Hacerse
mayor tiene sus cosas buenas, pero tiene un montón de
inconvenientes. Uno de las cosas de hacerse mayor que está a mitad
de camino entre las ventajas y las desventajas es la responsabilidad.
Todo depende de ti y ya no tienes nadie a quien decirle que es su
culpa.
Si
te metes a duchar sin encender el calentador o se te acaba el gua o
se te olvida la toalla no puedes gritar “mamáaaaaaaa” y que
alguien acuda a tu rescate. Tienes que salir empapado, muerto de frío
y resbalando por el suelo para solucionar tu propio despiste.
Si
hoy justo quieres ponerte ese pantalón tan mono y de pronto
descubres que sigue en el cesto de la ropa sucia o en el montón de
plancha no puedes ponerte hecho una furia y decirle a tu madre, que
de verdad, ya le vale, que ese pantalón sabe de sobra lo mucho que
te gusta y que hoy te lo querías poner y no está listo.
Si
no te has preparado comida para hoy, si olvidaste sacar el táper del
congelador o si las lentejas se te han pegado, no tienes a quien
quejarte y te toca hacerte de nuevo esos fideos chinos de sobre
asquerosos que comes la mitad de los días porque en tres minutos
están listos y es difícil equivocarse.
Sin
embargo la responsabilidad que en ciertos momentos hace que te tires
de los pelos tiene su lado positivo y es que esas cosas que no te
gustaban o que te imponían de pequeño, de pronto dependen de ti y
las puedes cambiar. De repente tienes la fascinante posibilidad de
elegir. Y casi que eso compensa el ducharse con agua fría y sin
toalla, el no tener nunca la ropa lista y el comer fideos chinos
cuatro veces por semana.
Yo
por ejemplo, cuando me independicé una de las cosas que hice fue
huir de las compañías de teléfono y electricidad que habían
tenido siempre mis padres porque no me gustaban nada. Y al menos con
la de teléfono acerté de pleno.
Ahora
me toca buscar un banco porque no me gustan las condiciones que me da
el actual. Digamos que los bancos y yo no somos especialmente amigos,
creo que en parte porque como castigo del karma tengo que lidiar con
ellos casi a diario y cada uno tiene lo suyo. Además, como por temas
del trabajo de mis padres tengo que peregrinar por todas las
entidades y sus oficinas, no hay uno que me caiga bien. Por eso
estuve pensando en la banca online. Y mira, eso que me ahorro, las
tediosas visitas pasan a mejor vida y lo puedo hacer todo desde mi
casa que encima puedo estar en pijama. Por eso y tras bastante
investigar, de momento
lo que más me convence es el Banco Mediolanum, que no tiene oficinas pero sí buenas referencias.
Y a mí lo de las oficinas me da igual, no sé por qué hay gente a
la que le da más confianza. Anda que si quiebra el banco o pasa algo
raro te va a servir de mucho ir a apedrear una oficina cerrada y con
cristales blindados. Aparte del hecho de que conozco mucha gente que
usa bancos de los que no tienen oficinas y están contentos. Hasta mi
padre trabaja habitualmente con ellos y le gustan. Por eso miré
varios y al final me decanté por éste porque he descubierto que
tiene una vertiente social bastante chula y con una forma más
interesante de colaborar con asociaciones que los bancos
tradicionales. Y a mí estas cosas me inclinan mucho la balanza. No
dejo de ser trabajadora social y no descarto la idea de algún día
poder montar una asociación o algo semejante, así que me gustan las
empresas que al menos ponen un poco de su parte.
Si los adolescentes pudieran pasar por esta experiencia durante 1 mes, quizá muchos cambiarian su forma de tratar a sus padres. Qué lujazo es encontrarse la ropa dobladita encima de la cama. Y así con el friegue, el polvo, los cristales, el piso, la comida, la cocina, el baño... Además estamos los tontos que tenemos mascotas. Por si fuera poco.
