Tengo venas masoquistas. Me arranco costras, me pongo zapatos que me hacen rozadura, pantalones que me aprietan y me muerdo los pellejitos de los dedos. Pero lo peor de esta vena estúpida de afición al dolor, es mi empeño en ver películas que me retuercen el corazón. No sé qué pretendo con ello, de verdad.
Siempre me había pasado con “Los puentes de Madison”. Me hace polvo, pero la veo. Y ahora me ocurre también con “P.D: te quiero”. La vi por primera vez este invierno pasado, un domingo que la pusieron después de comer. Y empecé a verla medio adormilada y con desgana, con la intención de dormirme. Pero me llegó a la patata. Y la ví, hartándome a llorar. Anoche decidí no salir. El viernes había venido Pa a dormir y estaba cansada. Además he estado la semana un poco pachucha y tengo que recuperarme para el finde que viene. Así que puse la tele, hice un zapping… y oh, horror, estaba empezando. Y me dije: “no la veas, idiota de mierda. Que no sacas nada bueno y te vas a coger un sofoco a lo tonto.” ¿Pero qué hice? Verla. Por supuesto. Y pasar un mal rato, por supuestísimo.
Y a veces me pregunto, ¿por qué lo hacemos? Porque me consta de que no soy la única que hace estas cosas. Quién no ha escuchado música deprimente estando de bajón. Quién no se ha puesto una película triste un domingo lluvioso de invierno. Quién no ha mirado fotos viejas recordando momentos felices que se fueron. Quién no se ha apretado el cardenal alguna vez.
Y en otro orden de cosas, pero hablando de temas que duelen, mi amiga bloggera Abisal ha rescatado una gatita de una muerte horrorosa. Está cuidándola mucho y va a vivir, pero necesita alguien que la acoja, que la quiera y que la de todo el amor que nadie le ha dado hasta ahora. La gatina es preciosa y muy buena. Si alguien puede ayudar, por favor que se ponga en contacto con Abisal, ella le informará de todo.
Me confieso. Yo también me muerdo los pellejos, también he visto mil veces películas con las que siempre lloro y también he escuchado música deprimente o contemplado fotos estando de bajón. Supongo que buscaremos algún momento de catarsis en ello... Besos.
ResponderEliminarOjalá esa gatita tenga suerte!!! Lo del cardenal, tíipico xd! biquiños!
ResponderEliminarNo hombre, nooo. Ponte a ver fururama que tanto te gusta. No juegues con fuego, mujer.
ResponderEliminarPor cierto, con esa peli empezó mi amor por Irlanda :)
Un beso!!
Mi teoría es que somos unos guarros y nos gusta regodearnos en nuestra propia mierda xD
ResponderEliminarHaber si la gata tiene suerte...
Besos!
Pues el libro (como siempre) es mucho mejor ;)
ResponderEliminarSomos masoquistas por naturaleza, y eso es así.