jueves, 7 de noviembre de 2013

indignación menstrual

Vale, lo confieso, escribo esta entrada desde el dolor y en un mal momento. Mucho dolor. Y muy mal momento. Pero es lo que toca una vez al mes.
Os lo digo en serio, odio ser mujer. No me considero feminista por el mero hecho de que creo que ser mujer es horrible y absurdo y estúpido. No le veo las ventajas, no le veo el lado bueno. No le veo nada más que una especie de castigo que tengo que pagar con sangre, sudor y lágrimas literalmente. Y estará la que rápidamente me diga “pero las mujeres podemos dar a luz a nuestros hijos y blablablá”. Pero yo no quiero tener hijos y tengo el instinto maternal de una patata, así que ya se jodió la ventaja.
De todos modos aunque sea una mujer un tanto desnaturalizada, de vez en cuando me sale la vena feminista y me enfadan ciertas cosas.
Una de ellas es la publicidad. Me enfada que nos hagan pensar que necesitamos mantenernos jóvenes eternamente, que necesitamos potingues, cremas y ungüentos. El otro día vi un anuncio de un champú para mantener el pelo joven. WTF?? Qué pelo joven ni qué diablos. Ya es lo que me faltaba. Tenemos que estar delgadas, bellas, sin pelos en el cuerpo, sin arrugas, sin ojeras y ahora también tenemos que tener el pelo joven. Vaya presión absurda y alienante. Porque ya no es tener el pelo sano, bonito o brillante… es joven. Ojo al matiz.
Y el colmo de mi cabreo son los anuncios de compresas. A ver, señores publicistas, a ninguna (o casi ninguna) mujer nos gusta tener la regla. Dejen de vendernos que por llevar esta compresa nos van a dar ganas de montar a caballo o de salir a pegar saltos mortales. Porque NO es verdad. Es falso como el beso de Judas. La mayor parte nos pasamos esa semana doloridas, dobladas por la mitad, tratando de no morir en el intento. Y llevar una compresa es lo más asqueroso del mundo. Son como un puto pañal de plástico que se pega al culo, se nota con la ropa, cruje y molesta. La primera vez que me puse una me quise tirar por la ventana, así de claro. Y sobre todo, huelen. Ahora anuncian las compresas que quitan el olor. Y es un anuncio súper falso con tías vestidas con ropa impensable para llevar con compresa, haciendo pasitos de ballet y pasando el chichi por la cara a tíos, demostrando así que no huele. Y aunque esto suene un poco asqueroso, os lo digo bien claro: la regla huele fatal por culpa de las compresas. Porque para que sean blancas y bonitas, los materiales están tratados con cloro. Eso hace una reacción chunga con la sangre y apesta a mil demonios. A parte del hecho de que por mucho que te cambies, la sangre se queda acumulada en la compresa durante bastante tiempo. ¿Cómo no va a oler? Os lo digo yo que uso la copa menstrual: la sangre de la regla es totalmente estéril y NO HUELE a nada. Esa peste que todas conocemos es culpa de las compresas, no nuestra. Así que no nos vendan que ahora van a neutralizar nuestro olor para que nos sintamos limpias. ¡¡Es lo que me faltaba!! Yo ya estoy limpia, que una se lava todos los días. Y no necesito que se neutralice ningún repugnante olor que salga de mi cuerpo porque no es verdad que sea así. Que sólo les falta decir que nos metamos un ambientador de pino por el coño, joder. Así que para las mujeres que aún no conocen la copa menstrual, os lo repito: haced lo que queráis, pero que nadie os haga sentir sucias, que nadie os haga pensar que la culpa de que eso huela a rayos es vuestra. La regla es limpia y no huele. No se puede decir más claro.
Y estará quien me salga con los tampones. Los tampones son una solución comercial para todos estos engorros de las compresas, pero no son buenos ni saludables. Yo los usé durante años, entre otras cosas porque no conocía otro remedio. Y el ginecólogo me los prohibió absolutamente. El flujo de la menstruación tiene que salir. Y por mucho que absorba un tampón, efectivamente tapona como su nombre indica. Eso es malo, niñas. Además que la sangre de la regla no es ese fantástico liquidito azul de los anuncios. Es espesa y tiene cuajos. No es agradable decirlo, ni sentirlo, pero es lo que hay. Y eso los tampones NO lo pueden absorber, por lo que los coágulos se quedan dentro durante más tiempo.  A todo esto, añadimos de nuevo el problema del cloro. Al parecer las mujeres somos estúpidas (o los fabricantes piensan que lo somos) y queremos que nuestros productos de higiene sean blancos impolutos y huelan a frescor de montaña. Eso se consigue blanqueando el algodón y la celulosa con cloro. Y eso, niñas, también es malo. Los tampones causan una barbaridad de reacciones alérgicas por los compuestos químicos con los que han sido tratados y que se absorben a través de la vagina, lo que en casos extremos se conoce como el SST (síndrome de shock tóxico). Como son dosis muy pequeñas, la mayor parte ni los notan, pero hay mujeres, como una servidora que somos más sensibles y hemos sufrido terribles irritaciones en tan delicadas partes. Y no os lo recomiendo.  En todo caso, por muy bien que penséis que os funcionan los tampones, pensad en la cantidad de horas que ese producto potencialmente tóxico está en vuestro interior. Sin hablar de lo sumamente agresivo que es para las paredes vaginales el tirón de sacárselo…