ResponderEliminarPero sí, luego está que las consecuencias de nuestras decisiones son nuestra satisfacción. Y muchas de las decisiones poco a poco van siendo mejores!!
Uno no imagina las desventajas cuando piensa en el futuro, pero bueno, sigue mereciendo la pena :)
EliminarNaar haciendo promoción a Banco Mediolanum, sí
ResponderEliminarPerfidita muerta de risa, sí
P
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMadurar es comerte las lentejas quemás sin rechistar, porque ¿A quién?. Ains.
ResponderEliminarYo tengo mis dineros en Mediolanum también. Empecé porque necesitaba un banco en el que pudiera invertir la venta de un piso y no tenía cuentas suizas, ayquepenita y este me ofrecía lo del banco y lo de las inversiones y con asesor financierto incluido, bastante majo.
De momento, no tengo queja. Visto lo visto lo que ofrecen por ahí, este tampoco tiene mal rendimiento. :)
Un voto más a su favor. Yo hasta ahora he estado en varios: Bankia fue de los peores y ahora estoy con la Caixa, pero no me convence por varias razones...
EliminarYo me di cuenta de que había madurado cuando, después de haberme desmadrado todo lo que pude, volví a hacer las cosas "como dios manda" sin que me lo ordenara nadie, porque yo quería. Fue interesante darme cuenta de que había motivos para hacer las cosas bien y siguiendo un orden...
ResponderEliminarHe oído hablar muy bien de ese banco. Yo trabajo con ing y estoy muy contenta, la verdad. La única pega es que no tengo cómo ingresar dinero, si no es a través de otra cuenta o yendo a la oficina más cercana, que de cercana no tiene nada...
Un saludo!
A ver si me llega a mí un día de esos y hago lo que debo porque quiero y no sólo porque debo. En fin, me cuesta mucho a veces ser "mayor".
EliminarYo estuve con ing y me gustaba mucho, pero no tienen cuenta para lo que yo quiero, tiene que ser con nómina o de ahorros, así que no puede ser.
La verdad es que lo de crecer y madurar tiene sus ventajas, aunque hay que ver lo que daría yo por encontrarme la ropa mágicamente doblada y oliendo a suavizante en el armario...
ResponderEliminarLa verdad es que nunca me ha dado por comparar mucho los bancos. Me aburre sobremanera pero es algo que debería hacerse. Niños, no seáis como yo. Jajajaja. Besotes!!!!
Fíjate que lo de la ropa es lo que menos me molesta a mí, pero si alguien me limpiara el suelo mágicamente sería mejor todo.
EliminarA mí también me aburre, pero a ver qué remedio, el actual es horrible y al no tener nómina tengo que mirar mucho las condiciones o me sale mejor usar el colchón de la cama para guardar mis cuatro duros :D
Creo que nadie es especialmente amigo de los bancos... salvo los banqueros. Y hasta lo dudo. Así que por más vueltas que le des al asunto no encontrarás uno fiable.
ResponderEliminarSaludos.
Eso cuento con ello, no me fío de ninguno... por eso he tenido que investigar un poco y creo que es el menos malo de los malos. creo, que igual no. ya os contaré.
EliminarA mi me pasa lo contrario que a ti. Necesito que sea algo tangible, por si tengo que escupir, gritar o lanzar piedras a alguien o a algo. Es así, soy de las oficinas...y eso que no las piso nunca, pues esto y con mi banco on-line también...así que realmente solo veo a los del banco para...ups! No se cuando fue la última vez.
ResponderEliminarKiss
jajajaja, te imagino apedreando la oficina bancaria en plan vandalismo civil. Yo antes era reacia al rollo online, pero mira, ahora me he acostumbrado y tan bien. Si al final las oficinas cada vez se visitan menos (a no ser que quieras tirar piedras, claro)
EliminarQue interesante no lo conozco debo informarme porque iba a irme a ING pero quizá sea una buena opción este q comentas
ResponderEliminarPues míralo, la verdad es que a mí el rollo social me tira mucho y las condiciones son interesantes. Compara al menos las opciones :)
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