Bueno, como no me ha tocado la lotería, sigo aquí. Si no, estaría en una isla caribeña con un zumito de piña en una mano y un mulato en la otra. Pero no. Estoy aquí, cocinando una empanada para Nochebuena y tirando la pelota de albal al gato. Qué vida más fascinante la mía.
Lo cierto es que, excepto por mi carencia total de vida amoroso-sexual, me encuentro genial. Pero son buenas fechas para tener un maromo que te caliente… los pies.
El caso es que me ha dado por pensar, una vez más cómo tratar de acabar con mi abstinencia. Cosa negativa, en mi caso. Pero es de lógica: ¿qué hombre se cuela en casa por las noches sigilosamente? ¡¡Papá Noel!! Es obvio.
Lo chungo es que yo soy fan de los Reyes Majos. El gordo vestido de rojo no me mola nada. No sé si es un anuncio de coca-cola o la señora de la menstruación que ha mutado. Además, no me gustan los hombres con botas altas. Y tengo la mala costumbre de desconfiar de los tipos que se cuelan en casa por la noche con un saco a rastras y en principio, sin fines sexuales… ¿qué pretende entonces?
Y eso sin contar otros inconvenientes. Que hablamos de un viejo barbudo que le molan los niños, se les sienta en las rodillas y hace que le llamen “papá”. Eso suena a pederastia que te cagas. Y lleva una especie de pijama y un gorro de dormir todo el tiempo. Su otro nombre es Santa, que es un anagrama de Satán. Vive rodeado de enanos, a los que explota cruelmente, obligándoles a hacer trabajos manufacturados en unas condiciones infrahumanas. Y no sé qué coño le da a los renos para que tengan la nariz roja y vuelen, pero suena chungo. Además y para colmo de mis males, es un viejo barrigudo al que no se le conocen novias, por lo que no tiene pinta de ser un hacha en la cama.
Conclusión, como voy a pasar las Navidades con mis abuelos, mis padres y mi escasa familia, no tengo muchas opciones de que un buenorro me alegre las fiestas. A no ser, que papá Noel se trasforme y se parezca al de la foto, en cuyo caso, bienvenido sea. Si no, la verdad es que no le espero. Guardaré la esperanza de que los Reyes Majos me traigan un macizo de regalo. O lo que sea, que bienvenido será.
Bormas a parte, estoy muy bien, muy contenta y doy gracias a Dios por todas las cosas maravillosas que tengo en mi vida, incluido por su puesto mi insistente gato, que no se cansa de perseguir bolitas hechas de papel de aluminio y traérmelas para que se las tire a la otra punta del salón.
Además estas fechas tienen algo que me gusta y es la disponibilidad repentina de todo el mundo. Y no me meteré a criticarlo, que últimamente oigo y leo demasiadas quejas y críticas sobre estas fechas. Fijémonos en la bueno por una vez, leñe. El caso es que en estos días he hablado con mis hermanas adoptivas del sur, que nos tenemos un poco abandonadas. Con amigos. Con familia. Con gente especial de uno u otro modo. Y eso es bonito. Y no me vengáis con lo de que hay que hablar todo el año y eso. Que ya lo sé. Y lo aplico. Pero hay momentos en los que mola sentir un poco de calorcillo humano.
Así que ¡¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!!! Disfrutad de las fiestas todo lo que podáis.
Feliz Navidad, Naar.
ResponderEliminarFelices Fiestas bonita!!.
ResponderEliminarAquí la mami de Dark:
espero que tus deseos sean oidos,y,que te caiga un macizorro como el de la foto,o mejor (puestas a pedir),por la chimenea.O en su defecto,que aparezca entre el barullo y te empotre como regalo de Navida jiji.
Un beso guapa y que tengas unas bonitas fiestas!
Igualmente majeta!!! :D
ResponderEliminarYa sabes... pues eso. Muaca!
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