Y diréis, ¿qué nos quiere vender esta chalada? Pues os juro que nada. Aunque deberían planteárselo porque les hago una publicidad impagable, los de las copas menstruales no me dan ni un céntimo. Y la mía me la tuve que comprar con mi dinerito. Ahora bien, ha sido la gran inversión de mi vida. Los treinta euros mejor gastados en muchos años. Qué felicidad, qué liberación y qué todo. Más bien que nada. Adiós alergias, adiós irritaciones, adiós incomodidades, adiós al puto olor que ahora me quieren vender que es mi culpa…
Total, que ya hablé de este tema hace tiempo y sé que me repito, pero es que me indigna. Es que, por poco feminista que seas, una se siente indignada de que te estén atacando a tu naturaleza constantemente. Que te digan que apestas y que eres guarra con cosas como “ahora el sistema que elimina tu olor” o “ahora te sentirás limpia”. Oiga, guarra igual era su puñetera madre. Me enfada, me enfada mucho.
Y como se puede deducir del post, la copa menstrual no quita el mal humor, ni los dolores, ni los altibajos emocionales, ni las ganas elevadas de matar. Pero aún así merece la pena. El resto, se puede arreglar con chocolate, culpando a los churris de todo y con un gato caliente sobre la tripa.

Y hasta aquí el naar-consejo y la naar-indignación de hoy. He dicho. Coño ya. 

15 comentarios:

  1. Ay, chiqui, ya sé que probablemente no era tu intención, pero no sabes lo que me he reído con esta entrada.
    Completamente acojonada me has dejado con lo de los tampones, voy a echarle un ojo a esa opción de la copa menstrual porque efectivamente, no había pensado en lo del cloro y tiene toda su lógica.
    Respecto al resto, más de acuerdo no puedo estar. Hombre ya con los anuncios de compresas y la manía absurda de no permitirnos envejecer.
    Un besazo.

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  2. Lo que me he reído...la verdad es que el anuncio de las reglosas pasando la chirla por la cara de los tíos es una guardada como para quitarle la licencia a la empresa de publicidad de por vida. Qué puto ascazo. No sabía ni que existía la copa esa. Voy a mirar ver qué encuentro...

