Me gusta viajar. Me encanta salir de Madrid, de la rutina y
de mi círculo de seguridad. Pero coño, siempre da un poco de vértigo. Y más
visto este año, que cada vez que creo que voy a hacer una cosa termino haciendo
otra totalmente inesperada. Porque yo me lo tomo con humor, pero qué queréis
que os diga… empiezo a tener miedo. Que cualquier día voy a ir a comprar el pan
y por una serie de catastróficas desdichas voy a terminar abducida por los
aliens o tejiendo jerseys de lana para frotarlos fuerte y conseguirelectricidad en caso de hecatombe mundial y/o ataque zombi.
En cualquier caso, me voy a Granada el miércoles. Y me voy
con gente a la que tengo tantas ganas de conocer que me arriesgo a las abducciones, los zombis y las catástrofes
apocalípticas. Eso ya es decir.
Y es que los blogs son una cosa rara. Uno lo abre, así como
quien no quiere la cosa. Un día piensas “voy
a contar mis mierdas que no interesan a nadie”. Y te pones a hablar solo
porque eres un chalado. Entonces, poco a poco, descubres que hay gente al otro
lado. Gente rara, desconocida. Gente, que al principio dudas de que sea real,
incluso. Sospechas de los aliens de nuevo. Y de los zombis, claro. Y te entra
la vena paranoica. Oye, que me leen. Y me
comentan. Vaya una gente más rara. ¿Qué querrán? Y sospechas que pretendan
ciberacosarte. O venderte una aspiradora. Y coges miedo. Piensas en huir. Pero ¿huir
a dónde? Porque esa gente tan rara te lee desde todas partes. De repente no
tienes escapatoria. Ay, madre, dónde me meto. Que vaya donde vaya hay gente
loca que me lee. Y visualizas a los aliens vendiéndote aspiradoras de tecnología
punta interespacial. Y a los zombies queriendo acosarte.
Pero no, yo que ya llevo unos cuantos años aquí metida he
conocido a mucha gente del blog. Todos han sido grandes experiencias por unas u
otras razones. Todos me han llenado un poco el corazón de alegría y de nuevas
experiencias. Y nadie ha querido venderme aspiradoras alienígenas ni
zombiacosarme. Bueno, el niño chico sí me acosa a veces, pero yo me dejo con la
esperanza de que me regale la aspiradora y no tenga que comprarla.
El caso es que el blog me ha dado mucho. A veces creo que
demasiado, porque yo aquí lo único que hago es hablar de mi vida. Pero he ido
conociendo a gente estupenda. He ido haciendo amigos. He conocido a un chico al
que pase lo que pase, no olvidaré nunca. Y ahora me voy a llenar un poco más
ese saco de cosas buenas. Me voy, a riesgo de los aliens, de los zombis, de las
aspiradoras y de lo que haga falta. Porque yo por mi gente del blog, lo que
haga falta.
Total, los que venís al viaje, ojito con lo que hacéis. Todo,
absolutamente todo, será susceptible de ser ridiculizado y contado de forma
humillante. Y los que no venís, vais a enteraros de un montón de chismes cuando
vuelva. Intentaré ir tuiteando mientras. Deseadme suerte.
Jajajaja
ResponderEliminar¡¡¡¡Pásalo genial y ya nos contarás!!!
Besitos
Pásalo muy bien y cuéntalo todo a la vuelta, que yo ya me muero de curiosidad (por si no lo viste tienes un mail).
ResponderEliminarYa me estoy imaginando a tus padres ocupando el piso y la terraza :)
Aaaaaaaaay, qué bien nos lo vamos a pasar dando laaaaargos paseos a la hora de la siesta, ¿a que sí? ;D
ResponderEliminarJajaja que nooooo!! Que esa hora es sagrada, ya lo hablamos... Y sí, qué cosa más rara esto de los blogs... Y qué gratificante!
Disfruta del viaje, de los zombies y de los aliens ;)
ResponderEliminarBss
Ya verás como cierran la pisci y no vienes, jajajaja.
ResponderEliminarDisfruta mucho!!!
Me das mucha, muchísima envidia... Pásatelo genial que tienes razón en que lo mejorcito del mundo blogger son las desvirtualizaciones... Ah. Yo no te he vendido una aspiradora pero es porque estoy planificando la estrategia de venta. Ya verás a la próxima. Besotes!!!
ResponderEliminar¡Cotilleos cotilleos! ¡Yupi!
ResponderEliminarp.d. Estamos claramente en el equipo ganador. Los zombies no tienen nada que hacer contra nosotras y nuestros jerseys de lana.
¡Pues menuda aventura!
ResponderEliminarMe he reído mucho porque yo al principio, cuando veía que me comentaba gente desconocida, también pensaba eso de "¿Qué quieren? ¿Son reales?". Después empiezas a descubrir que es gente exactamente igual de loca que tú. Y te tranquilizas. Y te interesas por sus vidas y por todo lo que escriben. Y surge la ciberamistad o en algunos casos el ciberamor. Ais...
Besos
¡Diviértete muchooooo!
ResponderEliminar¿Con quién se queda Ron?