber qué gentuza se mete ahí. Gente pirada en un momento de locura hormonal y nocturna como yo. Gente que igual pretende matarte y descuartizarte, gente que igual odia a los gatos. Gente que igual pertenece a un grupo político radical. Gente que igual busca amor de verdad. Locos, locos de atar todos. Y seguramente ningún Sawyer, ningún Beckham. Así que mi breve aventura en las páginas de contactos ha terminado por el momento.
Leyéndote me he dado cuenta de que tenía la sensación de volver a leer a la Indo del principio, de la que me quedé colgada, entrada tras entrada, viniendo a tu rinconcito a darle de comer a Paquitui. Eso es todo cuanto necesitas, creo, preciosa: tenerte. Los Sawyer ya vendrán, o no, pero qué bien sentir que te he recuperado tal como eras, tal como más me gustabas. Bienvenida a ti, N.
ResponderEliminarme has emocionado, preciosa. porque eso me repito yo en mis ratillos de bajón, que ahora soy yo, la yo de verdad, no la que se había creado en los últimos dos años. y me siento orgullosa, aunque haga estas idioteces...
ResponderEliminarbueno que mil gracias.
ah, y sabes? paquito y Tui, las ratas de verdad aún viven, aunque achacosos perdidos ya. tengo que poner una mascotita aquí para que me la cuides, si?
un millón de besos, Fusa.
"a estas alturas podría estar revolcándome en la cama con Sawyer y no tirándole la pelota al gato", casi me meo de la risa con ésto. No son idioteces esas cosas, así que no encajaría la entrada en esa etiqueta. Yo también lo hice, y mi razón es más boba porque yo estoy emparejada y feliz, era por pura curiosidad :) Hasta en los momentos bajos eres encantadora.
ResponderEliminarDíos mío, parece el guión de una película de terror... ¿Cómo se te ocurren esas ideas?
ResponderEliminar¿Cual era tu anterior blog?
ResponderEliminarQuerida Naar, por favor no fuerces nada, que verás como en su debido momento, te llega toda la felicidad que tu te mereces.Un saludo.LUZ
ResponderEliminarANÓNIMO: cuando uno no se identifica no puede hacer así preguntas a bocajarro, hombre.
ResponderEliminarsi lees este blog con atención, puedes llegar al otro, como una peli de aventuras que hay que descifrar el pergamino. si no, mándame un mail, dime quién eres y te mando el enlace.
Jajajajajaja ¿Queda mal decir que me has hecho reir? XD
ResponderEliminarConozco a más de uno y una que se ha inscrito en esas páginas, y se ha borrado a la velocidad de la luz, vamos, que no estás sola.
Por cierto, me has recordado a un monólogo en el que una chica preguntaba por qué las mujeres de Perdidos querían salir de la isla, con la de "chulazos" que había allí. XD
Por cierto, ya hice la sustitución de blogs en el blogroll, que me había despistado. ;)
ResponderEliminarPelín exagerada....
ResponderEliminarHombre claro, su anonimato no es tan importante como el tuyo, notejode...
ResponderEliminar(perdona, Naar, es que si no reviento)