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  3. Joder, sí que estás indignada sí!! jajajajaja.
    La principal ventaja que le veo a ser mujer, es lo de poder tener hijos, pero ya la has desmontado tú en el primer párrafo, así que... no se qué decir. Que ánimo y eso...
    Un beso

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  4. Naar: el feminismo no tiene mucho que ver con ensalzar cualidades supuestamente femeninas o las ventajas de ser mujer, mas bien es todo lo contrario, pretende desmontar las construcciones culturales de genero que se traducen en desigualdades que en todas o practicamente todas las sociedades existen en detrimento de la mujer (tambien el hombre lleva su parte, y por supuesto las personas que no encajan en ninguno de los modelos de genero aceptados socialmente, pero no quiero extenderme) o sea desventajas. Y ahi tienen lugar muchas de tus quejas expuestas hoy... haztelo mirar porque igual un poco feminista si eres... :-)

    besos de una feminista con mooncup en uso hoy tambien

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  5. Me has hecho sentir dolor y asco a mí y eso que no tengo la regla xddd. Supongo que a cada uno le funciona lo que le funciona. Biquiños!

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  6. Jjaajajajajajajajajaja! Llevo un cuarto de hora descoronada! jajaajajaja! Yo también me indigno mucho con este tema….lo de la copa vaginal es para plantearselo…
    Un beso!

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  7. Me cago en el corrector automático, "descoronada" no, DESCOJONADA, ajajajajajaajaj….

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  8. Lo estaba pensando al principio del post, cuando hablabas de las compresas, y luego ya los has dicho tú. Yo también uso la copa (¡Tres hurras por la copa!) y las primeras veces me quedaba sorprendida de que aquello no olía nada. Cierto que es un poco incómodo vaciarla sino estas en casa pero sus ventajas lo merecen.

    Lo que más odio de las compresas es que crujan. Da igual que lleves unas bragas bien apretadas, como uses un pantalón flojito... crujen.

    Espero que con el tiempo no te duela tanto, o encuentres algo eficaz que consiga aliviarte el dolor. Ánimo. Y chocolate, o cualquier vicio que tengas, que están para los días chungos.

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  9. A mi para el dolor el ibuprofeno-arginina (importante que lleve arginina!!! se pide así en la farmacia) me va perfeeectoo, en sobrecitos, con sabor a menta … :)

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  10. Cuánto me joden los anuncios de compresas y tampones.
    Yo tengo un problema en un ovario y llevo dos días viendo las estrellas.
    Pero soy la mujer más feliz del mundo, ya tú sabes el motivo :)

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  11. Esos anuncios son para morir... Les encanta hacernos sentir como seres despreciables pero por suerte están ellos para que podamos dar volteretas en el aire con falditas blancas de vuelo. Qué suerte tenemos...

    Nunca he probado la copa porque no sé qué tal me sentiría lavándola después pero confieso que cada vez que hablas de ella me dan ganitas de probarla.

    Un besote y que te den muchos mimitos y chocolate!!!

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  12. La verdad es que todo eso del cloro no lo sabía y me ha entrado bastante mal rollo. Seguro que lo de la copa menstrual es mucho más natural y saludable, pero a mí me da como cosilla. No sé, soy muy tiquismiquis para estas cosas, aunque ya debería estar más que curada de espanto.

    Lo que sí es verdad es que los anuncios se pasan muy mucho, y las mujeres no hacemos prácticamente nada por cambiar esos mensajes que pretenden hacernos sentir "sucias". Por eso me ha gustado tu entrada de hoy, porque informa y a la vez es reivindicativa.

    Un beso enorme!

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  13. Perdona, pero cualquier época en la que ya no exista el eslogan "me gusta ser mujer" y en la que no aparezcan señoras de rojo diciendo "hola, soy tu menstruación", para mí es una época dorada del marketing y la publicidad.

    Al margen de eso, sí, todo lo relacionado con la regla, las compresas y sus anuncios es como para cortarse las venas. Qué necesidad habrá.

    Besitos.

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  14. Hasta te he tuiteado, fíjate. En cuanto me vuelvs la regla (entre embarazo y lactancia han pasado un año y ocho meses) me pillo la copa menstrual.

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  15. Oh! ¿Así que tú eres la famosa Naar que veo comentando por tantos sitios? Y yo que no sé porqué pensaba que eras un chico, que tontería...
    Entro por recomendación expresa de Álter y después de leer ésto voy a tener que quedarme aunque sólo sea por identificación, más razón que un santo, yo también le he dedicado algún post a esos maravillosos días llenos de luz y color, un gustazo.
    Besos

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